ACTUALIDAD DIOCESANA

01/07/2018

#Historias nº 11, por Santi Casanova

Se termina el curso y, con él, la temporada de esta sección que ha llenado de jóvenes “Historias” esta publicación diocesana. Termino con la sensación de que ha valido la pena dedicar tiempo y líneas a éstos que vienen por detrás y que empujan con fuerza. Termino con la convicción de que hay que ser valientes y ofrecerles espacios donde ellos y ellas puedan, con la energía y pasión propia de su edad, implicarse en la vida de la sociedad y de la Iglesia.

No es tiempo para el miedo, ni para la cobardía. No es tiempo para el cortoplacismo. Es tiempo de poner las luces largas y mirar más allá. Es tiempo, como decía San José de Calasanz, para el afortunado atrevimiento. Es tiempo para que nuestra diócesis dé pasos decisivos para implicar a la gente más joven, dándole responsabilidades, apostando por la comunicación, por las redes sociales, los medios, la acción social, la actualización de ciertos lenguajes eclesiales, la incorporación de nuevos símbolos para la gente de hoy. Necesitan menos actividades y más personas que los acompañen. Necesitan descubrir que Dios les habita y que el Espíritu sopla en lo mejor que tienen, en sus talentos, en su manera de ver el mundo, en su manera de relacionarse con el otro.

El trabajo de las delegaciones de pastoral juvenil y pastoral universitaria debe impregnar de juventud a toda la diócesis. Los jóvenes y sus cosas no pueden ser espacios de unos pocos, responsabilidad de algunos. No se trata de que la Iglesia haga algo con los jóvenes. Se trata de que los jóvenes hagan a la Iglesia, la renueven, la vivifiquen, la purifiquen, la impulsen.

Confío plenamente en ellos. Asumo los precios a pagar en este camino. Porque llegarán errores. Llegarán discrepancias. Llegarán decepciones. ¿Pero no sucede esto también con aquellos que, sólo por tener más años, pensamos que ya lo sabemos todo, que tenemos el secreto del éxito? Para evangelizar sólo hay que mirar a Jesús. Es fácil encontrarle mirando al prójimo que hoy nos rodea en todos los rincones. La mirada del joven se hace, pues, privilegiada para descubrir al Maestro, que vive en la realidad de hoy.

Encuentro Europeo del Sínodo Escolapio de Jóvenes

No me quiero despedir sin compartir con vosotros la alegría de poder celebrar en nuestra querida ciudad el Encuentro Europeo del Sínodo Escolapio de Jóvenes. En este camino hacia el Sínodo, también los escolapios hemos hecho nuestro trayecto. Lo hemos hecho en las distintas Provincias de la circunscripción española y ahora toca hacerlo con nuestros hermanos europeos. Salamanca ha sido elegida para ello y a partir del 29 de julio, hasta el 2 de agosto, en el Colegio Calasanz, se juntarán alrededor de 60 jóvenes de varios lugares de Europa para seguir hablando sobre sus inquietudes, soñando con la Iglesia que quieren, poniéndose al servicio de la misma y escuchando al Espíritu, que soplará sin duda en el Encuentro.

Ojalá tengáis todos un feliz y joven verano, lleno de descanso y disfrute, sin olvidar que también ahí Dios se nos hace presente. Un tiempo privilegiado para reposar en Él y encomendarle lo que nos viene por delante.

Un abrazo fraterno.

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