09/12/2025
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL
La Diócesis de Salamanca vivirá este domingo, 14 de diciembre, una jornada dedicada al Jubileo de las Personas con Discapacidad, que comenzará con una peregrinación desde la iglesia de San Sebastián y culminará con una eucaristía inclusiva, a las 12:00 horas, en la Catedral Vieja, presidida por el obispo, Mons. José Luis Retana. Con motivo de esta celebración, entrevistamos al vicario de pastoral y coordinador de la Comisión diocesana para el Jubileo, Andrés González Buenadicha.

Desde la Comisión Diocesana para el Jubileo nos parecía una buena manera de cerrar este Año Santo. Además, la semana anterior, el 3 de diciembre, se ha celebrado el Día Mundial de la Discapacidad. Las personas con capacidades diferentes están en el corazón de la Iglesia, son los preferidos de Jesús, y para nosotros son siempre un altavoz y un signo de esperanza.
Hemos pedido a la comunidad de Fe y Luz que prepare tanto la peregrinación como la celebración en la Catedral Vieja. Queremos que esta jornada sea un eco de lo vivido en otros Jubileos: por un lado, la peregrinación, como signo de una Iglesia que camina tras las huellas del Señor Jesús Resucitado; y por otro, con la eucaristía en torno al sucesor de los apóstoles, celebrando juntos el banquete de Jesús.
Nos enseñan la gramática del Evangelio, la de Jesús, que es la gramática del amor. Ellos nos enseñan a amar de verdad. En un mundo que valora la productividad y la eficiencia, las personas con discapacidad recuerdan que lo importante es amar y ser amados. En Jesús vemos cada día esa misericordia y ternura hacia los demás.
Las personas con discapacidad son maestros del Evangelio, y uno nunca sale indiferente. En mi experiencia, especialmente en las comunidades de Fe y Luz que acompaño.
Lo que hemos ido diciendo durante todo el año, como Iglesia diocesana queremos cantar la esperanza todos juntos, que decía el papa Francisco, solo así podemos construir un mundo más humano, inclusivo, fraterno y más pacífico. Y lo hemos querido hacer durante todo el año.
Este tramo final del Jubileo en nuestra diócesis, como pórtico de la clausura del 28 de diciembre, quiere ser un día precioso en el que la comunidad diocesana cante la esperanza.
Invito a todas las personas con discapacidad que se reconocen amigas y amigos de Jesús, como cristianos, así como a sus familias y acompañantes, a vivir este día juntos.
La eucaristía presidida por nuestro obispo quiere expresar que la Iglesia es una familia, un cuerpo y que cuando falta uno de sus miembros, es un cuerpo herido. No queremos que falten las personas con discapacidad y celebrar juntos este día.