30/05/2025
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL
Cuando una joven tutelada alcanza la mayoría de edad, muchas se encuentran sin red, sin recursos y sin un lugar al que llamar hogar. Para dar respuesta a esta necesidad en Salamanca se pone en marcha la Casa Talita, impulsada por tres instituciones religiosas: los Agustinos Recoletos (ARCORES), las Hijas de Jesús (Jesuitinas) y las Hermanas de la Consolación, con el apoyo de la Diócesis de Salamanca con la cesión de un piso de forma totalmente desinteresada.
Esta casa busca ofrecer a jóvenes que cumplen la mayoría de edad y están tuteladas en un centro de menores, la oportunidad de continuar su proceso de crecimiento personal, formativo y laboral. El próximo 3 de junio tendrá lugar la inauguración oficial, con la presencia del obispo, Mons. José Luis Retana, que bendecirá el piso. El proyecto surge al detectar una realidad repetida: chicas que al salir de centros de protección quedaban en situación de desamparo. “La idea era dar continuidad al trabajo que ya se realiza en los centros y acompañarlas tanto en la inserción en el ámbito social como en el laboral”, relata el laico agustino recoleto y delegado de ARCORES en Salamanca, José María Bernal.
Según relata este responsable, fueron caminando poco a poco, y aunque comenzó ARCORES, “encontramos compañeras de camino, en primer lugar, a las Hermanas de la Consolación, y un poco más tarde, a las Hijas de Jesús“, que establecieron esa relación conjunta, “y decidimos continuar adelante con esta idea”. Y el siguiente paso fue dar forma al proyecto, “pero no conseguíamos la logística habitacional”, es decir, la casa. Hasta que llamaron a la puerta de la Diócesis de Salamanca, y como apunta Bernal, “nos acogieron de forma extraordinaria”.
Les ofrecieron el piso que se convertirá en Casa Talita, de forma desinteresada, “porque entendían que la forma de rentabilizar ese recurso que tenían era a través de la obra social, del apoyo a las mujeres, en este caso, a mujeres jóvenes, sin recursos, desfavorecidas y en situación de desamparo”. El proyecto arrancará con tres jóvenes, aunque la vivienda tiene capacidad para acoger hasta cuatro.
Mª Carmen Escalante es la religiosa jesuitina responsable también de este proyecto, quien relata el significado de Talita, que da nombre a la casa: “Talita”: “Es parte del texto evangélico de la hija de Jairo (Mc 5, 41), cuando va a buscar a Jesús porque su hija está enferma, y para algunos, ya muerta, para que haga algo y la cure”, precisa, “y cuando va a casa de Jairo se acerca a la niña, la toma de la mano y dice Talitha kum (Niña, a ti te hablo, levántate)”. Y eso es lo que quieren hacer en este proyecto, “acoger a estas chicas jóvenes, de 18 años, que salen de los centros tutelados y tienen por delante toda una vida”.
Esta religiosa lo simboliza con ese pasaje del Evangelio, “porque pretendemos darles esa mano y ayudarlas a levantarse, a ser autónomas, a ser mujeres de una pieza, a caminar por la vida”. En cuanto al logotipo de Casa Talita, también tiene detrás un profundo significado, como apunta esta jesuitina. “Aparecen cuatro llamas sobre lo que simboliza al mismo tiempo un tejado y una flecha, y esas pequeñas llamas representan a las tres instituciones que coordinarán el proyecto, más la diócesis, por haber cedido el espacio”, subraya. “Tiene forma de flecha y de casa porque aquí se acoge y se impulsa hacia arriba a estas jóvenes”, precisa Escalante. El logotipo ha sido diseñado por el presidente de ARCORES, agustino recoleto filipino, Jaazeal Estelou Jakosalem (Tagoy).
Por su parte, la Hermana de la Consolación, Marisa Carrero, insiste en que la idea central es que estas jóvenes, “avancen en su día a día, desde conocerse entre ellas, las habilidades sociales o el quehacer que supone una casa, desde enseñarles a cocinar, a estar en un piso, y a ser responsables”, enumera. Y otra parte fundamental será el acompañamiento, “para ayudarles a preparar su futuro, como un trampolín para que luego puedan acceder a la vida por ellas mismas”.
Esta religiosa remarca que serán las jóvenes las que tomen las decisiones, “y nosotras estaremos en la sombra para apoyarlas”, desde los 18 a los 21 años, “y prepararlas para la emancipación”. El apoyo económico correrá a cargo de estas tres instituciones religiosas, “para las necesidades que ellas tengan”. Sánchez concluye que con esta ayuda, “pueden seguir avanzando, porque todos tenemos derecho a una vida digna y de labrar el futuro, de seguir adelante”.