ACTUALIDAD DIOCESANA

16/07/2019

Cerca de 300 personas de la Hermandad Obra de Acción Católica reflexionan sobre la evangelización en el trabajo

El lema elegido para este encuentro, que por segundo año consecutivo se celebra en Salamanca, es ‘Una cultura del encuentro para superar la economía del descarte’

Cerca de 300 personas se reúnen durante estos días en la residencia de los Padres Paúles, en Santa Marta de Tormes, dentro de los cursos de verano que organiza cada año la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), y que por segundo año consecutivo se realiza en Salamanca.

En esta ocasión, el lema elegido ha sido ‘Una cultura del encuentro para superar la economía del descarte’, que según sus responsables, “está enmarcado en nuestra campaña de trabajo digno para una sociedad decente”. Como detallaba el responsable de Formación de la HOAC, Berchmans Garrido, durante la presentación del encuentro, “el curso tiene tres momentos, ya que los días 15 y 16 están siendo de reflexión dirigida a consiliarios y militantes de animadores de la fe en diferentes grupos de la Hermandad Obrera, así como seminaristas”, con el objetivo, detalló, de “ahondar en cómo desde ese servicio se puede acompañar en una vida que testimonie en comunión y germine en un mundo obrero y del trabajo en una cultura del encuentro”.

Además, del 17 al 19 de julio tendrá lugar unas jornadas de profundización, y como subrayaron, están abiertas a cualquier persona interesada, “para analizar cómo el sistema de consumo es un modo de pensar y de actuar”, y como creen que parece inevitable, “un trabajo precario, la exclusión y el descarte”. Y durante estos días intentará discernir, “desde el Evangelio, cuál es ese horizonte que deseamos y cómo tiene que ser para  crear una cultura de solidaridad”.

Por último, celebrarán unas jornadas de oración los días 20 y 21 de julio, con la intención de hacer un itinerario a través de ella. Asimismo, realizarán un gesto público, “que será en la plaza de Anaya,  con una manifestación de compromiso como comunidad como consecución del trabajo digno y sociedad decente”.

Acompañamiento a los trabajadores

Por su parte, el presidente nacional de la HOAC, Gonzalo Ruiz, la meta es la  evangelización del mundo obrero, “acompañar a los trabajadores en la realidad del mundo obrero, reflexionar y ahondar en la distintas dificultades o planteamientos que se van presentando día a día, y así, estar presentes en las realidades obreras, en las instituciones y los sindicatos”.

Y como describe este responsable, cada año se fijan en un aspecto concreto y en esta ocasión lo han hecho en “la cultura del encuentro, de la que habla el Papa Francisco, y es importante extenderlo a la cultura del trabajo, que es esencial para la persona más allá del empleo”. Porque como argumenta, “para la comprensión del trabajo es necesario generar mentalidad y atmósfera cultural que reconozca ese valor que para la persona es esencial”.

Ruiz insiste en que es necesario generar una cultura del encuentro “en la que la persona sea el centro, y es importante no solo preocuparse por el trabajo en sí, si no por la visión de la empresa, que tenga una visión más social que de empresa”, para que su principal misión y objetivo “no sea obtener beneficios”.

Humanizar el trabajo

Por otro lado, consideran que hay que generar mentalidad de que es fundamental “humanizar el tiempo de descanso”, y subrayaron los derechos sociales de todas las personas, “que a toda persona se le ha de reconocer un conjunto de derechos sociales, que les permitan vivir con dignidad, con tiempo al ocio y a la participación social”. Para ello, entre otras cuestiones, apuestan por la revalorización de la organización de trabajdqores, el sindicalismo, “generar una nueva cultural sindical porque su papel es fundamental para generar esta cultura del trabajo”.

Otra de sus demandas es una cultura política y económica “que haga posible una sociedad decente, una nueva comprensión de la política, porque
hoy prima que quien gobierna y rige es la economía, pero deberían de estar al servicio del bien común, del ser humano”.  La apuesta de la HOAC es generar una política como dimensión humana, “como la respuesta a la necesidad de la vida social y la búsqueda del bien común, como responsabilidad de uno hacia el otro”.

De este modo, apuestan por recuperar la capacidad de decisión sobre los problemas que afectan a la sociedad. Y lamentan que el sector que está bien se mantiene a unos niveles iguales a la crisis, y los más empobrecidos “en lugar de disminuir, aumentan”. Con todo ello denuncian que se tiende a una gestión individualista de la crisis, “y un ascenso de actitudes reactivas y xenófobas”. Gonzalo Ruiz sentencia que desde la HAC tratan de poner su granito de arena “y caminar hacia otro horizonte.”

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