ACTUALIDAD DIOCESANA

26/10/2022

“Compartir pan y esperanza”, en el Día del Domund

El obispo emérito de Riobamba, Mons. Julio Parrilla, presidió la celebración diocesana del DOMUND en la Catedral, donde señaló que la mejor manera de apoyar a las misiones “es que cada uno de nosotros seamos solidarios, fraternos, generosos, humildes, capaces de ponernos en la carne del otro, como Jesús”.

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

Mons. Julio Parrilla, obispo emérito de Riobamba (Ecuador), presidió la celebración diocesana del domingo de las misiones, en la Catedral Vieja de Salamanca, el pasado domingo, 23 de octubre. El prelado estuvo acompañado del director del Servicio diocesano de Misiones, José Miguel González; el exdirector de OMP Salamanca, Juan Robles, y el P. Marco, un sacerdote esloveno que acudió acompañado de un grupo de peregrinos que hicieron un alto en su camino hacia Santiago de Compostela.

Voluntarios, misioneros, y amigos de la misión se dieron cita en la seo salmantina para celebrar la Jornada Mundial de las Misiones, el DOMUND, una jornada que este año cumple 200 años al servicio de la misión, con el lema «Seréis mis testigos».  Una eucaristía que fue preparada con todo detalle por el Servicio diocesano de Misiones y animada por el coro de la parroquia de Sancti Spiritus.

En su homilía, el obispo, Mons. Julio Parrilla, tuvo un recuerdo muy especial hacia todos los que llevan las misiones “en el corazón” y se refirió a la Palabra proclamada, la parábola del fariseo y el publicano (Lc, 18, 9-14), “muy oportuna siempre, pero especialmente en estos tiempos en que prima una cierta autosuficiencia, sobre todo, en nuestro mundo occidental, donde parece que todo es posible y que hay de todo”, e invitó a revisar nuestra actitud.

En este sentido, recordó que ha pasado treinta años fuera de Salamanca, su diócesis de origen, “de aquí salí y aquí volví, y las cosas han cambiado mucho, pero cuando uno procura mirar con los ojos de la misericordia, que son siempre ojos críticos, se da cuenta de que no todo es tan maravilloso”.

Este prelado misionero subrayó las palabras de Jesús: “Los pobres los tendréis siempre entre vosotros”, y añadió, que en España y en Salamanca, “el autosuficiente no necesita mirar muy lejos porque tiene la vista puesta en el propio yo, en el pequeño círculo de gente que le rodea”. Al tiempo que se siente dolido por esta sociedad, “en la que los pobres se vuelven invisibles, forman parte ya de un paisaje que está integrado en la retina de nuestros ojos”.

La felicidad no la da el dinero, sino la solidaridad

Mons. Julio Parrilla, obispo emérito de Riobamba (Ecuador), durante su homilía en la celebración diocesana del DOMUND, el pasado 23 de octubre en la Catedral vieja de Salamanca.

Mons. Julio Parrilla hizo presente también las diferencias con el mundo pobre, concretamente, de África y América Latina, mientras aseveraba que “tener dinero no es garantía de felicidad”. Algo que ha podido comprobar de primera mano como misionero en Ecuador, donde llegó en 1991, como recordó: “He vivido en sociedades pobres, pero he vivido también con gente muy feliz, porque la felicidad no está en la billetera, sino en el corazón, en poder dormir con la conciencia tranquila y sabiendo que Dios está contigo”.

Y abogó por intensificar nuestra solidaridad, “que seamos capaces de compartir la plata, pero no solo”, ya que en su opinión, “lo más importante es “compartir tu vida, tu amor, tu trabajo, el compromiso por sacar adelante la Iglesia y un mundo infinitamente mejor”.

Compartir pan y esperanza

El obipo emérito de Riobamba señaló que hay que tener buenos sueños, planes y proyectos, así como “la capacidad de sacarlos adelante”, pero, sobre todo, “hay que tener confianza en Dios“. También destacó que la gente necesita pan, “pero también esperanza”. Y remarcó que un cristiano tiene que saber compartir el pan y  la esperanza.

Testigos de ello son los misioneros y misioneras que han salido de nuestras comunidades y están presentes en todos los territorios de misión, haciendo de su vida una entrega al servicio del anuncio del evangelio. Así, recordó que España ha sido ejemplar en el tema de las misiones, “porque incluso en esta época de vacas flacas, más de 10.000 españoles están repartidos por el mundo en tierras de misión”.

“Gente que se ha tomado en serio el anuncio del evangelio y la Palabra de Jesús: ‘Vayan por todo el mundo’, a pesar de las dificultades y de las situaciones adversas, en medio de la violencia, de las guerras, del terrorismo,… los misioneros han sabido permanecer fieles donde los puso el Señor”, alentó este prelado emérito.

Colaborar con las misiones

Mons. Julio Parrilla subrayó que los misioneros son para nosotros “un reclamo”. E interpeló que posiblemente, “no podamos arreglar el mundo ni la Iglesia, pero podemos hacer todavía mucho bien”. Así destacó que hay muchas cosas que animar, alentar, “mucha gente a la que acompañar, muchas palabras buenas que decir…”.

También pidió que es necesario “rezar con humildad, como el publicano al que Jesús alaba y “amar”. Para este obispo, la mejor manera de apoyar a las misiones “es que cada uno de nosotros seamos solidarios, fraternos, generosos, humildes, capaces de ponernos en la carne del otro, como Jesús”. 

Por último, insistió en lo que se pide en el domingo de las misiones: “Seamos generosos, lleven una vida santa, y sean capaces de dolerse y de amar a quienes necesitan ayuda y salvación”.

 

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