05/06/2025
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Casa Talita ya está lista para abrir sus puertas a tres mujeres jóvenes que al cumplir la mayoría de edad dejan los centros de menores, bien de instituciones públicas o privadas, y comienzan el camino a su independencia. El pasado martes, 3 de junio, las instalaciones de este hogar fueron bendecidas por el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, junto a representantes de las tres congregaciones que coordinarán el proyecto: los Agustinos Recoletos, a través de su fundación Arcores; las Hijas de Jesús y las Hermanas de la Consolación.
En el acto estuvieron presentes el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, y representantes de las congregaciones religiosas implicadas, como el consejero general y delegado de ARCORES, Jaazeal Estelou Jakosalem (Tagoy); la provincial de las Hijas de Jesús, María Rosa Espinosa, y la provincial de las Hermanas de la Consolación, María Dolores García, así como numerosos amigos y colaboradores del proyecto.
La religiosa, Marisa Carrero, fue la primera en decir unas palabras en la inauguración oficial del proyecto: “Damos gracias al Señor por la posibilidad que nos ha dado de caminar juntos como Iglesia en este proyecto interinstitucional, que ofrece acompañamiento integral, y una segunda oportunidad a mujeres jóvenes en situación de vulnerabilidad tras salir del sistema de protección”. El objetivo, según remarcó, “es ayudarlas a construir un proyecto de vida que haga realidad sus sueños”, y confían en que esa Casa Talita, “se convierta en un hogar de alegría, de apoyo y de crecimiento”.
Durante esta celebración, el responsable de crear el logotipo de Casa Talita, el agustino recoleto filipino, Jaazeal Estelou Jakosalem (Tagoy), explicó el significado del nombre “Talita”, que evoca las palabras de Jesús a la hija de Jairo en el Evangelio de Marcos: “Talita kum”, es decir, “Contigo hablo, niña, levántate”. Un texto que fue proclamado por el vicario general de la Diócesis de Salamanca, Tomás Durán.
El logotipo del proyecto también fue explicado en este acto, donde se representan cuatro figuras femeninas, símbolo de las residentes, y cuatro instituciones: la Diócesis de Salamanca, las Hijas de Jesús, las Hermanas de la Consolación y los Agustinos Recoletos, “todas unidas bajo un techo triangular, imagen del hogar, con una flecha ascendente que representa el movimiento transformador en sus vidas”.
El obispo bendijo la casa con una oración cargada de significado: “Sea este un lugar en el que se medite la Palabra, se practique el amor fraterno, y se ejercite una incansable ayuda a los hermanos”. También recordó que la casa nace del legado del exrector de la Universidad Pontifica de Salamanca, el sacerdote, Julio Manzanares, y de su hermana Margarita, “que nos ha parecido que este sería el mejor fin”, subrayó el Mons. José Luis Retana.