ACTUALIDAD DIOCESANA

27/03/2024

EvangelizArte: La Última Cena bajo el simbolismo de Jerónimo Prieto

El Triduo Pascual comienza el Jueves Santo con la Última Cena que hizo Jesús con los doce apóstoles, y desde el Servicio diocesano de Patrimonio Artístico, proponen vivirlo a través del arte y la representación de este momento

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

“La noche antes de su muerte, Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar la cena de la Pascua judía. Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y lo compartió con sus discípulos diciendo: “Tomad y comed; esto es mi cuerpo” (Mateo 26,26)

 

En una de las 21 tavolettas que el artista salmantino, Jerónimo Prieto, ha realizado para la Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz, está representada la Santa Cena desde el simbolismo particular del autor. Desde el Servicio diocesano de Patrimonio Artístico, su responsable, el sacerdote, Tomás Gil, invita a la comunidad diocesana a vivir el Triduo Pascual a través del arte.

Las seis nuevas tavolettas, en la sala de la Contemplación.

Esta obra puede visitarse hasta finales de abril en la sala de la Contemplación del Museo Diocesano, en el Palacio Episcopal, “donde están expuestas las seis nuevas tavolettas de Jerónimo Prieto”. Y en una de ellas, se representa la Última Cena, “con un universo muy particular de este artista”, que como matiza Gil, “le gusta mucho el mundo de lo simbólico y crea una simbología propia de él, con la que nos quiere contar algo, con la que nos quiere transmitir una idea de lo que está aconteciendo en cada una de las escenas que él pinta”.

En esta tavoletta se representa una Última Cena, “atípica”, porque no están sentados alrededor de una mesa, sino de pie. “Aunque es verdad que está representada la habitación del cenáculo, y por eso, en la parte de abajo está el enlosado, que crea una perspectiva de profundidad”. Además, al fondo se ve la pared de la habitación, “donde se reflejan las sombras de Jesús y sus discípulos”.

El centro de la escena

En la escena, según detalla el responsable del Servicio de Patrimonio Artístico, aparecen los doce apóstoles en torno a Jesús. “Es el momento en el que Jesús levanta la cabeza, da gracias al Padre, bendice el pan y se lo da a sus discípulos diciendo: “Tomad, comed, esto es mi cuerpo“, y lo parte y se lo da a los discípulos, diciendo: “esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”.

Además, confirma que a Jerónimo Prieto no le interesa tanto el aspecto de la mesa, “sino lo que crea la mesa y el cuerpo de Cristo en torno a él, que es la fraternidad”. El grupo de los discípulos, alrededor de Jesús, forman un corro. “Están todos alrededor, e interpreta también ese momento de manera histórica con la Pascua, lo que aparece en el Libro del Éxodo, de como el pueblo de Israel para salir de la esclavitud de Egipto, en aquella cena, antes de partir, comieron el cordero con las hierbas amargas y lo comieron de pie, como están ellos en este momento, de pie y con el bastón en las manos, y con los pies dispuestos a la salida”, detalla. Tomás Gil subraya ese simbolismo de hacer el camino de salida de la esclavitud, “hacia la libertad”.

Y en esta obra, añade, se refleja como la Iglesia siempre lo ha contemplado, “la primera Pascua desde la Pascua de Cristo, que es el paso de este mundo al Padre, a través de la muerte en la Cruz para entrar en la vida nueva de la Resurrección”.

La figura de Judas

De los personajes que aparecen junto a Jesús, destaca dos personajes que se salen de lo común. Por un lado, un niño que está abajo, en el suelo, y que tiene un pez y un trocito de pan de Jesús, “que lo ha recibido de él, y que nos recuerda a la Eucaristía, tal y como es concebida en San Juan, en el capítulo sexto, en el que aparece la multiplicación de los panes y los peces, que es donde entiende San Juan que se realiza la Eucaristía, en medio del ministerio de Jesús y en medio del mundo”.

Y el fondo aparece otra persona, en el lado izquierdo y esquinado, “que está yendo hacia el fondo de la habitación y se está alejando del grupo de los discípulos por su traición y por la entrega de Jesús, que es Judas, y se está metiendo en la sombra, se está escondiendo”. Según describe Tomás Gil,  Jerónimo Prieto ha querido dejar a las claras por qué se esconde, “cuál es la vergüenza de la traición de Judas, que es la bolsa del dinero”. Y por eso, en un rincón de la tavoletta aparece el brazo iluminado y la bolsa de las monedas de Judas , “dando a entender que esa traición de Judas nace de la búsqueda del tener y del poder por parte de él, y que renuncia al camino nuevo del Evangelio que plantea Jesús en esa entrega de la vida hasta el final y hasta el último lugar”.

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