ACTUALIDAD DIOCESANA

30/03/2020

Fallece el sacerdote diocesano Fructuoso Mangas a los 82 años de edad

La comunidad diocesana lamenta su pérdida y pide una oración por su eterno descanso

En la madrugada de este lunes, 30 de marzo, ha fallecido en el hospital de Salamanca el sacerdote diocesano Fructuoso Mangas, a los 82 años de edad, tras sufrir un ictus hace unos días. Desde su ordenación sacerdotal, hace 57 años, este presbítero se volcó en su tarea pastoral y social, junto a los más desfavorecidos. Voluntario de Manos Unidas desde hace 53 años y consiliario de la organización desde hace más de dos décadas.

Fructuoso Mangas nació en Yecla de Yeltes, un 19 de diciembre de 1937, un municipio del que presumía, “con el castro vetón más completo de toda la costa Atlántica”. Estudió Bachillerato en Salamanca capital, después, Filosofía, y su llamada al sacerdocio se culminó con la ordenación un 14 de abril de 1963, a los 24 años. Después, amplió sus estudios en Teología y Lenguas Clásicas.

Su primer destino como sacerdote fue la parroquia de San Pablo, donde permaneció durante nueve años, y después, durante 45 años, volcó su alma y corazón en la iglesia de La Purísima, junto al sacerdote José Manuel Hernández. A este templo llegó con 36 años, y de su etapa allí el siempre destacó “la creatividad, la originalidad de cada proyecto e idea”, o las publicaciones o proyecciones diseñadas con detalle para su labor pastoral, “que en determinadas épocas se salía de la normalidad”, apuntaba en alguna ocasión.

Intensa labor durante 45 años

Este presbítero también presumía de los grupos que se habían creado en La Purísima, como el de Biblia o el de catequesis de adultos, entre otros, “y que se han seguido reuniendo durante más de 30 años”. Fructuoso siempre cuidó al máximo las celebraciones, de contenido, formal, estético… y con su pequeño grupo de teatro para las eucaristías. Desde la parroquia también se volcó en el ya desaparecido barrio chino, en su época más complicada, y siempre tuvo un recuerdo especial para los enfermos, para los más desfavorecidos, como su lucha contra el hambre en los países del Tercer Mundo.

Entre otros cargos  a lo largo de sus 57 años de sacerdocio destacar también su presencia en el “Patronato Benéfico Virgen de la Vega (Asilo San Rafael)”, y presidente de la Fundación “San José y Santa Teresa“. Además, fue delegado de Pastoral Familiar o director de la Comisión de Medios de Comunicación para la Jornada Mundial de la Juventud, en 2010, entre otros.

La comunidad diocesana lamenta su pérdida y ruega una oración por su alma y  su descanso eterno. Especialmente, le recuerdan en Manos Unidas, donde ya se sienten “mancos” sin sus manos, y recuerdan “cuántas manos sostuviste, cuántas almas animaste…”. Asimismo, lloran su ausencia en la Unidad Pastoral Centro-Histórico, o en la Comunidad Abba de Fe y Luz, del que era integrante, entre otros.

DEP, y que brille para él la luz eterna.

 

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