09/06/2019
El clero diocesano de Salamanca está convocado a participar en la eucaristía de la fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, que se va a celebrar el próximo jueves 13 de junio, a las 18.00 de la tarde en la capilla del Monasterio Santa María de la Vega de las religiosas Oblatas de Cristo Sacerdote, en la Avda. de los Maristas, 79. La Eucaristía será presidida por el sr. obispo Mons. Carlos López y estará animada con los cantos gregorianos de las religiosas.
Por otro lado, la comunidad de Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote también celebrará la fiesta con una eucaristía a las 19.30 de la tarde en la parroquia de Santa Marta de Tormes que será presidida por el sacerdote operario Santiago Guijarro. En la celebración darán gracias a Dios por la vida de Pepita García Paceti y Felicitas Blanco, miembros de dicho instituto secular fallecidas recientemente.
Esta fiesta, introducida en España en 1973 con la aprobación de la Sagrada Congregación para el Culto Divino, se celebra el jueves siguiente a la celebración de la solemnidad de Pentecostés y tiene su fundamento en el sacerdocio de Cristo, como se cita en la Carta a los Hebreos 4, 14-16: “Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos -Jesús, el Hijo de Dios- mantengamos firmes la fe que profesamos. Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna”.
A pesar de ser una jornada intensamente sacerdotal, en la que se nos invita a orar por la santificación de los sacerdotes y por las nuevas vocaciones a este ministerio, un aspecto a tener en cuenta es que esta fiesta involucra a todos los fieles pues por el sacramento del Bautismo, todos hemos sido configurados con Cristo Sacerdote, Profeta, y Rey.
Oh Jesús, Eterno Sacerdote!
guarda a tus sacerdotes al
abrigo de tu Corazón.
Guarda sin manchas
sus manos consagradas
que diariamente tocan
tu santo Cuerpo,
y limpios sus labios
teñidos con tu preciosa Sangre.
Guarda puros sus corazones,
marcados con el sello sublime
del Sacerdocio, y no permitas
que el espíritu del mundo
los contamine.
Aumenta el número de tus apóstoles,
que tu santo Amor
los proteja de todo peligro.
Bendice sus trabajos
y que el fruto de sus desvelos
sea la salvación de muchas
almas, que serán su consuelo
aquí y su corona eterna.
Amén.
ACTUALIDAD DIOCESANA