20/09/2019
“La Acción Católica General no es una asociación más sino en sus diversas realizaciones tienen su manera de manifestar a los laicos de la diócesis”, apuntaba”, apuntaban ayer en la presentación del equipo de responsables de esta asociación laical de la Iglesia que cerró la jornada de la Semana de Pastoral. El título de su intervención era ‘Las parroquias llamadas a ser un pueblo de Dios en salida. Descripción, análisis y valoración de las diócesis en España en donde han implantado la Acción Católica Española General.
La presentación corrió a cargo del sacerdote diocesano, José María Miñambres, quien recordó que en el reglamento de la Delegación de Apostolado Laical de la diócesis se ha incluido un ‘excursus’ sobre la Acción Católica General, donde el obispo, Carlos López, recuerda las palabras del Papa Francisco sobre este movimiento: “El carisma de la Acción Católica es el carisma de la misma Iglesia encarnada profundamente en el hoy y en cada Iglesia diocesana, que busca nuevos caminos de evangelización y de misión a partir de las diversas realidades parroquiales”.
En el auditorio de Calatrava también se pudo escuchar ayer las palabras del Santo Padre sobre la Acción Católica General en un vídeo de presentación de su proyecto, renovado justo hace diez años, en 2009. El responsable del sector de Jóvenes de esta asociación laical, Fran Ramírez, recordó que en esta década han realizado una nueva configuración de su proyecto. Además, insistió en que se trata de un procesión de formación “para toda la vida”, y que para formar parte, “basta querer profundizar en la fe y querer encontrarse con Jesús, da igual la formación o los estudios que tenga”.
Ramírez reiteró que la Acción Católica General presenta en Salamanca, al igual que en otras diócesis “un proyecto renovado al servicio de las parroquias“. Este responsable bajó al patio de butacas para lanzar su mensaje más cerca del público, donde relató que el presento que presentan es para hacer “cristianos reales, de parroquias, cristianos comprometidos para transformar el mundo”.
Sobre los destinarios del proyecto, se trata de laicos de la parroquia de todas las edades, desde niños, jóvenes y adultos. Porque bajo su punto de vista “hacen falta testigos para esos jóvenes, que puedan ver lo que hay, un camino de fe fomentando la realidad familiar,” porque, como también dejó claro, “somos cristianos de parroquia”. Y reconoció que muchas veces, las parroquias “no están revitalizadas”.
Por su parte, el consiliario de la Acción Católica, Jose Antonio Cano Cano, sacerdote de la Diócesis de Cartagena, recordó que en la actualidad “en la sociedad vivimos el aislamiento”, y que en las parroquias se aprecia como en el primer anuncio, los niños tras recibir la primera comunión, “desaparecen”, al igual que tras la confirmación.
Por ese motivo, Cano apuesta por una conversión primera, “porque no se habían encontrado con Jesucristo”, y en relación a la Acción Católica General, “hemos venido para quedarnos, que se viva la fe con intensidad para llevarnos a todos los grupos y parroquias”. Y en todo el proceso, el consilario apunta al valor del “acompañamiento”, y en las fases de “conocer, orar-celebrar y vivir”. Por último, defendió que el método funciona “y forma cristianos para el mundo”.
Antes de la presentación de la Acción Católica General , en la Casa de la Iglesia tuvieron lugar diferentes mesas de trabajo. La primera de ellas estaba centrada sobre la ‘Salamanca vacía‘, presentada y moderada por el sacerdote Ramón Martín Gallego. En la introducción, recordó que nueve de cada diez municipios han perdido habitantes en el último siglo. El concejal de Monleras, Juan Jesús Delgado, aportó el punto de vista de ‘La mirada desde la tierra’, y aseguró que el pueblo ha pasado a ser “un lugar de ocio y no de trabajo”. En esta mesa también se abordó la mirada de un teólogo y por último, ‘La mirada del pastor’, a cargo de Carlos José Martín, sacerdote en la Sierra de Francia. “Apostar por el mundo rural significa acompañarlo, cuidarlo, crear espacios de reflexión y de diálogo”, sentenció. Además, reflexionó que en los pueblos de la Sierra de Francia, “los habitantes del mundo rural dejan de ser campesinos para ser jardineros de la naturaleza”. Y en el medio que él trabaja cree que es de vital importancia educar en valores, “en lo social, etc.”.
Otra de las mesas de trabajo planteaba ‘Sin la Biblia tampoco podemos vivir’, bajo la moderación de Juan Antonio Mateos, y donde se dieron a conocer diferentes experiencias, como la de una integrante de los grupos de Biblia de la Unidad Pastoral Centro Histórico, quien recordó que el impulso del Vaticano II, “para que todos los fieles nos acercáramos a la Biblia, para estudiar en profundidad los Evangelios”. Para ella, los dos pilares fundamentales en la vida cristiana son la eucaristía y la palabra de Dios, es decir, la Biblia. La mesa se completó con tres testimonios más, de Cabrerizos, San Marcos y Alba de Tormes.
Y la tercera mesa de trabajo, moderada por el delegado diocesano de Catequesis Rafael Blanco, abordó el tema de la catequesis y la celebración de sacramento de iniciación cristiana en los colegios. Una cuestión polémica que se trató desde tres prismas. El priemro desde la mirada del derecho parroquial y del directorio de sacramentos. En sentido el vicario judicial de la diócesis, Casimiro Muñoz señaló que “las normas de la Iglesia no son totalmente asertivas porque están aplicadas a las personas” y ante todo debe regir la coordinación entre las dos realidades Colegio y parroquia.
Una segunda mirada desde la experiencia de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores en el Barrio de San José de Salamanca donde ha mermado la vida parroquial sin la presencia de niños y jóvenes en los procesos de iniciación. Motivada en gran medida porque las familias deciden llevar a los niños a los colegios concertados donde les inscriben a la catequesis para inciar allí su proceso de fe, como apuntó su párroco Emilio José Hernández scj.
Y una tercera, a través del testimonio que ofrecieron tres madres sobre el servicio a la evangelización que vienen prestando en el Colegio de los Maristas, una experiencia veterana que está vinculada desde sus orígenes con la parroquia de La Purísima. “La secularización que vivimos en la sociedad muchas veces ofrece familias que están totalmente desvinculadas de la fe y en el Colegio vemos una oportunidad de volver a vincular a estas familias y encaminarnarlas hacia un proceso de iniciación a la fe”, apuntaba Isabel. “En el Colegio animamos a las familias a celebrar su fe en comunidad, en su parroquia. Insistimos mucho en ello y entendemos que es fundamental la coordinación entre la parroquia y el colegio”, aseveraron.
Tras estas intervenciones se estableció un rico diálogo entre los asistentes en el que se intentó responder a cuestiones como ¿qué tipo de evangelización hay que hacer en las parroquias y en los colegios?¿quienes son los que han de recibir el evangelio? ¿con qué medios contaremos para hacerlo mejor y más eficiente? Se habló de las motivaciones reales de los padres para elegir los colegios para la iniciación cristiana de sus hijos, en lugar de las parroquias, de los pros y contras de la catequesis en los colegios, … y como conclusión se abogó por fomentar mucho más la comunión y la coordinación entre los responsables de la iniciación cristiana entre estas dos realidades, promoviendo acciones conjuntas y favoreciendo una mayor conciencia eclesial. En ese sentido desde la delegación diocesana de Catequesis tras un diálogo con los responsables de la iniciación cristiana en los colegios concertados, se ha elaborado un borrador que tiene precisamente esas líneas de acción como apuntó Begoña Antolínez, miembro del equipo diocesano de catequesis.
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