26/04/2025
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL
Un microbús se convertirá el próximo 31 de mayo en la “Línea 105”, con la intención de dar a conocer cuatro proyectos de la Iglesia diocesana que son financiados a través de los fondos de la X de la Renta. Esta misma propuesta se ha realizado a nivel nacional en Valladolid, como campaña para animar a los contribuyentes a que marquen la X en la casilla de la Iglesia Católica, que lleva por epígrafe el 105.
La Diócesis de Salamanca ha seleccionado cuatro paradas que se recorrerán a lo largo de una mañana. El punto de encuentro tendrá lugar en la Casa de la Iglesia a las 9:00 horas, previa inscripción gratuita en la página web de XTantos , con un límite de 15 plazas. La primera parada de este viaje de la “Línea 105” será en la parroquia de Santa Marta, donde se dará a conocer la labor social y pastoral a través de su párroco, Mariano Montero, y varios testimonios. Después, el grupo se desplazará a la iglesia de Moriscos, donde se detallarán las obras de mejora del patrimonio en su interior, donde destaca su artesonado del siglo XVI, y que representa a las decenas de templos que se mantienen cada año gracias a los fondos que recibe la Iglesia de Salamanca.
La tercera parada se realizará en el colegio concertado “Pizarrales”, que es diocesano, “para dar a conocer su integración social y su labor educativa”, apuntaba el vicario general, Tomás Durán. Para detallar la actividad de este centro educativo, su actual directora, Placidia Mateos, compartió su experiencia personal y profesional en el centro: “No es solo un simple lugar de trabajo, es mi segunda casa”, apuntó. Ella lleva 21 años allí y habló de los inicios del centro, que comenzó en los bajos de la parroquia de Jesús Obrero de Pizarrales, “donde un grupo de jóvenes atendía a los niños”. Así se convirtió, primero en la filial masculina del Instituto Fray Luis León, y unos años más tarde, en el primer colegio mixto de Salamanca.
Asimismo, ha tenido también el reconocimiento como un centro de integración. “Ofrecemos una educación cercana, accesible e integral para todos los niños y niñas del barrio”, subrayaba la directora. El centro cuenta con una sola línea y algo más de 300 alumnos con 25 profesionales, de los cuales cinco son personal no docente. “Pero lo que realmente nos define no son los números sino los valores que transmitimos”, aseguraba Mateos.
Esta responsable habla del tipo de alumnado, “muy diverso”, con niños y niñas de distintos orígenes y culturas, “con alumnos del pueblo gitano, de países de Latinoamérica, del Este, de Europa o del norte de África, entre otros. En las aulas tienen alumnos con grandes capacidades, con discapacidad auditiva, con TEA o con Síndrome de Down, “pero todos y cada uno de ellos forman el colegio y tiene su lugar, y están plenamente formados e integrados”.
Placidia Mateos recordaba el lema del colegio: “Educamos para un mundo en colores”, “donde los profesores nos esforzamos a diario para construir un espacio donde todos los alumnos se sientan acogidos, valorados, y realizamos una gran labor de acogida con todas las familias, especialmente aquellas que más lo necesitan”.
Después de relatar la labor de este colegio diocesano, la directora animó a los ciudadanos a marcar la X de la Iglesia en su declaración de la Renta, “no solo como un gesto de apoyo y ayuda a la institución religiosa, “sino también a realidades concretas como es la de nuestro colegio”.
La cuarta y última parada de la “Línea 105” será en el centro de salud mental Ranquines, coordinado por Cáritas diocesana de Salamanca pero del que forman parte varias entidades de Iglesia. Allí se dará a conocer la labor diaria que realiza con personas en riesgo de exclusión social con trastornos de salud mental.
Por su parte, el vicario general, Tomás Durán, quiso agradecer a los contribuyentes salmantinos que marcan la X en su declaración de la Renta: “Gracias a su generosidad podemos sostener nuestras parroquias, nuestros templos, la acción social, los proyectos educativos y la presencia evangelizadora de la Iglesia”, remarcó.
Durán ha recordado que esta X “no es un impuesto, ni implica un coste adicional”, sino una forma de destinar el 0,7% del IRPF al sostenimiento de la Iglesia Católica. “Es compatible con marcar también la casilla de otros fines sociales, no compiten entre sí, se pueden marcar ambas”, ha insistido.
El vicario general también ha subrayado que “la Iglesia es un bien social, cultural y ciudadano” porque evangelizar “es también humanizar”, y considera que la fe “imprime valores de convivencia, solidaridad y participación ciudadana”.
En cuanto al destino de los fondos recaudados a través de la “X”, el vicario general explicó que se destinan a varios ámbitos importantes. Uno de ellos es la conservación del patrimonio cultural, que incluye templos y edificios históricos, especialmente en el ámbito rural. También se emplean en proyectos de catequesis, apoyando las parroquias, los colegios y otras instituciones que ofrecen formación en la fe. Además, una parte de los fondos se destina a asistencia social, a través de obras sociales que ayudan a los más necesitados. Otro de los fines es el sostenimiento de los sacerdotes y el personal laico, quienes desempeñan labores pastorales y de apoyo en diversas actividades.
En la presentación de esta campaña también ofreció su testimonio una joven de Pastoral Juvenil, Elena López, quien recordó su voluntariado en el proyecto Molokai, en concreto, de atención a personas sin hogar: “El café era la excusa, lo que más valoraban era que alguien les escuchara”. Ella anima a los jóvenes a marcar X y a vivir la experiencia del voluntariado, “porque es más lo que recibimos que lo que damos”.