ACTUALIDAD DIOCESANA

22/04/2022

La liturgia de cerca: “Ponerse de pie en las celebraciones”

El delegado de Liturgia de la Diócesis de Salamanca, Emilio Vicente de Paz, inicia una serie de vídeos mensuales donde repasa las claves para vivir las celebraciones litúrgicas

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

Conocer la liturgia es clave a la hora de participar en una celebración eucarística, llena de signos y ritos que los fieles tienen que sentir y vivir. El delegado de Liturgia de la Diócesis de Salamanca, el sacerdote Emilio Vicente de Paz, nos acercará cada uno de ellos en una serie de vídeos mensuales.

Emilio Vicente es el delegado de Liturgia de la Diócesis de Salamanca

En el primero de ellos habla sobre los momentos en los que hay que ponerse en pie y su significado. Al respecto, este responsable recuerda que en las celebraciones litúrgicas, “nos sentamos y nos levantamos muchas veces”. Este sacerdote considera que mantener las posturas litúrgicas correctas en cada momento, “es importante porque ayudará a que la actitud interior sea también correcta”.

Un ejemplo, de rodillas, “adoración o súplica intensa”, o de pie, “oración o respeto”. Y sentados, “escucha atenta o meditación”, detalla. Emilio Vicente de Paz precisa que estas distintas posturas tienen significados universales “que vienen de muy antiguo” y que “fomentan la unidad de la Iglesia”.

Varios momentos significativos

El hecho de estar de pie en la celebración tiene que ver, según señala, “con la Resurrección”, porque “resucitar es volverse a levantar”. El delegado de Liturgia asegura que el cristiano ha resucitado con Cristo en el Bautismo y en las celebraciones litúrgicas expresa “ese estado ‘sacramental’ de semejanza con Cristo, manteniendo la postura de pie en varios momentos significativos”.

Vicente de Paz habla de esos momentos, como por ejemplo, en la oración, “las palabras que se dirigen a Dios”. Este presbítero explica que toda oración litúrgica se hace de pie, “el Yo confieso, la oración colecta, la plegaria eucarística y el Padrenuestro“.

Al respecto, concreta que en todos estos momentos, los fieles o el sacerdote en su nombre, “se dirigen a Dios en segunda persona (tú) y lo hacen de pie”. Y cuando se proclama el evangelio todos se levantan, “ya desde que comienza la aclamación Aleluya, pero en este caso no por ser una oración, sino por ser el momento culminante de la liturgia de la Palabra”.

Tras la presentación de los dones

Emilio Vicente precisa que hay un momento en el que algunos fieles dudan sobre el momento en que deben ponerse de pie, “después de la presentación de los dones de pan y vino”. Y como argumenta, la respuesta está en el misal: “Los fieles estarán de pie desde la invitación ‘orad, hermanos’, que precede a la oración sobre las ofrendas”, subraya.

E insiste el delegado de Liturgia que cuando el sacerdote ha preparado las ofrendas y se ha lavado las manos, “al volverse hacia el pueblo y dirigirse a él con las palabras ‘orad, hermanos’, abriendo los brazos, todos se ponen de pie”. De manera que cuando el presbítero concluye esa invitación, ya todos estén de pie y puedan decir en esta postura: “El Señor reciba de tus manos“, que es una oración indirecta, como precisa.

Vicente de Paz explica que a partir de ese momento y hasta el final, “todos estarán de pie excepto durante la consagración, en que estarán de rodillas, y después de comulgar, en que podrán estar sentados o de rodillas, hasta que el sacerdote se ponga de pie para decir la oración después de la comunión”.

 

Las excepciones

Solo hay tres momentos en los que el sacerdote está de pie y los fieles no. En concreto, la homilía, la preparación de los dones y al final del rito de la comunión. Desde la Delegación de Liturgia reiteran que cuando el sacerdote se pone de pie, todos se pondrán inmediatamente de pie “sin esperar a que el sacerdote diga “oremos”, ni “de pie”, ni nada”.

Y detalla que esto ocurre en dos momentos: “Después del silencio que sigue a la homilía, cuando el sacerdote se levanta para iniciar el Credo o la oración de los fieles, y después del silencio que sigue a la comunión, antes de la oración”.

 

Durante la homilía los fieles permanecen sentados.
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