ACTUALIDAD DIOCESANA

19/06/2024

Las últimas adoradoras de ANFE Salamanca

Tras 89 años de historia en la Diócesis de Salamanca, la Adoración Nocturna Femenina cierra sus puertas por falta de relevo generacional. Pepita Albarrán y Pepita Rodríguez cuentan cómo ha sido formar parte de esta asociación pública de fieles

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La Adoración Nocturna Femenina (ANFE) de Salamanca celebró su primera vigilia en la noche del 31 de diciembre de 1935, en la iglesia de las Jesuitinas de la calle Zamora, y tras 89 años de historia han cesado su actividad por falta de relevo. Una decisión que tomaron en su última asamblea, celebrada el pasado 4 de mayo en la Casa de la Iglesia, aunque reconocen que les ha costado bastante dar este paso. Así lo detallan Pepita Albarrán y Pepita Rodríguez, que llevan en esta asociación pública de fieles una gran parte de su vida (39 y 35 años respectivamente), en especial, la primera de ellas, ya que sus padres fueron adoradores en otros movimientos, y cogida sobre los hombros de su madre ya recuerda más de una vigilia nocturna.

Pepita Rodríguez junto a la última presidenta de ANFE Salamanca, Pepita Albarrán

La pandemia marcó un antes y un después de su actividad, aunque durante el confinamiento hacían las vigilias cada una en su casa. Pero tras ella, el grupo quedó mermado, y el turno de adoradoras se fue reduciendo, “cada vez somos más mayores y estamos más deterioradas, y salir de noche no es fácil para todas”.

La primera presidenta de la historia de ANFE Salamanca se llamaba Pepita Rodero y esta asociación estaba formada por mujeres de todas las clases, pero en su mayoría, muy cualificadas, como enfermeras, profesoras, etc. Como recuerda Pepita Rodríguez, a veces tenían que hacer turnos de adoración hasta las cuatro de la mañana y sin apenas dormir, irse a trabajar: “Pero junto al Señor se quitaban todos los males e ibas como nueva, estabas hasta más fresca”, apunta. En algo que también coincide Albarrán.

 

Adoradoras de ANFE junto a su consiliario, Juan Robles, tras la eucaristía de la última asamblea de la asociación, celebrada el pasado en la Casa de la Iglesia

Varios turnos de adoradoras

Ambas recuerdan años muy buenos, con hasta cinco turnos de adoradoras, “y siempre te ibas renovada a casa”, confiesa Rodríguez. En el caso de Pepita Albarrán ha realizado más de 500 vigilias desde que forma parte de ANFE, en la última etapa ya como presidenta. En Salamanca, la Adoración Nocturna Femenina llegó a tener tres secciones más en la provincia: Alba de Tormes, Peñaranda de Bracamonte y Valdecarros.

En su estadística histórica, por ejemplo, recogen que en 1999 contaban con un total de 226 adoradoras, de ellas, 155 en la capital, 35 en Alba, 25 en Peñaranda y 11 en Valdecarros. Y los turnos en Salamanca eran de las parroquias de Santa Teresa, Corpus Christi, San Pablo (turno parroquial), Sagrada Familia (matrimonios), además de las honorarias y el turno de las religiosas. Y como detalla Albarrán, llegaron a tener un turno de jóvenes.

Ellas destacan cuatro momentos significativos de sus 89 años de historia en Salamanca. El primero de ellos, los aniversarios, el 50 y el 75, en ambos casos con celebraciones solemnes. En el último, sacaron al Santísimo en procesión por las calles de la ciudad, presidido por el obispo, Mons. Carlos López. Además, recuerdan con especial cariño las asambleas nacionales y diocesanas, o las de formación. Como describen Pepita Albarrán y Pepita Rodríguez, con otras adoradoras de España, “formábamos ya una verdadera familia”, y juntas celebraban alguna vigilia.

Colaboración con ANE

Con especial cariño recuerdan las vigilias de las espigas, que las llevaba a diferentes pueblos de la provincia, “donde en ocasiones éramos recibidas por todo lo alto, y con gran respeto al Santísimo”, subrayan. Asimismo, enfatizan la buena relación que siempre ha existido entre ANFE y ANE (Adoración Nocturna Española), e incluso organizando cosas en común.

Otro momento emotivo fue cuando presentaron su bandera oficial, que cada procesión del Corpus Christi lucían en la ciudad, al igual que en todos los actos que participaban como asociación. Pepita Albarrán lamenta que no hayan conseguido un relevo generacional: “Yo pensaba que me iba a morir siendo de ANFE, pero bueno, seguiré siéndolo aunque haya cerrado”. Su último consiliario diocesano ha sido el sacerdote, Juan Robles Diosdado, y anteriormente les acompañaron los presbíteros Joaquín Alonso y Acisclo Sánchez, ya fallecidos. También han contado con la ayuda de Alfredo Fernández, a quienes agradecen todo su apoyo.

En la última asamblea vivieron un momento muy emotivo al despedirse de su bandera, que tienen que enviar a la sede nacional de Barcelona, “y nos está costando un montón”. Tanto Pepita Albarrán como Pepita Rodríguez transmiten su tristeza desde que se anunció el cierre, y con los ojos humedecidos por las lágrimas admiten que lo viven, “con mucho dolor”, “pero el Señor nos habrá marcado otro camino, que siempre estará a su lado“.

 

Miembros de la Adoración Nocturna Masculina y la Femenina con sus banderas durante la procesión del Corpus Christi del pasado año

 

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