ACTUALIDAD DIOCESANA

24/03/2020

“Los cristianos debemos seguir siendo sembradores de esperanza, paz y alegría”

Los obispos de la Subcomisión episcopal de Familia y Defensa de la Vida, ante la situación de pandemia del coronavirus, han emitido una nota complementaria a su mensaje para la Jornada por la Vida que se celebra el 25 de marzo. “En las actuales circunstancias, los cristianos debemos seguir siendo en nuestro entorno -con nuestra palabra y ejemplo- sembradores de esperanza, paz y alegría”, indican en ella.

 

“Sembradores de esperanza”, es el lema de la Jornada por la Vida que se celebra el 25 de marzo de 2020, en la solemnidad de la Encarnación del Señor. El título hace referencia al documento:  “Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida”que presentó el pasado mes diciembre la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida.  “El objetivo del mismo era ofrecer una mirada esperanzada sobre los momentos que clausuran nuestra etapa vital en la tierra, ayudar con sencillez a buscar el sentido del sufrimiento, acompañar y reconfortar al enfermo en la etapa última de su vida terrenal, llenar de esperanza el momento de la muerte, acoger y sostener a su familia y seres queridos e iluminar la tarea de los profesionales de la salud”, en palabras de los obispos. 

Ante la situación de pandemia por el coronavirus, los obispos de esta subcomisión han añadido una nota complementaria al mensaje para esta Jornada por la Vida que ya habían hecho público. “La celebración de la Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo tendrá este año una motivación especial”, afirman. Y recuerdan que “hay una razón para no perder la alegría profunda y la esperanza: “El Señor está contigo”.  “El Señor sigue estando entre nosotros -continúan-  y en este tiempo nos sigue llamando a vivir como creyentes. En días de dolor, muerte y miedo como éstos, los cristianos debemos recordar que estamos en las manos de un Dios que es Padre capaz de sacar cosas buenas también de lo peor e, incluso, del mal objetivo. En las actuales circunstancias, los cristianos debemos seguir siendo en nuestro entorno –con nuestra palabra y ejemplo- sembradores de esperanza, paz y alegría”.

Vivir este tiempo ‘con la fuerza de la fe, la certeza de la esperanza y el fervor de la caridad’

Y recuerdan las palabras pronunciadas por el Papa Francisco el pasado 8 de marzo, “debemos vivir esta crisis sanitaria y humana ‘con la fuerza de la fe, la certeza de la esperanza y el fervor de la caridad’. En la Jornada por la Vida, todos, como Cuerpo de Cristo, somos invitados a ser sembradores de esperanza”.

Los obispos se dirigen a las familias, “estáis invitadas a ser sembradoras de esperanza, construyendo y viviendo la Iglesia doméstica. Ahora, con el confinamiento, podemos vivir a fondo ese misterio y tal vez sea una oportunidad de recuperarlo en toda su grandeza. La Iglesia está en casa, en el hogar, en la familia y ahora más que nunca es “Iglesia Doméstica”. De un modo especial en estos días podemos aprender a descubrir a Dios en cada hogar, y darnos cuenta de que juntos formamos ese Sacramento precioso que es la Iglesia y, mientras haya quien rece en nombre de Jesús, la Iglesia está ahí y Dios en ella”.

E invitan a las familias a cultivar la oración y practicar la misericordia: “es momento de orar juntos, de esforzarnos y hacer sacrificios que, ofrecidos a Dios, serán una penitencia saludable. Es momento de cuidarnos unos a otros y de practicar la misericordia (empezando por esa maravillosa obra de misericordia quenos llama a “sufrir con paciencia los defectos del prójimo”) dentro de la familia y con los más cercanos. Es tiempo de poner en el centro de nuestra casa la liturgia de la Iglesia Doméstica. Es una maravillosa oportunidad animaros a todos a recuperar costumbres que el mundo ajetreado actual nos ha robado: el Rosario en familia, hacer juntos una oración en la mañana, el Ángelus a mediodía, la oración antes de dormir. Hay una oración maravillosa a la Virgen que el Papa ha compuesto para pedirle que nos libre de este mal y que debemos hacer juntos todos los días”.

Los obispos recuerdan las diferentes plataformas que pueden ayudarnos para sostener en esta situación nuestra fe: “En la liturgia de la Iglesia Doméstica las televisiones, radios y plataformas digitales, pueden ser una ayuda que, aunque no podrán nunca sustituir la riqueza del encuentro personal con el Señor, sí son medios que nos pueden servir para sostener nuestra fe. Y, sobre todo, no olvidaros que toda la vida contemplativa de la Iglesia se une a vosotros sembrando esperanza y os acompañan en la oración desde la vida oculta de Nazaret”.

Capellanes del Hospital de los Montalvos ofreciendo consuelo a una de las enfermas. Foto tomada antes de la pandemia.

Y dirigen unas palabras a los sacerdotes, que en esta jornada por la vida “también son sembradores de esperanza disponibles a atender las necesidades espirituales de los que se lo pidan y lo necesiten”. “El sacerdote, al igual que Jesucristo, no puede retirarse, ni esconderse ante la cruz, sino que manifiesta a la sociedad que la Iglesia también sale con ellos favoreciendo la vida”, puntualizan.

Acompañando a ancianos y enfermos

En la nota los obispos de la Subcomisión episcopal de Familia y Defensa de la Vida también tienen en cuenta la labor de los agentes de pastoral: “El amor a la vida la manifiestan aquellos sembradores de esperanza que siguen llevando la caridad a los más necesitados. Los agentes de pastoral de la salud continúan con su labor pastoral, pues no podemos estar lejos de los ancianos ni de los enfermos. Los visitadores de enfermos saben que en las actuales circunstancias no es prudente hacer sus visitas, pero quedarse en casa no quiere decir olvidarlos, sino que los acompañan en la distancia, por teléfono o por otros medios para ofrecerles ayuda continuamente“, recuerdan los prelados.

Una voluntaria de Cáritas acompañando a una anciana.

“Un ‘sí a la vida’ lo dicen aquellos miembros de la Iglesia, especialmente los religiosos y religiosas y tantas personas que siguen manteniendo la acción caritativa: los comedores sociales, los centros de acogida para los “sin techo”, la pastoral penitenciaria, los voluntarios y trabajadores de Cáritas y todos aquellos que siguen abriendo las puertas cada día para atender a los más desfavorecidos, que nos recuerdan estos días que lo poco es un privilegio, quizás porque simplemente sea lo necesario”, señalan los prelados. “Ellos hacen posible -precisan- que no se queden desasistidos durante el confinamiento “los de siempre”, como unos descartados, sino que hay una Iglesia que tiene cuidado de que nadie se quede fuera, abandonado y descontado de la lista de los hermanos”.

Reconocimiento a la labor de los sanitarios

Foto: EFE

En esta Jornada de la vida “tenemos que tener muy presente, de manera muy especial, a todo el personal sanitario, que está sembrando la esperanza con su entrega y buen hacer”, señalan los obispos.  Y dirigiéndose a ellos les alientan  “a seguir sembrando la esperanza, practicando una medicina humanitaria capaz de defender la vida de los más débiles acogiéndolos, protegiéndolos y acompañándolos en su enfermedad, aún con el riesgo de vuestras vidas. Pedimos al Señor que os ayude a discernir el uso de los medios sanitarios buscando, como siempre nos ha recomendado la ética médica, la mayor probabilidad de curación, que se verá en función de la gravedad del enfermo y no en función de su futura productividad”, indican en la nota.

Foto: La Gaceta.

Por último, los obispos se dirigen al Padre Dios para pedirle  “por todos aquellos sacerdotes, diáconos, voluntarios, personal sanitario, miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado y trabajadores y servidores públicos que han sido contagiados y han dado su vida por ayudar a los demás. Todos vosotros sois los grandes sembradores de la Esperanza Cristiana que nos habla de un cielo nuevo y una tierra nueva donde no exista el llanto, el luto ni el dolor y nos alienta a renovar nuestra confianza en Dios y recordar una y otra vez que el sentido de nuestra vida es la esperanza en su salvación”.

Invocación al Señor

“No debemos olvidar que existe un Dios que cuida de nosotros-precisan-. Como creyentes volvamos ahora nuestra mirada a nuestro Padre bueno para pedirle por los enfermos, por los que los cuidan, por los que han muerto a causa de este virus, por las personas en riesgo y quienes más van a sufrir las consecuencias económicas de esta crisis que nos amenaza. Recemos, como cristianos, para implorar a Dios que nos libre de este mal y por intercesión de la Virgen María, en la festividad de la Anunciación, nos conceda la salud para que podamos vivir según su voluntad”, concluye la nota que firman los obispos Mons. José Mozuelos Pérez, Mons. Francisco Gil Hellín, Mons. Juan Antonio Reig Plá, Mons. Santos Montoya y Mons. Ángel Pérez-Pueyo, miembros de la subcomisión episcopal de Familia y Defensa de la Vida.

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Subsidio para la liturgia- Jornada por la Vida 2020
Estampa oracional
Cartel -Jornada por la Vida 2020

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