ACTUALIDAD DIOCESANA

26/07/2023

Mons. Retana: “Para un cristiano la ancianidad es el momento de completar la ofrenda de su vida”

El obispo de Salamanca presidió la fiesta de los patronos de la Residencia diocesana, San Joaquín y Santa Ana, que ha servido para homenajear con gratitud a nuestros mayores, por lo “mucho lo que habéis entregado y siempre en fidelidad a la vocación de ser personas útiles en la sociedad”

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La Residencia diocesana ha celebrado este miércoles, 26 de julio, la fiesta de sus patronos, San Joaquín y Santa Ana, con una eucaristía en la capilla mayor de la Casa de la Iglesia, en la que los residentes estuvieron acompañados por el pastor de la Diócesis, Mons. José Luis Retana, el personal sanitario, de cocina, limpieza y los terapeutas, que velan cada día por su bienestar, así como miembros de la Curia y del Consejo Episcopal.

El obispo describió a los padres de la Virgen, y abuelos de Jesús, como personas “de profunda fe y confianza en Dios”, que velaron por la educación de su hija, “alimentado en ella el amor hacia Dios creador y preparándola para la gran misión que se le iba a encomendar”. Don José Luis resaltó en su homilía que estos santos se esforzaron en vivir “de una manera agradable a Dios”.

 

Agradecimiento a nuestros mayores

Ese día, en el que se conmemoraba a los abuelos y mayores, “es una oportunidad para rendir un homenaje por vuestra vida, con todo respeto y nuestra gratitud”, manifestó el prelado, porque “ha sido mucho lo que habéis entregado y siempre en fidelidad a la vocación de ser personas útiles en la sociedad, con vuestra entrega y con vuestro trabajo”.

Transmisores de la fe

Don José Luis mostró su admiración por el testimonio que ofrecen nuestros mayores “que incluso en las pruebas más difíciles” son ejemplo de que “no hay que perder nunca la confianza en Dios y en un futuro mejor”. También valoró el importante papel que tienen como transmisores de la fe y subrayó que “para un cristiano la ancianidad es el momento de culminar y completar la ofrenda de su vida”.  Señaló que “la vida cristiana es siempre un proyecto inacabado”, y  que “la entrega total de uno mismo es el punto final”. Por ello, es preciso “tomar conciencia del camino realizado y de las fuerzas que nos han conducido”,  porque, como reconoce, “nuestra fuerza no está en los brazos sino en el corazón, cuando es conquistado por Dios”.

Y concluyó sus palabras manifestando que necesitamos a los mayores porque “con vuestros largos años sois puntos de referencia como maestros de vida de todos los que estamos a vuestro alrededor, por ello, os agradecemos todo lo que habéis hecho por nosotros y damos gracias a Dios por vuestra vida”.

Al término de la eucaristía se celebró una comida de confraternidad con todos los residentes y una velada musical en el patio de la Casa de la Iglesia.

 

 

 

 

 

 

 

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