07/09/2022
La Diócesis de Salamanca contará con un sexto diácono permanente una vez concluya el proceso Pepe Sánchez Blanco, nuevo candidato a este ministerio. El próximo 27 de septiembre, el obispo, Mons. José Luis Retana, le instituirá como lector y acólito a las 19:30 horas en la parroquia de San Mateo.
Este candidato, a punto de cumplir los cincuenta años, está casado con Mercedes, con quien ha pertenecido a las comunidades agustinianas, y han colaborado de catequistas en la parroquia de San Mateo. Desde hace 9 años, Pepe Sánchez colabora junto a Fran Jaspe Anido como ministro para las celebraciones dominicales en espera de sacerdote en el Arciprestazgo de Guijuelo.
Con relación a su parroquia, la de San Mateo, este candidato al diaconado permanente asegura que es “mi comunidad de origen, y por la que me siento enviado”. Además, reconoce que en ella ha compartido momentos que han marcado su vida en el seguimiento cristiano, “llegamos a ser más de cuatrocientos catequistas y millares de niños y fieles que participaban en las catequesis, las oraciones, los talleres o las convivencias”.
Al comenzar como ministro para las celebraciones dominicales es cuando Pepe Sánchez comienza a sentir su vocación al ministerio del diaconado permanente. “Se trata de una llamada a vivir y a seguir configurando mi vida a la de Cristo, que se hizo servidor de todos para mayor gloria de Dios y el bien de las almas”, subraya. Y añade que se trata de una llamada a ser fiel como ministro del Evangelio, “de los sacramentos y de la caridad”.
Asimismo, considera que la mies es mucha “y los obreros son pocos”, y que vivimos en un momento “muy delicado, son pocos los sacerdotes de nuestra diócesis, y además, nos encontramos con un presbiterado mayor para poder atender a tantos pueblos, es el momento de buscar alternativas para poder llegar”.
Y aunque es consciente de que no se puede ofrecer a todos los pueblos la celebración de la eucaristía los domingos, “si podemos orar con ellos para que ese día sea también de consagración y de alabanza al Señor”.
Pepe Sánchez, además de ministro para las celebraciones dominicales, es catequista en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva. Y cada semana, realiza una catequesis sobre el evangelio del domingo, “con el fin de que las familias adquieran esa bonita vocación a la que son llamadas como escuelas domésticas”. Para él, “la familia tiene que adquirir el compromiso de educar, de formar y vivir su vocación cristiana”.
Su vocación la compagina con su trabajo como gerocultor en el colegio San Agustín, atendiendo a los agustinos de edad avanzada. “Siento una vocación especial hacia los mayores, ayudarlos en sus necesidades para que puedan llevar una vida digna y poder afrontar los retos que se le presentan al comprender que están a la espera de que el Señor les llame”, determina.
Sánchez valora el apoyo de su mujer, “que ha sido crucial para la doble sacramentalidad: matrimonio y diaconado”. De hecho, el día que será instituido lector y acólito es el decimonoveno aniversario de su boda. “Mercedes y yo nos conocimos en la parroquia de San Mateo, siendo ambos catequistas, y hemos vivido momentos muy bonitos y otros difíciles, pero nada que el amor y la fe no puedan superar”. Para él, ella es un pilar muy importante en el que sujetar su vocación, “sin su compañía, su comprensión y su cariño sería muy difícil responder de forma afirmativa”.
Fue salesiano coadjutor y misionero en Guinea Ecuatorial, y realizó el plan de Estudios filosófico, teológico y pedagógico orientado a la formación salesiana de coadjutores, en el Instituto Superior de Filosofía “San Juan Bosco” en Burgos.
Tras un proceso de discernimiento, Pepe Sánchez realizó su formación teológica, espiritual y doctrinal en la Facultad de Teología de San Esteban. En la actualidad, sigue formándose bajo el obispo, y su director espiritual, el padre Pedro Blanco, agustino, y la colaboración de otros sacerdotes, como el delegado de Liturgia de la Diócesis Salamanca, Emilio Vicente de Paz
“Muchos son los sacerdotes que me han animado a dar el salto hacia el camino del diaconado permanente, estoy muy agradecido a todos ellos por su cercanía y su oración”, reconoce. Para Pepe, se trata de una respuesta a tantas necesidades con las que cuenta la diócesis “en la atención a los pueblos, a las personas mayores y a las familias”.
Además, admite que quiere confortar su vida a la de Cristo, “que se hizo servidor de todos, ser sujeto de caridad, llamado a hacerme instrumento de la gracia para difundir la caridad de Dios y para tejer redes de caridad”.
En la actualidad, la Diócesis de Salamanca cuenta con cinco diáconos permanentes: José Luis López Redondo y Juan Bosco Sardón García -ordenados el 7 de enero de 1996-, David González Porras y Francisco Sotillo Centeno, -ordenados el 8 de diciembre 2004- y por último, Marcos García Diego – ordenado el 1 de mayo del 2019.