20/04/2023
En el ámbito europeo ha habido dos aldabonazos fuertes, en forma de libro, sobre la vida y ministerio de los sacerdotes en el momento actual. En Francia, el obispo emérito de Nanterre, G. Daucourt, publica la obra (Cf. G. Daucourt, Prêtes en morceaux, Editions Cerf. 2022), cuyo título podemos traducir por “sacerdotes en trozos”. La crisis de los execrables abusos por parte del clero, el envejecimiento de los sacerdotes, la falta de relevo por la insignificancia de vocaciones, la crítica al clericalismo y patriarcalismo…nos “ha hecho trizas” a los presbíteros. Y esto unido a una crisis causada por el exceso trabajo, de reconocimiento social que nos lleva a no tener relevo vocacional, y a una crisis de fe por la falta de fe, incluso entre los bautizados, lleva a configurar a “sacerdotes en pedazos”, sobre todo, por sentirnos “inútiles” e “innecesarios” en esta sociedad laica y de las “autodeterminaciones” del individuo declaradas como derechos sociales.
A partir de un trozo de la vida presbiteral hay que recuperar la unidad, desde la imagen dibujada del Hijo en nosotros por el Sacramento recibido, señala este obispo francés. El libro es prologado por el cardenal, Pietro Parolin.
En Alemania, unos años antes, un párroco muy conocido y valorado, de la Diócesis de Münster, durante treinta años, deja la parroquia y se va a un monasterio. Urgido por sus parroquianos, escribe un libro, traducido al italiano (Cf. T. Frings, Cosi non posso piu fare il párroco. Vi raconto perché. Ancora, Milano 2018), donde explica las razones. No es una crisis de identidad, ni un cansancio físico lo que le lleva a dejar la tarea pastoral parroquial. Hay un desfase, dice, entre para lo que ha sido formado pastoralmente y la nueva realidad social presente, donde, “unos reciben lo que piden sacramentalmente y desaparecen” (“aprovéchate y huye”), y otros, viven en una existencia totalmente laica desligada del horizonte religioso (“puedo vivir perfectamente sin cristianismo”): “ni nos necesitan, ni nos temen”, solía decir Marcelino Legido, añadiendo un “gracias a Dios”. Eso le lleva al párroco alemán a retirarse a un monasterio, porque como diría también el párroco del Cubo de Don Sancho con una sonrisa: “Ante las encrucijadas pastorales y la novedad del momento, lo mejor es poner un cartel en las parroquias que diga: Cerrado por adoración”.
Presentamos ahora dos libros, traducidos al castellano, que se sitúan en el contexto que hemos intentado plasmar con la descripción de estas sendas obras anteriores. Ambos libros presentan el momento presente como una oportunidad de gracia para vivir el ministerio hoy. Damos las gracias a la Editorial CCS por su traducción y publicación.
1. El primero nos sirve para “entender” el momento presente (Cf. E. Brancozzi, Reformar a los sacerdotes. Cómo repensar los seminarios. Editorial CCS. 2022). Es un análisis lúcido de la situación de una sociedad en transformación, una búsqueda de una nueva forma eclesial y que generan transformaciones en el ministerio. El autor es rector del Seminario en su diócesis, y profesor de Cristología, Antropología y Eclesiología.
Nos ayuda a ver lo que sucede, tanto en la sociedad, como hacia el interior de la Iglesia. Conocer y estudiar la realidad social, cultural, del pensamiento moderno, la crisis de Dios, de la Iglesia…, nos puede servir no solo para hablar a “botepronto”, o a vivir de impresiones que exponemos sin más. En este tiempo pascual, es un buen libro que podemos leer, o para el de verano. Al final del libro expone cómo repensar los seminarios, en forma de “pistas para una revisión”. Podemos estar de acuerdo o no, para eso es un libro: para dialogar con él, señalar otras soluciones…
2. El segundo nos puede servir para “encender” el corazón. Es un libro (Cf. F. Bustillo, La vocación del sacerdote ante las crisis. La fidelidad creativa. Editorial CCS. 2022) también de un obispo, de origen español, franciscano conventual, y en la actualidad pastor de la Diócesis de Ajaccio (Córcega).
Es un hermoso texto para orar mientras lo leemos. No ahorra el análisis, pero lo ilumina bellamente con la luz de la Palabra, de manera sapiencial. Nos conoce muy bien al clero; y conoce bien a los hombres, a la sociedad. Descubre nuestras fragilidades como sacerdotes y las señala, pero le pone aceite, esperanza, ternura y aliento. Ello no le impide proponer caminos nuevos, espirituales y pastorales. Nos señala al Señor y nos invita a una renovación de “los pies a la cabeza”, con una vuelta a lo esencial: el encuentro con el Señor, para configurarnos con él y la entrega por los hermanos. Ínsito: conoce muy bien el momento presente por el que atravesamos, pero ofrece aliento y enciende el corazón.
D. José Luis, nuestro obispo, en la Misa Crismal, nos señaló que la pastoral vocacional y el Seminario diocesano, son una “emergencia diocesana” que hemos de abordar en el futuro inmediato. La lectura de estos libros, y otros; la oración que susciten en nosotros, y la reflexión intelectual, nos pueden servir mucho para enriquecer nuestra vida diocesana, con una reflexión común, y un diálogo compartido y fecundo. Luz para comprender, y amor en el corazón para acoger el fuego del Espíritu Santo, es necesario para el discernimiento.
Tomás Durán Sánchez, párroco “in solidum” de Doñinos de Salamanca
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