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Un libro centinela

Un libro centinela

Autor: BORRAS, Alphonse. BORRAS, Alphonse. Cuando falten los sacerdotes. Referencias teológicas y canónicas en tiempos de escasez de vocaciones.

Editorial: Madrid: Editorial San Pablo, 2020. 198 Páginas.

El sacerdote Tomás Durán, párroco de la Unidad Pastoral Santísima Trinidad-Sagrada Familia-Aldeatejada realiza esta recensión del libro “Cuando falten los sacerdotes. Referencias teológicas y canónicas en tiempos de escasez de vocaciones”, del vicario de Alphonse Borras.

 

Hace la friolera de quince años que nuestra Diócesis planteó el tema de las Unidades de Pastoral, que abrió un debate entonces de diversos matices y perspectivas. No vamos a entrar en ello. Solo una minoría muy minoritaria acogió esta propuesta diocesana y “puso nombre” a algunas de ellas y, sobre todo, puso deseo, ilusión e impulso espiritual y pastoral. Algo ha quedado.

Aquella invitación no quiso ser, en primer lugar, una remodelación geográfica, que también, sino una mirada que hundía sus raíces en la Trinidad, el camino de Jesús, la eclesiología de comunión del Concilio Vaticano II y una pastoral misionera, para una reorganización territorial y distributiva del clero. Esa era la propuesta. Una luz desde la Palabra, el Concilio Vaticano II, el camino misionero y pascual de Jesús, para llevarnos a un impulso de mayor comunión (sacerdotes, fieles laicos y vida consagrada), en un planteamiento nuevo para la distribución del clero y del territorio geográfico, basado también en un estudio sociológico. En unidad: la luz bíblico-teológica y el “aterrizaje” organizativo. Unos lo vieron como “demasiado teológico”; otros, alabando lo teológico-pastoral, tacharon lo geográfico de “discrecional”; y algunos, los benévolos, “como una siembra evangélica” que fructificará. Quedémonos con esto último.

Alphonse Borras es el Vicario de General de Lieja (Bélgica), profesor en la Universidad Católica de Lovaina y en el Instituto Católico de Paris, de ascendencia española, teólogo y canonista, gran conocedor de la teología conciliar y del Derecho canónico. Leímos con fruición sus libros sobre la Parroquia y las Unidades pastorales. Conoce de primera mano la situación de las Iglesias centroeuropeas. El tiempo de post-unidades de pastoral está dando paso a nuevos hechos, pues la escasez de vocaciones sacerdotales no cesa, y esto coloca a la Iglesia del viejo continente, en algunas diócesis, en situación extrema de carencia de sacerdotes, donde ya no vale el simple reparto de los mismos, ni el solo reagrupamiento geográfico en Unidades pastorales.

El libro es muy iluminador. Plantea, en primer lugar, como decimos, el contexto en el que se encuentran algunas Iglesias de la vieja Europa; las preguntas que ante esta escasez se hacen algunos Obispos; las propuestas que se están ensayando, y el resultado de las mismas. Pero, pensamos que el Capítulo central es el 2: Puntos de referencia teológicos. Es una iluminación preciosa desde la Eclesiología del Vaticano II, para fundamentar el misterio, la comunión y la misión que se desprende de la doctrina conciliar. Así como la teología sobre el ministerio presbiteral. Sin acoger en el corazón esta luz nada es posible, ni se entiende el libro. Al servicio de esta teología está la normativa canónica y sus propuestas. Es el Capítulo 3: Puntos de referencia canónicos. Ambos capítulos se complementan.

¿Qué hacer cuando la “escasez de sacerdotes” se hace sensible en muchas diócesis? Es lo que desarrolla con mucha sensatez, sentido eclesial y pastoral para el momento presente. La presencia de los laicos en la vida y misión de la Iglesia va a ser esencial, pues el Bautismo les capacita para un servicio más intenso y extenso. ¿Qué ministerio sacerdotal se necesita para esta comunión y misión con los laicos? ¿En qué nos interpela esta presencia cada vez más necesaria de los laicos en la misión de la Iglesia? ¿Necesitamos entonces sacerdotes? ¿Estos ministerios laicales son una alternativa al ministerio ordenado? Es primordial leer lo que sobre todo esto plantea, de una manera muy acertada, el Vicario belga en el capítulo 4.

¿Y qué hacer cuando la “escasez de sacerdotes es absoluta” en algunas diócesis? ¿Otorgar “misiones canónicas” a “equipos laicales” para la dirección pastoral de las Parroquias? ¿El párroco solo queda para lo ritual-sacramental, quedando la dirección y pastoral en los laicos? Esto se está realizando principalmente en Francia, Bélgica… ¿Qué está sucediendo en esos lugares? ¿Entregarnos de lleno al recurso de sacerdotes venidos de fuera? ¿A los diáconos permanentes? ¿La ordenación presbiteral de viri probati? ¿La ordenación presbiteral de mujeres cristianas?

No pensemos que no nos va a pasar aquí nada de esto. Tener un libro-centinela que nos avisa de lo que está pasando, y hacerlo con tanta claridad teológica, sentido eclesial, sensatez pastoral y análisis tan lúcido, es un acicate para leerlo. Aporta soluciones y perspectivas que nos será bueno conocerlas.

Tomás Durán Sánchez, párroco.

 

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