ACTUALIDAD DIOCESANA

28/06/2019

Las Esclavas ceden un retablo a la iglesia de Poveda de las Cintas

El pasado domingo, 23 de junio, solemnidad de Corpus Christi, la comunidad de Poveda de las Cintas se vistió de gala, no sólo para celebrar la Santa Misa y la procesión con el Santísimo Sacramento por sus empinadas calles, sino también para contemplar, con alegría y gratitud, cómo el presbiterio de su vetusta y sencilla iglesia ha sido renovado con la colocación de un retablo de estilo neogótico sobre una plataforma nueva en dos niveles, con la inclusión de un nuevo lugar para la sede y la consiguiente reubicación de las imágenes más antiguas de la parroquia.

El inicio de la historia de este pequeño gran acontecimiento para la localidad se remonta a unas semanas atrás, cuando el párroco actual recibió una llamada del director del Servicio de Patrimonio artístico de la Diócesis de Salamanca, Tomás Gil, ofreciéndole la posibilidad de recoger un retablo en Salamanca, para colocarlo en la parroquia de Nuestra Señora del Castillo, de Poveda de las Cintas, procedente como donación de las Esclavas del Sagrado Corazón, del Paseo del Rollo, que están reestructurando su capilla.

Tras comprobar que, providencialmente, las medidas del retablo coincidían con el espacio apropiado para él en el centro del presbiterio, párroco y parroquianos se pusieron manos a la obra, con prontitud, con la ayuda imprescindible de un carpintero de la zona, para desarmarlo y trasladarlo a su destino actual. La expectativa creada provocó que hombres y mujeres del pueblo hayan colaborado en su limpieza y posterior rearme, para alegría de todos.

El pasado jueves 20 de junio, en el tradicional Jueves de Corpus, quedaron concluidos los trabajos del montaje de todas sus piezas, de madera cubierta con pan de oro y repisas de mármol veteado. Y el viernes, finalizada la limpieza de la iglesia y los últimos retoques, fue reservado el Santísimo en el sagrario que ocupa el centro bajo del retablo, cantando al ‘Amor de los amores’.
Todos en Poveda se sienten muy agradecidos con aquellos que han hecho posible este notable embellecimiento de su iglesia, particularmente, con las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón, que generosamente han donado el retablo que adornó su capilla durante tantas décadas. ¡Qué bueno que pensaron en dar y no en desechar! ¡Qué hermosa es la comunicación gratuita de bienes en nuestra iglesia, expresión genuina del Evangelio de Jesús, vivida de manera ejemplar en las primeras comunidades cristianas!. Gestos de generosidad como este, vividos en la simplicidad de lo cotidiano, hacen siempre más creíble el Evangelio que predicamos.

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