ACTUALIDAD DIOCESANA

17/10/2022

“Iniciamos un tiempo de gracia y misericordia para la renovación espiritual”

El obispo emérito de Salamanca, Mons. Carlos López, inició este sábado el Año Jubilar Teresiano con la apertura de la puerta santa del Monasterio de La Anunciación en Alba de Tormes, donde recordó que Teresa “nos enseña a buscar a Dios en la oración”

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La puerta santa del monasterio de La Anunciación en Alba de Tormes se abrió este sábado para iniciar “un año de gracia” de la mano de la patrona de la Diócesis de Salamanca, Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia y fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos. De esta forma, se ha iniciado un Año Jubilar Teresiano que se extiende a un total de diez sedes repartidas por toda la provincia y la capital.

El acto de apertura se celebró previo a la eucaristía de la solemnidad de Santa Teresa de Jesús. Desde la parroquia de San Pedro Apóstol partió el cortejo con el obispo emérito de Salamanca, Mons. Carlos López, junto a los sacerdotes diocesanos y los padres carmelitas. Minutos después, ante la puerta de la iglesia de la Anunciación, el prelado se dirigió a los presentes para anunciar el comienzo del Año Jubilar, “que la Iglesia nos concede en memoria de esta mujer Santa, doctora de la Iglesia, a la vez fundadora y patrona de nuestra Diócesis de Salamanca”.

El obispo emérito insistió en que se podía atravesar este umbral a lo largo del Año Jubilar, “y nos recordará que no hay otra puerta más segura para acercarnos a Dios que la Sacra humanidad de Jesucristo, como ella defendía, y al mismo tiempo, que el fundamento y puerta de nuestra vida cristiana es la oración, como diálogo filial con Dios y alimento de las virtudes teologales de la fe, esperanza y caridad”.

Profundizar en Cristo

Por último, Mons. Carlos López pidió que todos cuantos se acerquen a este lugar, sepulcro y santuario de Santa Teresa, “descubran y profundicen más en Cristo y en el misterio de su Iglesia, así como ella lo hizo”. El diácono permanente, Francisco Sotillo, fue el encargado de la lectura del Santo Evangelio según Lucas, 4, 14-21.

Después, el prior de los padres Carmelitas de Alba de Tormes y Salamanca, el P. Miguel Ángel González, hizo lectura del decreto pontificio de la penitenciaría apostólica con el que se concede el Año Jubilar, “con el fin de acrecentar la religión de los fieles y la salvación de las almas en razón de las facultades atribuidas”, según mencionaba del documento de la Santa Sede.

En el texto se recuerda que la indulgencia plenaria se gana bajo las condiciones de costumbre de confesión sacramental, “comunión eucarística y oración por las intenciones del sumo pontífice”. Y se obtendrá si acuden devotamente a la iglesia del monasterio de Alba de Tormes de la Diócesis de Salamanca, donde se custodia el sepulcro de Santa Teresa de Jesús, “o a cualquier otro templo diocesano que haya determinado el excelentísimo señor obispo de la diócesis en forma de peregrinación”.

Como es habitual, para el rito de apertura, el obispo, con su mitra y báculo, recordó el salmo 117 ante la llave de la puerta: “Abridme las puertas del triunfo. Y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor. Los vencedores entrarán por ella”.

Un año de gracia

Una vez en el interior, comenzó la eucaristía, concelebrada por numerosos sacerdotes y padres carmelitas, y presidida por el obispo emérito, ya que Mons. José Luis Retana se encontraba en la toma de posesión del nuevo obispo de la Diócesis de Plasencia, Mons. Ernesto Jesús Brotóns.

En su homilía, Mons. Carlos López recordó que se ha iniciado la celebración del Año Jubilar teresiano “que el papa Francisco nos ha concedido con ocasión de la solemnidad en honor de Santa Teresa de Jesús, como un tiempo de gracia y misericordia para la renovación espiritual y apostólica de nuestra vida cristiana, personal y comunitaria”.

Hizo referencia al evangelio proclamado en el rito de apertura de la puerta, “donde nos ha mostrado a Jesús ungido por el Espíritu Santo para proclamar el año de gracia del señor, año de luz y de liberación de toda cautividad y opresión”.

El prelado consideró que la gracia de este Año Jubilar, “nos sitúa en el centro de la llamada a la santidad y a la perfección de la caridad, siguiendo con determinación las huellas de Jesús”, y comenzando por las huellas de su oración. Mons. Carlos López insistió en que Teresa, “nos enseña a buscar a Dios en la oración”, que considera, “un camino seguro”, “dejar la oración es perderse, y seguirla con determinación, es garantía de vivir la fidelidad para siempre”.

“Un mundo sin esperanza”

Al respecto, aclaró que la oración, “es alimento de la fecundidad de un corazón enamorado en un mundo sin esperanza, y es fuente de liberación interior que nos hace testigos alegres de que solo Dios basta en una sociedad llena de ídolos”. Hizo referencia a varios textos de la Santa, y como en ocasiones, “expresa al Señor su dolor por los que no os quieren conocer”.

“La primera llamada que nos dirige este Año Jubilar es cuidar nuestra oración, entrando en lo profundo de nosotros mismos para conocer en el encuentro con Jesús, el tesoro que llevamos en nuestra vasija de barro, el misterio de nuestro castillo interior habitado por Dios”, reiteró. Porque la santa, “nos guía en el camino de la búsqueda de Dios y de la propia identidad para andar en la verdad”.

A la hora de hablar de la figura de Santa Teresa de Jesús, el obispo emérito también cree que contagia no solo la búsqueda de Dios, “sino también la paz y la alegría del encuentro”.

Por su parte, el vicario general de la diócesis y presidente del comité del Año Jubilar, Florentino Gutiérrez, compartió unas palabras antes de terminar la celebración, deseando que vivamos el Jubileo, “como la gran misericordia de Dios que viene a quitarnos las penas”. E invitó a hacer lectura y trabajar en los textos de la santa, “cuántas cosas tenemos que reformar nosotros hoy, aprendamos de Teresa de Jesús, y sobre todo, de la oración, que seamos capaces de hacer oración como ya nos enseña”.

La alegría de las hermanas carmelitas

Antes de concluir la eucaristía, la priora de las Madres Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes, Sor Elsa, manifestó que se sentían alegres por este Jubileo que ese día comenzaba, “y que sin duda será de mucha bendición y gracia para todos los que con fe nos acerquemos a orar en los distintos templos jubilares”. Asimismo, agradeció el amor incondicional a la Santa, “y que este Jubileo teresiano nos llene a todos de bendiciones y de gracias abundantes”.

Por último, también se leyó el documento enviado por los Reyes de España donde acceden a la petición de la presidencia de honor de los actos conmemorativos del centenario del nombramiento de Santa Teresa de Jesús como doctora honoris causa por la Universidad de Salamanca, la exposición “Teresa de Jesús: mujer, Santa y doctora”, y el inicio del Año Jubilar teresiano. Y antes de salir del templo, fieles y presbíteros cantaron junto al obispo emérito el himno a la Santa y rezaron la oración de su Año Jubilar.

 

Confesiones y Misa del peregrino

Durante todo este año jubilar teresiano la iglesia del Monasterio de La Anunciación acogerá todos los días un tiempo de confesiones para todos aquellos peregrinos que quieran alcanzar la gracia jubilar. Las confesiones tendrán lugar, de lunes a sábado, a las 12:00 horas, y los domingos y festivos, a las 12:30 horas, gracias a los padres carmelitas y los sacerdotes diocesanos que se turnarán en esta tarea.

Además, cada día se celebrará la misa diaria del peregrino,  de lunes a sábado a las 12:30 horas, y los domingos y festivos a las 13:00 h. Y cada sede jubilar podrá establecer sus respectivas misas del peregrino.

 


 

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