ACTUALIDAD DIOCESANA

03/02/2020

«La música les aporta calidad de vida, se conectan con el ahora»

Pilar Rodríguez musicoterapeuta de la Unidad de Cuidados Paliativos de Los Montalvos

A Úrsula se le iluminaron sus ojos cuando Pilar Rodríguez, la musicoterapeuta de la Unidad de Cuidados Paliativos, comenzó a tocar y cantar ‘Piel canela’. Quizás ese “Me importas tú…” le transportaba a sus recuerdos, a otros tiempos alejados de su actual enfermedad. La música se ha convertido en parte del tratamiento que persigue aliviar el sufrimiento del paciente que atraviesa su última etapa de la vida, quizás de meses, o años. Esta profesional confirma que a los pacientes les aporta “calidad de vida”, y en especial, “la capacidad de conectarse con ellos mismos”.

En el tiempo que lleva implantada la musicoterapia en esta unidad, pionera en Castilla y León, Rodríguez ha comprobado cómo también la música beneficia la comunicación con sus familiares, “más fácil que a través de las palabras”. Porque esta musicoterapeuta confirma que la música les transporta “el presente”, “a ese momento de ahora, y cuando se encuentran bien quieren cantar, y les gusta”.

Musicoterapia

Con algunos enfermos Pilar trabaja también la gimnasia musical, si su estado de salud de lo permite, “improvisamos con instrumentos, hacemos relajaciones, como, por ejemplo, con el pandero oceánico, que reproduce el sonido del mar”, enumera. Ella se adapta a cada persona, en algunos casos, pueden interactuar más con ella, y en otros, que no es posible, “les pongo música calmada”, porque puede ser musicoterapia activa o receptiva. De hecho, hasta se han producido casos de aún estando semiinconscientes y sedados, “la familia pedir que les toque o cante algo, porque estaban seguros de que les llegaría”.

La musicoterapia es un servicio que se ofrece a todos los pacientes que pasan por la Unidad de Cuidados Paliativos, “muchas veces son los propios profesionales los que me comentan los gustos musicales de los enfermos, funcionamos como una cadena de montaje”. Para Pilar, pianista profesional, esta tarea le ha aportado muchas cosas: “He visto otra perspectiva de la música, como se puede compartir y comunicar con ella, porque con una simple canción pueden ocurrir muchas cosas, y despertar tantos sentimientos, miradas, lágrimas…porque al final, la música conecta con las emociones y los recuerdos”, precisa.

(Puedes leer el reportaje completo en la edición impresa de Comunidad, la revista oficial de la Diócesis de Salamanca). ¿Quieres suscribirte? lo puedes hacer en este enlace

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