ACTUALIDAD DIOCESANA

02/01/2021

“Queremos leyes que favorezcan la vida y no pase lo contrario”

El delegado de Familia y Vida, Florentino Gutiérrez, se suma a la postura de la Conferencia Episcopal ante la próxima aprobación en el Senado de la nueva Ley de la regulación de la Eutanasia

 

El delegado de Familia y Vida de la Diócesis de Salamanca, Florentino Gutiérrez, ha organizado una celebración el próximo lunes, 4 de enero, a las 18:00 horas en la Catedral Nueva, “para pedir al Señor con insistencia y urgencia que nos ayude a facilitar leyes en el Parlamento que favorezcan la vida, y que no pase lo contrario”, subraya. En este sentido, insiste en que estamos “en manos del Señor, y él nos ha dicho, pedir y recibiréis”.

Y aclara que, sin querer meterse con  nadie, “pedimos al Señor la gracia de tener leyes que favorezcan la vida”. Gutiérrez se plantea: “¿Qué pasa con la eutanasia?“. Al respecto, se posiciona con la postura de la Conferencia Episcopal, “de que es una mala ley, que no defiende la vida, sino que proporciona la muerte”. El también vicario general de la Diócesis de Salamanca, confirma que esta ley tiene incoherencias, “que nos parecen graves, y que hay que denunciar, porque también es una misión de la Iglesia”. Entre ellas, una antropológica, asegura, y así lo dicen los obispos españoles, “porque se  arfirma una radical autonomía individual, y al mismo tiempo, se reclama una intervención compasiva de la sociedad a través de la mediación de la Medicina”.

Por otra parte, enumera Florentino Gutiérrez, hay una incoherencia médica, “porque todos hemos elogiado a la profesión médica, que se compromete en el cuidado y defensa de la vida humana, y la ley permite y apoya que los médicos hagan lo contrario, que es servir a la muerte”. Por ello, el delegado de Familia y Vida, cree que es algo “incomprensible”. Y en tercer lugar, es la misma ley, “que tiene función de criterios éticos, la que no puede proponer la muerte como solución a los problemas, y estamos profanando la ley, es una mala ley”.

Cumplir los mandamientos

Este responsable diocesano asegura que los cristianos, además, decimos otra cosa, “porque las leyes humanas tienen que estar sometidas a una ley superior, que es la ley natural, la ley de Dios”. Asimismo, evoca el quinto mandamiento: “No matarás“, y afirma que “en ello no caben interpretaciones”, porque cree que hay que respetar la vida, “no somos dueños de ella, somos administradores, y la ley de Dios es la primera, y no hay que saltársela por unos votos”.

Gutiérrez apela a la propuesta de la Conferencia Episcopal, “como manera de salir de esta trampa, y tener  cierta seguridad, y la posibilidad de hacer el testamento vital donde conste que no queremos participar en esta iniciativa”, sentencia. “¿Y cómo es ese testamento vital?”, se plantea. Un documento que pueden descargarlo a través de la página web de la Diócesis de Salamanca, en el apartado de la Delegación de Familia y Vida, o en la Conferencia Episcopal.

Este delegado diocesano asegura que es muy sencillo: “Se copia y se firma, y se pide que si por mi enfermedad esté en una situación crítica, no se me mantenga en vida por medio de tratamientos desproporcionados, que no se aplique la eutanasia, y que se administren tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos, que es de un enorme sentido común”.  Ese testamento vital tiene que entregarse a la familia, al médico, al sacerdote, y al notario, “y lo tienen que respetar”, argumenta.

La defensa de los cuidados paliativos

En relación a la postura de la Conferencia Episcopal, Florentino Gutiérrez defiende los cuidados paliativos, “porque entendemos que cuando llega el momento de la muerte, hay sufrimiento, pero Dios no quiere que suframos, no queremos ver a un familiar sufriendo, pongamos los medios para evitarlo en esos momentos tan dificiles, pero los cuidados paliativos nunca van en busca de la muerte, sino de suspender el dolor”.

Por lo tanto, en palabras del delegado de Familia y Vida, “esto tiene que quedar claro, y es el gran propósito de la Iglesia en este momento”, porque para Gutiérrez, la solución no es hacer morir al enfermo, “vamos a curarle, a atenderle, a dar las facilidades psicológicas, fisiológicas, espirituales que requiera, pero dejemos que llegue la muerte a su tiempo, y no prolonguemos tampoco la enfermedad, que no haya encarnizamiento terapéutico, cosa que tampoco admitimos, que sea la muerte la que llegue cuando tenga que llegar”.

Florentino Gutiérrez también piensa en médicos y familias,  “con el problema de la objeción de conciencia”, porque considera que un médico ha hecho la carrera, “en busca de salvar vidas y curar a los enfermos”. Pero lamenta que la situación social y legal, “le impulsa a tener que matar al enfermo”. Pero hay que defenderlo y apoyarlo, subraya, “la objeción de conciencia es fundamental, y tiene sus limitaciones”.

La dignidad de la vida

El vicario general precisa que defienden la nueva ley con una muerte digna, “pero la buena muerte es otra cosa, es aceptar la realidad finita de nuestra vida y entregárselo al Señor con paz, en compañía, con una conciencia sosegada, limpia, con un amor que le acompañe cada día hasta el momento del final”. Florentino Gutiérrez ve por ahí una muerte digna, “pero matar a la persona no creo que sea nada digno, es al revés”.

 

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