ACTUALIDAD DIOCESANA

08/03/2018

José A. Ávila: “Urge promover una pastoral vocacional sacerdotal”

El próximo día 18 de marzo, domingo, V de Cuaresma, celebramos en la Iglesia el Día del Seminario. Estamos llamados toda la comunidad diocesana a rezar por nuestro seminario, en especial por Ciriaco y Alfonso, que recibirán el próximo día 19, Solemnidad de San José, el rito de admisión a la Sagradas Órdenes. También por Antonio, diácono, que se sigue preparando para un día recibir el sacramento del Orden. Hemos de dar gracias por este regalo inmenso del don de la vocación sacerdotal que Dios ha sembrado en el corazón de nuestros queridos seminaristas, y por supuesto de todo el presbiterio diocesano.

Es un día para tomar conciencia de la urgencia de promover una pastoral vocacional sacerdotal que ha de ser tarea de toda la iglesia diocesana. Para ello hemos de impregnar los procesos de iniciación cristiana de niños, y adolescentes de una clara dimensión vocacional y en particular, en la pastoral juvenil y universitaria hay que ayudar a los jóvenes a descubrir y responder al proyecto que Dios tiene para cada uno. Esto no será posible sin el acompañamiento y discernimiento personal. En esta tarea se han de preparar e implicar el propio obispo y los sacerdotes, que son los principales promotores de la vocación sacerdotal. Como dice el Papa Francisco: “Vosotros también habéis experimentado un encuentro que cambio vuestra vida cuando otro sacerdote os mostró la belleza del amor de Dios. Haced vosotros lo mismo; saliendo y escuchando a los jóvenes podéis orientar sus pasos” (Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Documento preparatorio, pp 59). Los sacerdotes más que nunca hemos de mostrar a los jóvenes la belleza de nuestro ministerio, el valor de lo que aporta para la iglesia y la sociedad. Vivir la espiritualidad propia en el ejercicio del ministerio, irradiar un testimonio apasionado, hará más atractiva la vocación al sacerdocio.

Desde el lema propio de este año “Apóstoles para los jóvenes”, en el contexto del Sínodo sobre los jóvenes y el discernimiento vocacional, los sacerdotes hemos de renovar nuestro “ser llamados y enviados” a la misión de ser testigos de la misericordia de Dios Padre. Nuestra tarea es, como Juan el Bautista, indicar el paso de Jesús por la vida de los jóvenes, despertando su interés por Él, buscando dejarse impresionar por sus palabras y gestos. Sólo si suscitamos en ellos el deseo de ser sus discípulos estableciendo una relación de amistad con Él podrán llegar a descubrir cuál es su vocación y encontrarán en Cristo la plenitud de su vida.

San José, que protegió a María y Jesús de toda adversidad, custodie también la vocación de los sacerdotes para que irradien más su belleza, y nos conceda las necesarias vocaciones sacerdotales para nuestra Diócesis.

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