ACTUALIDAD DIOCESANA

14/11/2022

La Catedral de Salamanca inicia “un año de gracia” con la mirada puesta en la misericordia

Con la apertura de la puerta de Santa Lucía, dio comienzo el Año Jubilar dedicado a Santa Teresa de Jesús, “para descubrir y profundizar más en Cristo”, apuntó el obispo, Mons. José Luis Retana

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La puerta de Santa Lucía de la Catedral Vieja fue elegida para simbolizar el inicio del Año Santo Teresiano en este templo salmantino el pasado domingo, 13 de noviembre. El obispo, Mons. José Luis Retana, fue el encargado de proclamar el salmo 117 ante el Evangelio y la llave de la puerta: “Abridme las puertas del triunfo. Y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor. Los vencedores entrarán por ella”.

Antes de realizar este rito, el pastor de la Iglesia en Salamanca recordó la importancia de este “año de gracia”, “en memoria de esta mujer, Santa, Doctora de la Iglesia, fundadora madre de los espirituales, y patrona de nuestra Diócesis de Salamanca”. Mons. José Luis Retana insistió en que al atravesar este umbral a lo largo del Año Jubilar, “nos recordará que no hay otra puerta más segura para acercarnos a Dios que la sacra humanidad de Jesucristo, como ella defendía, y al mismo tiempo, que el fundamento y puerta de nuestra vida cristiana es la oración como diálogo filial con Dios”.

Al respecto, el prelado pidió que aquellos que se acerquen a este templo, “descubran y profundicen más en Cristo y en el misterio de su iglesia así como ella lo hizo”. La lectura del evangelio según San Lucas la realizó el vicario general de la Diócesis de Salamanca, Florentino Gutiérrez; y el gran canciller, Jesús Terradillos, leyó el decreto de la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede donde se concede el Año Jubilar para diez templos de las diócesis de Salamanca y Ciudad Rodrigo hasta octubre de 2023.

Eucaristía presidida por el obispo

Sobre las seis y cuarto atravesaron la puerta de Santa Lucía, engalanada para la ocasión con una sencilla tela granate y flores blancas. Ya en el interior comenzó la eucaristía, presidida por el obispo, y concelebrada por un gran número de sacerdotes.

En su homilía, Mons. José Luis Retana, subrayó que el gesto de abrir la Puerta Jubilar, “está cargado de simbolismo”. Y cree que será un año, “para crecer en al convicción de la misericordia”, que según su criterio, “se debe anteponer la misericordia al juicio y, en todo caso, el juicio de Dios será siempre a la luz de misericordia”. El prelado aseguraba que al atravesar la Puerta Santa, “nos hace sentirnos partícipes de este misterio de amor”.

“Con fe acogemos este regalo del Año Santo Teresiano para despertar en nosotros la capacidad de ver lo esencial en medio de los prescindible”, añadió en su intervención desde el ambón, porque está convencido de que así se descubrirá “la grandeza del amor y de la misericordia de Dios que nos busca y acoge a cada uno”.

Otra idea que quiso compartir fue la de que el Año Santo, “no es una huida espiritualista, sino un compromiso para discernir cristianamente la realidad, en medio de la crisis antropológica y espiritual que vivimos”. Porque confía en que hacer presente a Dios, “es un bien para toda la sociedad”.

Y al abrir esta Puerta Jubilar, se pide dos cosas, como enumeró Mons. José Luis Retana: “Que el Señor nos abra las puertas del corazón, y que nos haga entender que el camino de la vanidad, de las riquezas, del orgullo, no son caminos de salvación”. Para el obispo, “aprovechar este Año Jubilar que nos ha concedido la Iglesia, es aceptar una vez más el reconocimiento de nuestra fragilidad“.

Tras la bendición final,  el obispo y los concelebrantes se acercaron a la imagen de Santa Teresa de Jesús, ubicada sobre el sepulcro del obispo Mons. Mauro Rubio, que ha sido cedida para el Año Jubilar por las Carmelitas descalzas del Monasterio de San José de Cabrerizos.

Una vez allí, rezaron juntos la oración a Santa Teresa de Jesús:

Santa Madre Teresa:
venimos a encontrarnos contigo en este año jubilar,

para experimentar singularmente tu presencia viva.

Tú encarnaste la vida que anhelamos, la de Dios, la del espíritu.

A ti Dios te entró hasta el alma;

nosotros apenas lo vislumbramos por la fe.

Se pacifican nuestros corazones con tus palabras:
“Nada te turbe, nada te espante.

Todo se pasa, Dios no se muda.

La paciencia todo lo alcanza.

Quien a Dios tiene nada le falta.

Solo Dios basta”.

Gracias, Madre Teresa,
nos consuela permanecer junto a ti,

pues enciendes en nuestras vidas nuevo fuego

para servir al Señor y a los hermanos.

Tu compañía y tu palabra iluminan las dificultades del camino

y nos llenan de esperanza.

Intercede por nosotros ante Dios, nuestro Padre
y su hijo Jesucristo. Amén”.

 

Misa del peregrino

Como templo jubilar, la Catedral de Salamanca celebrará cada día una eucaristía para los peregrinos a las 12:00 horas. Además, de 11:00 a 13:00 horas, tendrán lugar las confesiones.

Toda la información sobre el Año Jubilar Teresiano está disponible en la web de la Diócesis de Salamanca, en este enlace.

 

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