25/11/2019
El sábado 16 de noviembre se reunieron en los locales de la parroquia de Fátima un buen número de laicos de la Iglesia de Salamanca. Nuestro Pastor don Carlos estaba físicamente delante, cordialmente en medio y espiritualmente detrás del rebaño a él encomendado.
La jornada se enmarcó en el proceso abierto por la Conferencia Episcopal para celebrar un Encuentro Nacional de Laicos en febrero de 2020. Este proceso está siguiendo la metodología conocida por nosotros en la Asamblea Diocesana: fase previa de trabajo por grupos que responden a un cuestionario y elevan propuestas para una vida laical comprometida con la Iglesia y el mundo; una fase presencial (el propio congreso) y una fase postasamblea en la que cada Diócesis deberá aplicar de modo adecuado a las necesidades de cada iglesia local las conclusiones finales del Congreso.
Comenzó la jornada en un clima de oración en el que lo primero que resonó fue la Palabra según el profeta Isaías: “…no recordéis lo de antaño… Mirad que estoy haciendo algo nuevo…”. La respuesta fue una llamada al Espíritu para que enviara su luz y acompañara en todo el proceso del Congreso. Se continuó con una presentación de los asistentes; evidenciando una gran pluralidad en los que allí estaban: muchas parroquias, movimientos y asociaciones, grupos varios,… Y cada uno traía tras de sí a su comunidad, su propia realidad eclesial y se iba con el compromiso de compartirlo en su ámbito de procedencia.
A través de murales se presentó la síntesis de las aportaciones de la Diócesis a la fase precongresual. En ellas va el trabajo de meses de un buen número de grupos en los distintos lugares diocesanos.
Juan Antonio Mateos centró la jornada con una charla muy sugerente que se titulaba “Laicos en la Iglesia y en el corazón del mundo”. En ella hizo una disección de la realidad laical en Salamanca (reconocer), apeló a la eclesiología que emana del Vaticano II (interpretar) según la cual lo propio de la llamada laical es su carácter secular; e invitó a elegir caminos de vida y esperanza que deben y pueden llevar a los laicos a la misión en el corazón del mundo (elegir).
Se tuvo un café compartido y compartidas fueron también las inquietudes, los anhelos y dudas, las esperanzas y fidelidades,… en grupos de trabajo.
Se acabó la jornada volviendo a poner al pie del Cirio las realidades asistentes: todas distintas por ser distintos orígenes comunitarios; todos uno por ser uno quien vincula en la única Iglesia de Salamanca.
Más allá de lo hablado, cabe resaltar el clima fraterno generado por el encuentro, las tertulias del café, lo compartido en los grupos, la oración que vinculó a los asistentes en un único Cuerpo ante el Cirio Pascual que simbolizaba al único Señor.
Concluyendo el encuentro con una cita dirigida a todos para la fase postcongresual: de todos los laicos; se concretó la cita del sábado 30 de mayo, víspera de Pentecostés, Día Diocesano del Laicado, a la que se convoca a todos los laicos de la Diócesis.