ACTUALIDAD DIOCESANA

29/10/2021

Cáritas lamenta la desprotección social que sufren las personas sin hogar

En su campaña anual, la organización diocesana recuerda que con la pandemia de Covid-19 se ha agudizado la crisis social, económica y humana, “en especial de este colectivo”

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

Gonzalo Ramos acudió a Cáritas en busca de ayuda al vivir la crudeza de la calle, de no tener un hogar ni un refugio. Primero fue usuario de Espacio Abierto, el centro de día de Cáritas diocesana, y más tarde, al centro de acogida Padre Damián, donde vive en la actualidad. Su testimonio da voz a las 531 personas diferentes sin hogar atendidas por esta entidad desde el 1 de enero al 21 de octubre de este año. Del total, 104 se han acercado a Cáritas por primera vez.

Los responsables de ambos centros, Alfonso García y David Martín, han presentado la campaña de personas sin hogar, en esta ocasión bajo el lema: “¿Y tú, qué dices? Nadie sin hogar” y que como han apuntado, quieren visibilizar el problema que sufren las personas que viven en la calle. “Se encuentran sin salida, perdidos en un sistema de protección que no funciona”, lamenta el director del centro de acogida Padre Damián, Alfonso García.

En este sentido, este responsable aclara que los sistemas actuales, “no son lo suficientes ni los adecuados a las personas que tienen más difícil acceso”. García también detalla los objetivos de la campaña, como la participación y el empoderamiento como ejes transversales. El director de Padre Damián demanda reducir el riesgo de vulnerabilidad, “disfrutando de una renta justa y equitativa, políticas de vivienda, de empleo, de salud y los mecanismos de protección se deben implementar”.

Acceso a la protección social

Otras de las propuestas es facilitar el acceso al derecho a la protección social en los procesos administrativos, en los plazos, en la flexibilidad o en los espacios, etc. Asimismo, garantizar el ejercicio del derecho a la protección social, a través del desarrollo y adaptación de sistemas de prevención, protección y seguimiento desde los servicios sociales, y con herramientas como el acompañamiento social.

Alfonso García determina que no se debe limitar a facilitar el acceso a prestaciones económicas, sino ser una verdadera herramienta de cambio y mejora de la vida de las personas, incluyendo medidas de acompañamiento social a corto, medio y largo plazo., entre otras.

El coordinador de Espacio Abierto, David Martín, describe los dos recursos de Cáritas diocesana de Salamanca para las personas sin hogar, “lugares diferentes con un mismo objetivo, que es acompañar y acoger a personas sin hogar”. Espacio Abierto, según relata Martín del Molino, “es el primer paso para la acogida y la recuperación”, con 14 años de trayectoria, “desde el entorno educativo y motivacional”.

Una vida autónoma

Padre Damián, que abrió sus puertas hace 22 años, se centra en un proceso de acompañamiento, “sin tener en cuenta el tiempo, durante el que sea necesario”, explicaba este responsable. El objetivo último de este recurso es que la persona “inicie una vida autónoma”. En ambos centros destacan la labor de los voluntarios, con 12 y 30 respectivamente.

En cuanto a los datos generales en lo que va de 2021, el 18% son mujeres, el resto hombres, con una procedencia clara de españoles, con el 60%.  Espacio Abierto ha atendido a 360 personas diferentes, un 12% menos que el año pasado. Martín del Molino considera que ese descenso se debe a la reducción de la movilidad por la pandemia, “así como por el repunte del empleo y las ayudas económicas, que han facilitado que venga menos gente”. Del total, 157 vinieron a este centro de día por primera vez, el 43%, con una media de 36 personas de asistencia cada jornada.

A estos datos hay que sumar los del servicio de acogida en la sede central de Cáritas, en la calle Monroy, con 274 personas, de las cuales 24 acudieron por primera vez, con 817 intervenciones. Mientras que en Padre Damián, se realizaron 128 ingresos, 78 nuevos.

Cubrir  los derechos fundamentales

Como usuario que ha sido en ambos centros de la organización diocesana, Gonzalo Ramos asegura que es importante poner en valor su situación, “algo que te aboca a la calle, te encuentras en dificultades, acudes en busca de ayuda, y en las administraciones te encuentras gente que son como auténtito robot, cuando lo que necesitas son seres humanos que te escuchen”, advierte.

Bajo su punto de vista, las personas sin hogar, “necesitamos coberturas que son derechos fundamentales”. Además, admite que llega un momento que uno se rompe, “y te haces daño, y a tu familia”, con un ingreso mínimo vital concedido de 62 euros, “que no comprendo”, porque como argumenta, “una persona que quiere rehacer su vida, no lo puede hacer con esa cantidad de dinero”.

Esa situación de desamparo, según Ramos, “te conlleva que la autoestima se desplome, y ante los demás sientas una sensación de rechazo”. Por ese motivo, demanda políticas sociales “reales”, porque cree que existe un escudo social “que te impide acceder”.

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