ACTUALIDAD DIOCESANA

12/06/2019

Carlos López recuerda que San Juan de Sahagún está vivo para siempre en Dios “y nos acompaña con su testimonio”

El obispo de la Diócesis asegura en su homilía que este santo tiene que seguir siendo una guía ante los desafíos que  presenta “la cultura de la increencia y del pretendido bienestar”

En el marco de la festividad de San Juan de Sahagún, el obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López, recordó en su homilía la figura de este santo, no solo como un mero recuerdo del pasado, “está vivo para siempre en Dios y nos acompaña con su testimonio de vida santa y con su intercesión en nuestro caminar en las circunstancias que atraviesa nuestra Iglesia diocesana en cada etapa de su historia”.

En ese sentido, recordó algunas de sus hazañas, como la reconciliación de las enemistades de la ciudad con su predicación y con su vida cercana a los hombres desde la comunión con Dios, “alegre y de buen humor, perseverante en el ejercicio de la caridad  material  y espiritual, libre en la defensa de la verdad”.

Para el prelado, San Juan de Sahagún tiene que seguir siendo una guía para encontrar los caminos de santidad y de vida ciudadana “a la medida de cada uno y de la comunidad de hoy”, en especial, ante los desafíos “que nos presenta la cultura de la increencia y del pretendido bienestar de la existencia instalada en la finitud temporal, sin valores de aceptación general ética, espiritual y religiosa”.

Durante su homilía, repasó cinco grandes manifestaciones del amor a Dios y al prójimo, como el aguante, la paciencia y la mansedumbre, que como subrayó Carlos López, “también los cristianos pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital”.

La audacia y el fervor

Otra manifestación del amor es la alegría y el sentido del humor, “a la alegría que brota de la fe y del amor a Dios y al prójimo; no a la alegría consumista que empacha el corazón”. La audacia y el fervor conforman otra nota de la santidad, según enumeró el obispo, porque cree que la costumbre “nos seduce y nos dice que no podemos hacer nada para cambiar algo que siempre ha sido así”. Al respecto, asegura el prelado que Dios “nos empuja una y otra vez a ir más allá de lo conocido”.

López evocó la orientación de la Asamblea Diocesana, que partió de La Alegría del Evangelio, del Papa Francisco, cuya clausura fue en octubre de 2016, “sigue en marcha hoy el proceso de su aplicación, con incipientes frutos de renovación de las celebraciones eucarísticas, de la catequesis de iniciación cristiana, de la colaboración de los religiosos en la pastoral diocesana y de la actividad apostólica de los fieles laicos, de especial significación en las cofradías”.

Asimismo, anunció la convocatoria de un mes misionero extraordinario, “para suscitar en todos los miembros del pueblo de Dios una mayor conciencia de la misión del anuncio del Evangelio, que brota del bautismo y del don del espíritu”. En la Diócesis ya está esbozado, como remarcó López, “el programa de actos de oración, celebraciones y otras acciones misioneras, con el lema ‘Bautizados y enviados’, a las que se invita a quienes se sienten discípulos misioneros”. La cuarta nota indica un camino a recorrer “en comunidad”, y la quinta, remite a “la oración constante”.

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