ACTUALIDAD DIOCESANA

02/03/2019

Descubren unas pinturas murales góticas detrás del retablo de la capilla de Santa Bárbara

Además de conservar y documentar el hallazgo, la intención es diseñar un sistema para que el retablo sea móvil y se puedan contemplar ambos bienes culturales

Las obras de restauración integral de la capilla de Santa Bárbara, en la Catedral Vieja de Salamanca, han permitido descubrir unas pinturas murales góticas que permanecían ocultas tras el retablo desde hace cinco siglos, y que recogen escenas de la vida de la mártir que da nombre a este espacio.

La consejera de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, María Josefa García Cirac, visitó esta capilla y recordó la inversión de 460.000 euros para su restauración, “y que ha tenido varias fases”, en la que destacó la última de ellas, “en la que han aparecido unas pinturas murales que estaban tapadas por retablo y a través de una solución innovadora vamos a permitir disfrutar del mismo, que se está restaurando en la actualidad, y también de las pinturas”.

Durante la visita también resaltó que la conservación del patrimonio y de la riqueza patrimonial se debe a la suma de esfuerzos de la Junta de Castilla y León, la Diócesis de Salamanca, el Ayuntamiento y la Universidad de Salamanca.

El restaurador de la Junta de Castilla y León, Carlos Tejedor, detalló cómo se van a compatibilizar la contemplación de los dos retablos. “Con el desmontaje del retablo aparece una pintura que puede corresponder a la ornamentación original de la capilla con las figuras de Santa Bárbara y a partir de ese momento estamos estudiando la posibilidad de intentar compatibilizar el retablo del siglo XVI, que era el de la capilla, para que puntualmente se vea la pintura que decoró la capilla en origen”, relató.

Al respecto, aclaró que están en la fase de estudio del proyecto, y ya cuentan con una posible solución, de la que tienen ya una primera maqueta, “que sería transformar la estructura rígida que tenía el retablo del XVI en una móvil, de forma que se pueda mover como si fuera una especie de puerta y se pudiese ver la pintura”. Esta restaurador aseguro que el proceso “es un tanto complejo porque hay que tener en cuenta el peso del retablo, más la estructura que se está diseñando, y que hay que salvar un gran volumen de la hornacina central, y hacer el giro”.

Por eso están diseñando una de las posibilidades, “con las que avanzaría hasta adelante y luego giraría para que se pueda ver la pintura”. Pero la idea inicial es que se moviese de forma puntual, para visitas guiadas u ocasiones especiales. El restaurador de la Junta dejó claro que la idea es bastante “innovadora”, porque se ha hecho en otros sitios, “pero con estructuras mucho más simples”, y creen que es la primera vez que se plantea que un retablo sea móvil, “para que pueda verse lo que hay detrás”, y que en otras ocasiones que han aparecido pinturas murales u otro tipo de ornamentos anteriores, “lo único que se hacía era consolidar, fijar, restaurar y documentar, y luego se volvía a poner la pieza”. Pero ahora quieren compatibilizar ambas porque consideran que son dos piezas “de mucho valor”. Una primera pintura del origen de la capilla, “y un retablo del siglo XVI de mucha calidad y muy importante”.

En cuanto a la restauración de la capilla, en un primero momento se ha centrado en la arquitectura, con la conservación de las bóvedas y la cubierta exterior, y después, los bienes muebles, que están ya restaurándose.

La restauradora de Ufizzi, María Luisa López, confirmó que la restauración de los bienes muebles de la capilla llevaban implícita una complejidad por la cantidad de materiales que conviven en un mismo espacio, “y de elementos que se han ido añadiendo a lo largo de su historia”. Algunos elementos significativos son los sepulcros del obispo Lucero y de sus familiares, y sobre todo, resaltó el gran descubrimiento y que se ha abierto por primera vez, “de unas pinturas murales de la vida de Santa Bárbara que hemos encontrado al acometer los trabajos de restauración del retablo renacentista que se encuentra delante”.

Ese retablo está desmontado en los talleres anexos en el claustro, “y para nuestra sorpresa, aunque algo se sospechaba tras verse alguna franja con algunas letras hace años cuando se introdujo una cámara endoscópica, pero no ha sido hasta que hemos acometido el desmontaje completo que hemos podido ver la cantidad de pintura mural magnífica que se conserva”, sentenció esta experta. En la actualidad, ya se está investigando sobre los mismos, sobre la datación cronológica, que podría ser en torno al siglo XIII o XIV. Estos especialistas sospechan que esta capilla estuviera pintada “en su totalidad”, pero que con los años y las modas, “no se ha conservado nada más que esto”, por lo que reafirma la importancia del descubrimiento, “y esto lo tenemos que tratar como un gran tesoro, porque el estado de conservación es magnífico”, aunque señaló que algunos campos tienen desprendimiento, “pero no son significativos, son lisos,  porque la mayoría de los personajes y de las escenas se pueden ver”.

Este espacio fue un símbolo del Estudio Salmantino y del que deriva la expresión “estar en capilla”, ya que durante toda una noche, los estudiantes se recluían en soledad “con los pies apoyados en la estatua del obispo Juan Lucero para pasar la prueba del doctorado”.

Por su parte, el deán de la Catedral, Florentino Gutiérrez, destacó la figura del obispo Lucero, que estuvo 12 años en Salamanca, “y tenía previsto ser enterrado en el claustro de la Catedral, y quiso hacer una capilla expresa, que es la primera que conocemos dedicada a un difunto”. Y como confirmó, la dedicó a Santa Bárbara, una mártir del siglo XIII cuyo padre no quería que fuera cristiana, “la encerró en un castillo, y cuando ella se fue metiendo la idea cristiana en su corazón quiso tener tres ventanas en su habitación para comunicarse con la Santísima Trinidad, y su padre lo vio fatal e intentó darle muerte, pero no pudo, y después de escaparse, el mismo padre la mata con una espada”. El deán relató que la tradición dice que cuando ella muere “un rayo del cielo viene y hace morir al padre, y de ahí que ella sea patrona del mundo de los artilleros, de los mineros, de las tormentas, etc.”. Florentino Gutiérrez subrayó que ahora tienen la gran posibilidad “de tener los dos retablos que nos van a contar estos pasajes e historias de dos maneras muy diferentes, lo más clásico, que es lo primero, pero después se hizo el que estará encima”.

Y apuntó que todo esto “nos abre la puerta a la Universidad de Salamanca porque aquí tenían lugar los exámenes de grados, pasando aquí el tiempo los estudiantes, para preparar la tesis y se hacía la elección y juramento de los rectores”, porque como concretó, “hasta 1563 esa capilla ha sido el corazón de la Universidad, hasta que se fue expandiendo”.

El rector de la institución académica, Ricardo Rivero, cree que con este paso se da la oportunidad “de volver a las raíces de nuestro Estudio, que se encuentra aquí en la Catedral”, y como ha ocurrido, “en ocasiones no dan agradables sorpresas como el descubrimiento detrás de la superficie de una realidad oculta que enriquece el patrimonio”.

En la visita de la capilla también estuvieron presentes el obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López o el alcalde de la capital, Carlos García Carbayo, entre otras autoridades.

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