ACTUALIDAD DIOCESANA

19/02/2020

“Desde lo mínimo” (Operación Bocata), artículo de Fructuoso Mangas

Desde que el habitante del planeta tierra tiene memoria humana es capaz de meter cosas y significados inabarcables en pequeños contenedores mínimos pero poderosamente significantes. Dicho a lo llano, es capaz de decir algo grande por medio de una cosilla pequeña. Es lo que puede hacer grande al regalo más sencillo y es lo que puede hacer complejo a lo aparentemente simple.

Y esto vale para casi todo, desde una palabra o un objeto hasta el número pi pasando por dos rayas cruzadas. O por un bocadillo, pues un bocadillo, cosa pequeña, puede expresar, si yo quiero, algo grande. Y a esto voy.

Mañana, jueves (20 de febrero), se van a repartir en Salamanca cerca de 20.000 bocadillos, en realidad son los que se pueden hacer desde las seis de la mañana hasta las 13 horas, más o menos; el tope está comprobado año tras año desde hace más de 20.

Por cierto si alguien quiere echar una mano, nunca mejor dicho, a Manos Unidas para hacer bocadillos puede presentarse, sin más, en los PP. Trinitarios (por el patio) desde las seis de la mañana hasta las 13 horas, siempre que asegure una presencia continua al menos durante dos horas. Uno de los valores de la Operación Bocata es precisamente la cantidad de personas de todo tipo, raza, credo, ideología y edad que trabajan juntas y bien en un mismo espacio haciendo lo mismo por las mismas razones y con el mismo objetivo. Cuando se dan estas condiciones está sucediendo algo humanamente importante y no habitual. Por eso subrayo la importancia de esas siete horas de trabajo y los 18.000 bocadillos repartidos por ciudad y provincia.

Porque esto del repartir y del compartir los bocadillos por toda nuestra geografía desde San Miguel de Valero hasta las empresas de I+D pasando por campus, colegios y oficinas, todos en solidaridad y en relativo ayuno, tiene todavía mayor relevancia humana. Casi se me parece una escena única.

Por eso destaco la acción y la actuación y señalo cómo desde lo mínimo, hacer un bocadillo y comerlo medio juntos, se está apuntando hacia lo máximo que es el pensamiento global, la solidaridad activa por encima de cualquier frontera o división y la igualdad en la oportunidad de bienes, de medios y de posibilidades sociales, culturales y económicas. Nada menos. Y eso, desde lo mínimo.

Aunque sólo sea por esto (porque hay más y más poderosas razones) no deje de hacer o tomar mañana un bocadillo.

NOTA. Si no tiene dónde conseguirlo, búsquelo de 12.00 a 14.00 h en Anaya, Campus Unamuno, patio Trinitarios, parroquias de Fátima, San José (Jesuitas)… o, incluso, se lo hace usted mismo pensando en todos y lo come uniéndose a ellos hasta en el donativo.

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