ACTUALIDAD DIOCESANA

08/07/2021

Dos nuevos diáconos para la Iglesia de Salamanca

Este domingo, 11 de julio, a partir de las 18:00 horas, se ordenarán como diáconos dos de los tres seminaristas de la Diócesis, Ciriaco García y Alfonso Hernández, que comparten sus inquietudes días antes de la celebración

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Ciriaco García y Alfonso Hernández, de 33 y 36 años, entraron al Seminario diocesano en 2015, y tras finalizar el periodo de formación y sus estudios de Teología dan el paso previo al sacerdocio con la ordenación como diáconos. En ambos casos proceden del mundo rural, naturales de Tordillos y de Cantalapiedra, y su camino vocacional fue creciendo en el grupo de jóvenes del arciprestazgo de Peñaranda, junto a los sacerdotes Juan Andrés Martín, Tomás Gil y Fernando Gutiérrez.

Ciriaco García

En el caso de García, siempre ha reconocido que en su camino de vocación siempre ha estado acompañado de la comunidad de la parroquia de su pueblo, así como de los sacerdotes del arciprestazgo, de la familia y de los amigos. “A través de ellos, el Señor se ha hecho y se hace presente para ir descubriendo la vocación a ser apóstol de Cristo“. Para Hernández, la llamada del Señor fue para que dejara sus proyectos personales, “para acoger su proyecto, porque si Jesús te ha llamado, y no le escuchas, te engañas a ti mismo y nunca serás feliz”.

Días antes de su ordenación diaconal, Alfonso Hernández habla de su etapa pastoral actual, en su caso, en la parroquia de Sancti Spíritus, y la de Ciriaco García, en Alba de Tormes, “un paso importante en nuestras vidas, por una parte, por el regalo tan grande que se nos ha entregado, así como para recordar que no debemos olvidar que uno de los grandes regalos que recibimos es el bautismo, que nos hace hijos de Dios, profetas, sacerdotes y reyes”. En cursos anteriores, también han colaborado en las parroquias de Nuestra de Lourdes en la capital, en Carbajosa de la Sagrada y en Ledesma.

Nuevas tareas y responsabilidades

En cuanto a las nuevas tareas que asumirán una vez ordenados diáconos, García confirma que es el paso previo a la ordenación sacerdotal, “vamos adquiriendo tareas y responsabilidades ya en las parroquias en las que estamos, como la visita a los enfermos o la catequesis, entre otras”, enumera. Y apunta que la tarea propia del diácono es la atención a los más necesitados, “y el ejercicio de la caridad, a lo que se une también el servicio a la mesa del altar en las celebraciones litúrgicas”.

Hernández añade que también servirán como diáconos a la mesa de la Palabra, con la proclamación del Evangelio, “anunciarlo en medio del mundo, ya como servidores, como diáconos estamos al servicio del obispo y de la comunidad a la que se nos envía”. Este seminarista asegura que la ordenación del domingo es un gran paso al servicio de Dios y de la Iglesia, “los que estamos llamados a ser sacerdotes seculares nos incardinamos en una diócesis y nos ponemos al servicio de ella, y sobre todo en las parroquias”.

En su caso, lamenta que se conozca poco el servicio de los diáconos, “lo nuestro es transitorio, pero a los diáconos permanentes que tenemos en la diócesis se les conoce poco”. Por su parte, Ciriaco García subraya que el diaconado es un proceso de aprendizaje y de enseñanza por parte de la diócesis, “donde uno va adquiriendo esa sensibilidad de irse acercando cada vez más a la gente y al Señor que está presente en las comunidades”.

Alegría y nerviosismo

Ciriaco y Alfonso junto al carmelita Fr. Luca Zerneri, quien será ordenado presbítero en la misma celebración.

A escasos días de su ordenación diaconal, Alfonso Hernández lo está viviendo con alegría y cierto nerviosismo, “y dando gracias a Dios por este regalo que uno va a recibir, para mí es un don inmerecido, porque uno es como es, es sencillo”. Junto a Ciriaco se han centrado en la organización de la celebración, “y los ejercicios espirituales nos han preparado a nivel interior para recibir este sacramento tan grande”. De forma especial agradece las oraciones que les dedican, “que tanto bien hacen”.

Ciriaco García vive estos momentos previos con paz y tranquilidad, “y la ayuda en la oración de tanta gente que nos tiene presente se nota y es lo más grande que estamos viviendo en este tiempo”. Y en relación a todo el camino previo, este joven reconoce que tiene sus dificultades y sus retos, “pero poniendo todo en las manos del Señor, todo esto va para adelante, porque está en sus manos, que no es nuestro”.

Hernández resalta que una de las cosas que valoran también es que se ordene con ellos su compañero, amigo y hermano, Luca Zerneri, en este caso como presbítero, “es un regalo para nuestra Iglesia, porque estamos descubriendo que la comunión de la Iglesia es posible y visible, y a nivel diocesano se ve claramente”.

 

Alfonso y Ciriaco junto al rector del Seminario, José Ángel Ávila, y Mario Cabrera, seminarista diocesano.

 

 

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