ACTUALIDAD DIOCESANA

28/02/2024

El apóstol Pedro, como compañero de viaje en el retiro diocesano de jóvenes

“¿Me quieres?” (Jn 21, 15-17) ha sido el lema del Oasis en el que han participado cerca de una veintena de jóvenes del grupo Jerut, del 23 al 25 de febrero en el Seminario de Ávila

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

“Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”, y le contestó: “Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero”. Jesús le dice: “Apacienta mis ovejas”. (Juan, 21 15-17).

Bajo este relato se ha desarrollado este fin de semana el retiro de Pastoral Juvenil, que ha tenido lugar en el Seminario de Ávila, denominado “Oasis“. Cerca de una veintena de jóvenes del grupo Jerut han tenido tiempo para la oración personal, compartir en grupos pequeños y vivir gestos que les ha ayudado a encontrarse con Jesús.

El delegado de Pastoral Juvenil, Andrés González Buenadicha, recuerda que este retiro forma parte del itinerario de trabajo con jóvenes de la Diócesis de Salamanca, “en esta ocasión con el apóstol Pedro como compañero de viaje”. Y apunta que a través del itinerario personal, humano y espiritual de este personaje, “hemos ido recorriendo nuestra experiencia con Jesús y con Dios”.

Este responsable confirma que han sido días muy intensos, “donde hemos tenido tiempo para la oración personal, los grupos pequeños, en la escucha de la Palabra de Dios o a través de la música, la celebración, la eucaristía o el sacramento del perdón”. Y cree que de este modo, los jóvenes, “han ido descubriendo el secreto de Jesús, el secreto de su corazón”.

Gratitud por lo vivido

Para resumir lo vivido, Andrés González emplea la palabra gratitud, “primero a Dios, por regalarnos estos días de encuentro con Él, en este clima de oración, de silencio, de encuentro con los demás”. Asimismo, agradece la labor de los que han hecho posible este Oasis, los acompañantes, “y sobre todo mi gratitud a los jóvenes, que han dejado sus ocupaciones, o el qué dirán, y se han lanzado a la aventura de vivir un Oasis”.

Para algunos era su primer retiro con Pastoral Juvenil, y muchos otros ya han vivido varias experiencias en las que han podido madurar su fe. “Vaya por delante mi gratitud hacia ellos por ir contracorriente, porque hoy, las cosas de Dios, las del Evangelio, no están de moda”.

Por otra parte, este responsable comparte una triple mirada sobre este retiro. “Hacia aquellos que hemos vivido este oasis, mirando a los jóvenes, a lo que han compartido estos días, a sus miradas, sus gestos, y a alguna lágrima que también se les ha escapado”, apunta. Andrés González considera que el Señor trabaja en el corazón de cada uno, “y estoy seguro de que esa pregunta que nos ha acompañado todo el Oasis, de Jesús a Pedro, ¿me quieres?, también la hace a cada uno de nosotros”. Y esa primera mirada se centra, según el delegado de Pastoral Juvenil, “de dejarse trabajar por Dios estos días”.

El trabajo junto a los jóvenes

La segunda, según describe, se fija en los acompañantes de estos jóvenes, “donde hay una mirada de mucho trabajo, de mucha generosidad, de mucha disponibilidad y creatividad, y de deseo de pasar tiempo con ellos”. Por último, la última de las miradas, es hacia la Iglesia diocesana de Salamanca, “una Iglesia que siempre ha puesto entre sus prioridades el trabajo pastoral con jóvenes”. El delegado subraya que el papa Francisco recuerda en Christus vivit que los jóvenes, “son el ahora de Dios”, y que han de ser protagonistas de muchas de nuestras acciones pastorales, “y que tenemos que fiarnos y confiar en ellos”.

Mar
Pablo

Para Pablo Sánchez, del grupo Jerut y de la parroquia de Villares de la Reina, es su tercer Oasis, pero como reconoce, “ha sido uno de los más importantes y de los que más he disfrutado”. Entre los gestos que han realizado, este joven se queda con la reflexión sobre las propias cruces que se cargan cada día, “y de cómo podemos aspirar a traspasar y a ver a través de ellas”. Pablo también subraya otras cuestiones analizadas, como las dificultades y las tentaciones, “también para poder reconciliarnos con la figura de Pedro y los discípulos”.

Del grupo Jerut también es Mar López, que en Ávila ha vivido su segundo Oasis, pero reconoce que ha sido el más especial: “Porque hace un año que entré en el grupo”. Ella admite que venía al retiro con muchas expectativas, “y comparado con el año pasado me ha gustado mucho más, también porque tenía mucha más confianza con el grupo”.

Los valores de Pedro

Ella reconoce que ha conectado mucho con la figura de Pedro, “me sentí muy identificada, porque creo que es alguien muy humano, que nos enseña muchos valores, como el perdonarnos a uno mismo, o que la debilidad no es algo malo, sino que se hace fuerte para seguir en el camino de Jesús“.

Ana
Rubén

De los momentos vividos, Mar se queda con la confesión, “que ha sido un momento muy especial, porque después de trabajar sobre nuestras propias cruces, he podido presentárselas a Jesús”.

Ana Martín vivía por primera vez un Oasis, y admite que el primer día le costó más conectar, “pero al día siguiente lo conseguí, y el último, como colofón final, me permitió llegar a ese amor y a esas cosas que te quiere decir Jesús en este retiro”. Para ella, lo más intenso para ella han sido las reflexiones personales, “donde iba a la capilla sola con el Evangelio, y allí escribía todos mis pensamientos”. También destaca el acompañamiento recibido, “donde te ayudan a resolver dudas y todas las cosas que tenemos en la mente”.

Un gesto de envío

Para Rubén Martín también ha sido su primer Oasis con el grupo Jerut, “y mi primera experiencia de profundización”. Este joven admite que al principio le ha parecido algo difícil, “pero me han ayudado mucho las actividades que hemos hecho en conjunto”. Y de todos los gestos realizados, se queda con el del envío, “cuando cada uno de los participantes ha tomado el rol de Pedro, cogiendo su bastón, y el resto, ponía la mano encima de él, como señal de apoyo, que ha sido un momento muy bonito”.

Alba

Alba Wen ha vivido en Ávila su segundo Oasis, y como admite, “lo ha hecho con mucha intensidad”. Ella llegó con bastantes inquietudes sobre la fe y sobre todo, “y al principio me ha costado un poco acercarme a Dios”. Pero consiguió conectar, y describe lo vivido con algunas palabras, como paz y cercanía. “Es una experiencia que viene muy bien, porque al final, siento que el ajetreo, el oleaje y las prisas del día a día me hacen distanciarme un poco de Dios, y este momento de Oasis es lo que necesito en este momento”.

Para ella, su mejor momento ha sido el vivido en la oración de la capilla el primer día. “Allí hablamos sobre las dudas y los miedos de Pedro, y tuvimos que compartir los nuestros en una nota que luego pegábamos sobre una red, y era bastante liberador, porque por el hecho de escribirlo es quitarse ya esa carga”. En ese mismo rato de oración, los jóvenes también compartieron mensajes escritos sobre problemas que sufren los hombres y mujeres de nuestro tiempo, y que pegaban sobre un mapa mundi.

Junto a estos jóvenes también han vivido esta experiencia de retiro dos participantes del proyecto Ranquines de Cáritas diocesana de Salamanca.

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