ACTUALIDAD DIOCESANA

02/06/2019

El Monasterio de las Clarisas de Cantalapiedra comienza el Año Jubilar

El obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López, presidió la solemne eucaristía y la apertura de la Puerta Santa

El 1 de junio se celebró en el Monasterio de las Clarisas de Cantalapiedra la apertura del Año Jubilar del Sagrado Corazón 2019-2020, tras ser concedida esta gracia por el Papa Francisco a través de un decreto de la Penitenciaria Apostólica, con el que se podrá alcanzar la indulgencia plenaria entre el 31 de mayo de 2019 y el 31 de mayo de 2020.

La petición fue dirigida por el obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López, y por la abadesa del Monasterio del Sagrado Corazón de Jesús, Sor María Aleluya, el 17 de noviembre de 2018, para conmemorar el primer centenario de la fundación del monasterio en esta localidad salmantina, a cargo de la declarada Venerable, Madre María Amparo del Corazón de Jesús Delgado García, el 31 de mayo de 1920.

Cabe recordar que la indulgencia plenaria podrá ser alcanzada con la confesión sacramental, la comunión eucarística y una oración por las intenciones del Sumo Pontífice; “ tanto por las hermanas de la Orden de Santa Clara como por todos los fieles cristianos si visitaren la iglesia conventual en forma de peregrinación y allí tomaren parte en alguna celebración jubilar o ejercicio piadoso, o al menos permanecieren ante el Santísimo Sacramento del Altar en meditación piadosa durante un espacio de tiempo, concluyendo con la oración del Padre Nuestro, el Credo y con invocaciones al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María”, se precisaba en la carta remitida por el prelado a la comunidad diocesana el pasado 25 de abril.

La celebración de apertura tuvo lugar en la iglesia del Monasterio de las Clarisas de Cantalapiedra. Antes de iniciarse la misa votiva en el templo, (así denominada por estar ofrecida por una intención especial), en este caso, al Sagrado Corazón de Jesús, se celebró el rito de apertura de la Puerta Santa, en la que el obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López, recordó las palabras del salmo 118: “Abridme las puertas de la justicia; Entraré por ellas…”. Después, la puerta se abrió y entró en primer lugar portando el Evangeliario, que lo mostró al pueblo. Entre los ritos de la apertura del Año Jubilar estuvo también la memoria del Bautismo, con la bendición y aspersión con agua bendita, antes del inicio de la eucaristía, o la lectura de los decretos y la bendición del Papa para todos los asistentes.

“Atender la mirada fija en el amor del Padre”

En la homilía, el prelado recordó que en este Año Jubilar del Sagrado Corazón de Jesús, la Iglesia nos llama con más intensidad atener la mirada fija en el amor del Padre, que se ha manifestado en plenitud en la Cruz de su Hijo Jesús”. Y además, insistió en que mirar al Corazón traspasado de Jesús “es el camino para experimentar y acoger el amor salvador de Dios y la fuente para aprender a amar como Jesús nos ha amado”.

Carlos López confirmó también que en este Año Jubilar “la Iglesia nos llama a contemplar el misterio del corazón de un Dios que se conmueve y derrama todo su amor sobre la humanidad. Un amor misterioso, una inconmensurable pasión de Dios por el hombre“. Otro aspecto que destacó fue que el costado traspasado del Crucificado “es la fuente de la que hemos de beber para alcanzar el verdadero conocimiento de Jesucristo y experimentar más profundamente su amor y el amor del Padre que en él se nos manifiesta”. Y el obispo reconocía que así “podremos vivir de la experiencia de ese amor y dar testimonio a los demás”.

Por último, quiso dejar claro que en este Jubileo del Sagrado Corazón de Jesús, “la Iglesia diocesana siente la urgencia de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios”. Y no dudaba que había que dejarse sorprender por el amor misericordioso del Padre. “Cristo mantiene siempre abierta la puerta de su corazón y no se cansa de repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida. De su costado abierto en la cruz corre sin parar el gran río de la misericordia”, alentó. Asimismo, aseguró que esa fuente de agua viva, “símbolo de su Espíritu vivificante, nunca podrá agotarse”, porque cada vez que alguien tenga necesidad “podrá venir a ella, porque la misericordia de Dios no tiene fin”.

Ya por la tarde, a las 16:30 horas, los actos continuaron en la parroquia de Cantalapiedra, donde se recordaron los inicios de la fundación del monasterio, con un rato de oración, así como la consagración a la Virgen de la Misericordia, trasladada para la ocasión desde la ermita. Por último, a las 17:20 horas, se proyectó un audiovisual en el monasterio para repasar la trayectoria de esta comunidad religiosa en Cantalapiedra, con fotografías antiguas y actuales.

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