ACTUALIDAD DIOCESANA

08/05/2023

El obispo anima a rezar por las vocaciones “es nuestra más urgente necesidad eclesial”

En el marco de la celebración de ordenación de Pepe Sánchez como diácono permanente, Mons. José Luis Retana invitó a la asamblea a orar para promover las vocaciones. Al nuevo diácono le pidió que ame y sirva a la Iglesia “con todas tus energías y que los hombres puedan hallar en ti un auténtico discípulo del Señor entregado”

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La capilla del Colegio San Agustín acogió este domingo, 7 de mayo, V de Pascua, la ordenación de Pepe Sánchez como diácono permanente, en el transcurso de una eucaristía que fue presidida por el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, y concelebrada por una veintena de sacerdotes.

A la celebración acudieron familiares y amigos de Pepe; miembros de las comunidades parroquiales de San Mateo y Santo Tomás de Villanueva, en las que ha colaborado como catequista; así como de las comunidades a las que sirve en la actualidad como ministro extraordinario de la eucaristía, Bercimuelle, Gallegos de Solmirón y La Tala. En la asamblea también se encontraban los religiosos agustinos a los que Pepe asiste como gerocultor en su residencia y sus compañeros de trabajo.

El Coro San Agustín, dirigido por el religioso agustino Pedro Blanco -quien además le ha acompañado en su proceso hacia el diaconado-, fue el encargado de animar la celebración litúrgica que se vivió con gran alegría y júbilo.

Tras la liturgia de la Palabra se presentó al candidato a diácono permanente. Después don José Luis Retana pronunció su homilía, en la que agradeció a Pepe su confianza “abandonándote con generosidad al Señor, que, providencialmente, ha ido acompañando tu libertad” hasta aceptar, con la gracia de Dios y por la solicitud de los que le han acompañado en su formación, “la llamada del Señor que la Iglesia reconoce como tal al recibirte en el orden de los diáconos”.

También le recordó el compromiso que adquiere al ser ordenado: cuidar las comunidades a las que va a servir pastoralmente, el presbiterio al que va a “pertenecer sacramentalmente”, y la diócesis “a la que te consagrarás definitivamente, la Iglesia a la que te vas a ofrecer generosamente”.

Mensajero de la Palabra de Dios

Como diácono “está llamado a vivir personalmente la Palabra de Dios de una manera intensa y fecunda”, convirtiéndose en “portavoz de una Palabra que es más grande que tú y que te sobrepasa”, como reconoció el obispo que además le confió proclamarla “con exquisita fidelidad y con toda su belleza”.  Para ello debe “escuchar previamente cuanto el Señor te dirá en tu propio corazón, en la Iglesia y en la vida de los hombres”.

El obispo también explicó su vinculación con la caridad como entrega a los demás, “particularmente a los pobres de cualquier tipo de pobreza” y le invitó a cuidarlos “con un servicio amoroso, lleno de respeto y gratuidad” para que puedan encontrar en él acogida, una palabra de esperanza y “una ayuda habitual y una compasión sincera”.

Servidor de la Iglesia

“Ama y sirve a la Iglesia con todas tus energías y que los hombres puedan hallar en ti un auténtico discípulo del Señor entregado”, le indicó el prelado. 

Y añadió que para que su entrega al servicio de diaconía sea fecunda y feliz “nada ni nadie ocupe en tu corazón el lugar que sólo le corresponde al Señor” y “que toda tu vida, por dentro y por fuera sea un testimonio claro y creíble de tu pertenencia a Jesucristo como diácono de la Iglesia”.

Don José Luis se mostró alegre y agradecido por su entrega “todos los presentes estamos contentos y estamos de enhorabuena” porque la “Palabra del Señor quiere hacerse carne de tu vida (…) Tu sí hace posible una hermosa historia: la historia que Dios escribió para ti”.

Orar por las vocaciones

Antes de finalizar su prédica, el obispo pidió orar por las vocaciones, “es nuestra más urgente necesidad eclesial”, afirmó. “Cada uno desde donde se encuentra en la vida de la Iglesia, colabore con su oración, su disponibilidad y su afecto en suscitar jóvenes vocaciones”, invitó el prelado, al tiempo que pidió orar también “por la santidad de los sacerdotes”. 

Y dirigiéndose a Pepe le invitó a ser “testigo de la alegría que suscita esperanza, testigo de la confianza ante un Dios que no defrauda nunca. Que el Señor te bendiga y la Virgen Madre te guarde”.

Promesas de servicio y obediencia

Después de la homilía, Pepe Sánchez realizó las promesas de servicio y obediencia a la Iglesia y al obispo diocesano. A continuación, mientras el candidato permanecía postrado en el suelo frente al obispo, se cantaron las letanías.

El momento más emotivo llegaría después con la imposición de manos del obispo y la vestición del nuevo diácono, que fue revestido con estola -cruzada- y dalmática por el diácono permanente Juan Bosco. La ceremonia continuó después con la entrega del libro de los Evangelios por parte del obispo Mons. José Luis Retana, su abrazo y el de sus compañeros diáconos que asistían la celebración: José Luis López Redondo y Francisco Sotillo Centeno, y el matrimonio de acólitos Francisco José Jaspe y Marisa Beltrán.

El obispo entrega a Pepe el libro de los Evangelios

Terminado este rito continuó la liturgia eucarística en la que Pepe participó en la preparación del altar y en el rito de la Comunión. Al término de la eucaristía dirigió unas palabras de agradecimiento a toda la asamblea y a los que le han acompañado en este camino, en especial a su familia, a la comunidad de agustinos, y los sacerdotes que han contribuido en su formación.

“Una vocación no es para uno solo, cuando se hace compartida se hace realidad”, manifestó Pepe emocionado.  “Gracias por hacer posible que sea real esta llamada que el Señor me hace como regalo”,  fueron sus últimas palabras,  seguidas de un caluroso aplauso de toda la asamblea.

La ceremonia concluyó con la bendición solemne, el canto del Regina Caeli y las palabras del obispo dando la enhorabuena a Pepe y a su familia. También mostró su agradecimiento a los sacerdotes por su presencia en la celebración que “está llena de significado”, como explicó, para ofrecer la acogida a Pepe “en esta tarea grande que tenemos en la Iglesia” y  “darle una bienvenida afectuosa” ya que “se que entrega con generosidad y se ha puesto al servicio del Señor y de los hombres”.

 

 

¿Te gustó este artículo? Compártelo
VOLVER

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies