05/05/2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El domingo, 7 de mayo, V domingo de Pascua, la capilla del Colegio San Agustín de Salamanca acogerá la eucaristía de ordenación de un nuevo diácono permanente al servicio de la Iglesia de Salamanca. Se trata de Pepe Sánchez, que recibirá la imposición de manos del pastor diocesano, Mons. José Luis Retana. La ceremonia comenzará a las 18:00 horas y, en ella, Pepe sellará un compromiso que le unirá para siempre a la vida litúrgica, pastoral y caritativa de la Diócesis de Salamanca.
En el Orden Sagrado existen tres grados: los obispos, los sacerdotes y los diáconos. Este último es un grado de servicio que está establecido desde el tiempo de los apóstoles. El diaconado puede ser conferido a hombres casados, como es el caso de Pepe y que para ordenarse ha contado con el consentimiento de su mujer, Mercedes. En su caso se ordena como diácono permanente, un grado restaurado hace más de 50 años en el Concilio Vaticano II, “como un grado particular dentro de la jerarquía” (Lumen Gentium, 29), y que fue concretándose en las diócesis.
José Luis López Redondo, Juan Bosco Sardón García y Carlos Ballesteros Guerrero (ya fallecido), fueron los primeros diáconos permanentes de la Diócesis de Salamanca, ordenados por el obispo Mons. Braulio Rodríguez Plaza, el 7 de enero de 1996. Más adelante, el obispo Mons. Carlos López Hernández ordenaría el 8 de diciembre de 2004 a David González Porras y a Francisco Sotillo Centeno, y el 1 de mayo de 2019 a Marcos García Diego.
Pepe Sánchez, de 50 años, catequista de la parroquia de Santo Tomás de Villanueva y ministro extraordinario de la eucaristía en las parroquias de Bercimuelle, Gallegos de Solmirón y La Tala, se convertirá este domingo en el séptimo diácono permanente ordenado en la Diócesis de Salamanca.
Este salmantino fue salesiano coadjutor y misionero durante dos años en Guinea Ecuatorial. Realizó su estudios filosóficos, teológicos y pedagógicos en el Instituto Superior de Filosofía “San Juan Bosco” en Burgos. Más tarde, y tras un proceso de discernimiento se formó teológica, espiritual y doctrinalmente en la Facultad de Teología de San Esteban. Desde hace diez años colabora en la diócesis como ministro para las celebraciones dominicales en espera de presbítero en varias parroquias del arciprestazgo de Santa Teresa-Alba de Tormes-Guijuelo. En su camino hacia el diaconado permanente siguió formándose de la mano de su director espiritual, el agustino P. Pedro Blanco, y otros sacerdotes, como el delegado diocesano de Liturgia, Emilio Vicente de Paz.
Como paso previo al diaconado, el 27 de septiembre de 2022 fue instituido acólito y lector en la parroquia de San Mateo, su comunidad de origen, donde ha colaborado durante muchos años como catequista y donde conoció a su mujer. El pasado 20 de marzo, en la solemnidad de San José, fue admitido a las Sagradas Órdenes en la parroquia de San Silvestre de Villares de la Reina y el 4 de mayo, junto al obispo Mons. José Luis Retana, realizó su juramento y profesión de fe, en la Casa de la Iglesia.
Como ministro de la palabra, proclamará el evangelio, predicará y enseñará la fe católica. Y como ministro del altar, asistirá al obispo y a los presbíteros en la liturgia, desempeñando su ministerio también como ministro ordinario de la eucaristía, distribuyendo la comunión.
Entre sus funciones está también administrar el bautismo y el matrimonio, presidir los ritos fúnebres y sepulcrales, dirigir la celebración de la Palabra de Dios, predicar el Evangelio, pronunciar la homilía y presidir otros oficios del culto y oraciones, como la exposición del Santísimo, así como ejercer la caridad, pero no puede, a diferencia del sacerdote, celebrar la eucaristía o administrar la Unción de Enfermos.
La vestimenta propia del diácono es la estola puesta sobre el alba y cruzada en el cuerpo desde el hombro izquierdo, pasando por el pecho y unida en el lado derecho, a la altura de la cintura, y la dalmática, que se coloca sobre ellos en las misas solemnes y procesiones que no sean de carácter penitencial.