07/11/2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El Seminario diocesano celebró el pasado 4 de noviembre sus fiestas patronales en honor a San Carlos Borromeo. La jornada se inició con un encuentro en la Casa de la Iglesia en el que el obispo, los sacerdotes, diáconos y el seminarista diocesano, Mario Cabrera, reflexionaron sobre la situación actual del Seminario y compartieron sus sueños para dar un impulso renovado a la pastoral vocación sacerdotal en la Diócesis de Salamanca.
Seguidamente se celebró una eucaristía en la Capilla Mayor que fue presidida por Mons. José Luis Retana y concelebrada por el obispo emérito de Sigüenza-Guadalajara, Mons. José Sánchez y el provicario general, Antonio Carreras.
En su homilía, el obispo destacó la importancia de renovar el afecto y la gratitud hacia el Seminario, “la institución que nos formó”, y subrayó la responsabilidad como presbíteros de “entregar el testigo a las generaciones jóvenes”.
Mons. José Luis Retana recordó que la pastoral vocacional es una tarea comunitaria “porque es fruto de una comunidad cristiana viva y porque remite a una comunidad que acompaña”. Citó al papa Francisco, quien resaltó que las vocaciones genuinas surgen en comunidades fervorosas y apasionadas por llevar a Cristo a los demás. También hizo hincapié en que la pastoral vocacional debe ser una prioridad para toda la Iglesia local.
Y acogiendo la invitación del Sínodo a una implicación corresponsable de todos, señaló que “todos somos agentes de la pastoral vocacional y lo somos no sólo individualmente sino en comunidad”. Esto incluye desde el obispo, hasta el presbiterio, el Seminario, la Delegación de pastoral vocacional, las familias, comunidades cristianas, los movimientos eclesiales… Además, destacó el papel de los seminaristas como testigos vocacionales cercanos a los jóvenes.
El obispo instó a todos a valorar con gratitud su propia vocación, a vivirla con alegría y a orar tanto a nivel personal como comunitario para que el Señor suscite nuevas vocaciones para la Iglesia de Salamanca.