ACTUALIDAD DIOCESANA

03/05/2023

El Papa pide a los movimientos y grupos eclesiales que redescubran su misión evangelizadora

Francisco dedica su intención de oración del mes de mayo a estas realidades que “son un don, la riqueza de la Iglesia”. En El Vídeo del Papa les pide que eviten “cualquier tentación de encerrarse en sí mismos” y se mantengan “siempre en movimiento, respondiendo al impulso del Espíritu Santo, a los desafíos, a los cambios del mundo de hoy”

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

Los movimientos eclesiales “son la riqueza de la Iglesia”: hablan “lenguajes diferentes” y “parecen diferentes, pero es la creatividad que crea estas diferencias”. Así comienza Francisco El Video del Papa de mayo, que comparte la nueva intención de oración que se confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa. La reflexión del Santo Padre de este mes está dedicada a los movimientos y grupos eclesiales, que “renuevan la Iglesia con su capacidad de diálogo al servicio de la misión evangelizadora”.

Muchos carismas, una misión

El vídeo –realizado en colaboración con el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida– narra trozos de sus vidas, en contextos muy diferentes. Ahí están, por ejemplo, los scouts portugueses en peregrinación con la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud; los neocatecumenales comprometidos en la evangelización en las calles de las ciudades americanas; los misioneros de Shalom en Madagascar y los de Comunión y Liberación en Filipinas; Nuovi Orizzonti junto a las familias de las favelas brasileñas y la Comunidad Papa Juan XXIII junto a las de Kenia; Sant’Egidio acogiendo a los refugiados de Libia llegados con los corredores humanitarios; los focolares limpiando las playas contaminadas del sudeste asiático; los jóvenes del Movimiento Eucarístico Juvenil, en su congreso internacional, en adoración ante la Eucaristía. Tantos carismas diferentes, una única misión: la de anunciar el Evangelio en diversos ambientes y de diversas maneras.

Al servicio de la misión evangelizadora

Celebración de la comunidad neocatecumenal de Cristo Rey en Salamanca

Los movimientos eclesiales son grupos de personas comprometidos con el apostolado con un carisma propio, que el Espíritu Santo distribuye para el bien común de la Iglesia. Integrados mayoritariamente por fieles laicos, la búsqueda de sus miembros a un encuentro personal con Cristo los une y, al mismo tiempo, se los alienta a dialogar con las mujeres y los hombres de hoy, allí donde se encuentren, al servicio del anuncio del Evangelio.

Estos movimientos y grupos eclesiales encuentran “nuevas formas de mostrar el atractivo y la novedad del Evangelio”, explica Francisco en El Video del Papa. Mediante idiomas que “parecen diferentes”, y con la “creatividad” de cada carisma, renuevan la Iglesia. Como dijera también el Papa san Juan Pablo II: “Cada movimiento difiere del otro, pero todos están unidos en la misma comunión y para la misma misión”, sin olvidar que “los verdaderos carismas no pueden menos de tender al encuentro con Cristo”.

Internacional, intergeneracional, plurivocacional

Movimiento Fe y Luz

“Los movimientos eclesiales –señala Linda Ghisonim subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida–, son un gran don para la Iglesia en las sociedades actuales: son, en efecto, portadores de una creatividad que se renueva continuamente para dar testimonio de Jesucristo y de la buena noticia del Evangelio a los hombres y mujeres de hoy en las circunstancias más diversas y con acciones muy concretas. Son realidades internacionales, intergeneracionales, plurivocacionales, con un potencial formativo probado, y están llamadas a no encerrarse nunca en sí mismas, sino a vivir su vocación y su misión auténticamente eclesiales”.

En armonía con la Iglesia

Precisamente la necesidad de permanecer “en armonía con la Iglesia” es otro de los aspectos que Francisco subraya en el vídeo de este mes: en tono paternal, de hecho, el Pontífice invita a los movimientos a trabajar siempre al servicio de los obispos y de las parroquias. “El peligro”, recuerda, es la “tentación de encerrarse” en uno mismo. Todo movimiento, de hecho, no es un fin en sí mismo, sino un lugar propicio para el encuentro con Dios que encuentra su realización “poniendo los propios carismas al servicio de las necesidades del mundo”. “Al servicio”, repite de nuevo Francisco para terminar, para reforzar el concepto.

 

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