19/09/2019
En este nuevo curso pastoral, la iniciación cristiana se ha convertido en una prioridad. De hecho, la jornada de ayer en la XII Semana de Pastoral estuvo centrada en este tema, desde el trabajo realizado por la Delegación diocesana de Catequesis, hasta las experiencias reales en algunas parroquias de la Diócesis de Salamanca.
Como es habitual, la jornada comenzó con una oración, a cargo del arciprestazgo número 3 en el auditorio de Calatrava, y el vicario de Pastoral, Policarpo Díaz, realizó una introducción al tema que se iba a abordar a lo largo de toda la tarde, en concreto, en una mesa redonda y una ponencia. En este sentido, este responsable recordó que la iniciación cristiana se trata de una “prioridad”, y que es importante que se programe en las parroquias. “La Delegación de Catequesis nos presenta un nuevo dinamismo y propuesta tras dos años de trabajo”, adelantó.
Los primeros en intervenir en el auditorio fueron algunos de los integrantes del equipo de la Delegación diocesana de Catequesis, dirigido por el sacerdote José Ángel Ávila. Este presbítero fue el encargo de desgranar el nuevo material que llegará a toda la diócesis sobre el despertar religioso de 0 a 6 años, como propuesta para activar la pastoral bautismal. “El despertar de la fe va enfocado a los padres de los niños que van a ser bautizados”, aclaró el delegado.
Ávila detalló los pasos que han seguido durante los dos últimos años hasta elaborar el nuevo material, convertido en una carpeta con guías y fichas de trabajo que los padres realizarán junto a los párrocos. Y como en años anteriores, recordó la iniciativa de Jueves de la Iniciación Cristiana, dirigido a catequistas y agentes de la pastoral de la diócesis. Una fecha clave que recordó fue la del encuentro de catequistas de la diócesis, en concreto, el próximo 9 de noviembre.
Otro integrante del equipo, José Manuel Hernández, acercó la realidad de los adultos que piden ser bautizados, que según mencionó, en los últimos seis años él ha recibido 16 peticiones, sobre todo, de personas que quieren casarse por la Iglesia y piden este sacramento. Otros casos son de estudiantes latinoamericanos o de Erasmus que lo solicitan. Por su parte, Begoña Antolínez acercó su labor de enlace entre la diócesis y los colegios católicos de Salamanca, “porque estamos llamados a coordinar la evangelización en el primer anuncio”, sentenció. La idea para este curso, según detalló, es que desde la Delegación de Catequesis, “se ofrezca apoyo, dar cauces de colaboración y establecer una programación común”. Una de las líneas de acción que resaltó fue que se establezca al inicio de curso actividades en común de la parroquia y el colegio.
Después de esta intervención comenzaron a relatarse las experiencias de catequesis de algunas parroquias de la diócesis. Las primeras en intervenir fueron dos madres y catequistas de la Unidad Pastoral del Centro Histórico, que relataron el proceso vivido en estos años, con experiencias positivas y negativas. “Para algunos padres, la catequesis es como una actividad extraescolar más para sus hijos, y a Dios le encierran en esa parcela”, aseguraron. Asimismo, relataron las dificultades que se encuentran en la etapa de poscomunión, “porque no siguen todos, pero hay que seguir trabajando y confiando”. Entre los problemas que detectan está la falta de continuidad, porque muchas familias viven en el alfoz y no es fácil conciliar todas las actividades de sus hijos.
Otra de las experiencias que se dieron a conocer fue la del equipo de catequistas de la parroquia de Santa Marta. Desde hace unos años está implantada la catequesis familiar, con una media de 60 niños que reciben la primera comunión. Esta apuesta llegó porque creen oportuno que los progenitores “sean los educadores de la fe”, y de esta forma, tienen una reunión mensual con ellos, donde les facilitan material para trabajar en sus casas. Además, tienen celebraciones familiares y una convivencia cada trimestre. Otra iniciativa que desarrollan en esta parroquia del alfoz es la etapa poscomunión, que denominan al grupo ‘Ya+’. Con esta propuesta han conseguido que una media de 50 niños siga su etapa de formación en la parroquia después de recibir el sacramento.
Los propios jóvenes monitores de ‘Ya+’ dieron a conocer este movimiento parroquial: “El logo significa juventud en acción, y el más simboliza la Cruz de Cristo, y que los jóvenes siempre aspiran a más”, relataron. También recordaron cifras, como los 120 niños que componen este grupo cada año, que nació, como explicaron, “con el objetivo de favorecer la continuidad de los niños en la parroquia de una forma creativa para los preadolescentes”. Las reuniones tienen lugar los viernes por la tarde, divididos en grupos de 15 por cada monitor, según si son de Primaria o Secundaria.
Cuando finalizan esa etapa educativa, tienen la opción de seguir unidos a la parroquia de Santa Marta, en este caso por un grupo denominado ‘Ya+2’, a partir de cuarto de la ESO, aunque apuntaron que el número se reduce, en la actualidad a unos 30. Entre los retos que transmitieron está el de atraer a más gente joven para el acompañamiento de los grupos.
El siguiente en intervenir fue el sacerdote José Francisco Martín, del arciprestazgo Virgen de la Vega y San Juan de Sahagún, sobre ‘¿Qué nos queda del catecumenado de jóvenes, en el tradicional sistema de catequesis de confirmación?’. En este sentido, confirmó que el sentido de pertenencia “ha cambiado radicalmente”, porque este presbítero considera que es mucho más amplio que los límites jurídicos de la parroquia, “más todavía en la ciudad, donde hay mayor movilidad de nuestros feligreses”. Y para responder a la pregunta de su intervención, “¿Qué nos queda?”, Martín aclara que influyen situaciones como “la noche salmantina en nuestros adolescentes y jóvenes”, o los planes de estudio, “la fuerte competitividad, las actividades extraescolares o la nueva atmósfera de la cultura imperante, así como el desprestigio de la Iglesia”. Para él, la comunidad cristiana y la figura del catequista, “son claves imprescindibles para comprender la situación que ha vivido y vive la catequesis de confirmación en nuestro arciprestazgo”.
Para cerrar esta semana redonda, dos matrimonios de la parroquia de Cristo Rey acercaron una iniciativa de la etapa de poscomunión y posconfirmación. Una de las novedades que presentaron fue el adelanto de la confirmación a los 12 años, y después, mantienen reuniones con estos jóvenes gracias a la colaboración de los denominados “padrinos”, en este caso, un total de seis matrimonios, que mantienen con ellos diferentes encuentros, tanto en sus casas como en la parroquia, con celebraciones. “Ellos nos aportan mucha paz y alegría”, destacaban las parejas. En el curso pasado han tenido cuatro grupos con 25 jóvenes, como explicaron. Para ellos, en esta etapa es fundamental “el acompañamiento”. Además, en la etapa de poscomunión cuentan con cuatro matrimonios implicados en esa tarea, “e iniciamos el contacto una semana después de tomar la Comunión”.
Antes de cerrar la jornada con el rezo de vísperas, el profesor de la UPSA y rector del Teologado de Ávila, Gaspar Hernández, que relató al auditorio ‘La belleza de la iniciación cristiana lograda’. Para arrancar dejó un mensaje claro: “Los cristianos no nacen, se hacen”, y al respecto lo centró en cómo se hace un cristiano “desde la iniciación cristiana”, y que la paciencia es “uno de los contenidos del catecumenado”. Este responsable insistió en que la iniciación “no es la suma de los tres sacramentos, son varias etapas y grados, que comienzan con el primer anuncio, le sigue el catecumenado, la iluminación que dará paso a los sacramentos pascuales y concluirá con la mistagogia”.
Para Hernández, la pastoral de catequesis “tiene que ser una pastoral en camino, que proponga un proceso integral en una unidad orgánica, al ritmo y momento de cada persona”. Para él, “el catecumenado es el paradigma de toda la catequesis”, y que la iniciación cristiana debe de ayer a leer la Escritura, así como cultivar la lectura orante de la Biblia”, porque también recordó que cada uno “tiene que ajustar su existencia a la de Cristo”.
Otra de las ideas que lanzó el ponente fue que la pastoral de la iniciación cristiana y el agente deben de ser capaces de llamar a la conversión, “para el buen combate de la fe”. Asimismo, que toda iniciación cristiana lograda “concluye en la misión”. En relación al lema de la Semana de Pastoral, del cuidado de la higuera, Gaspar Hernández reconoció que hacerse cristiano es un camino, “y un componente importante es la paciencia”, como rasgo de la naturaleza de Dios, concretó.