ACTUALIDAD DIOCESANA

19/06/2019

«El problema de la pobreza no es la falta de recursos, es una cuestión de dignidad»

La directora de esta organización diocesana lleva al frente de la misma desde el año 2000. Carmen Calzada ha sido testigo de los años más duros de la última década, la crisis económica, que golpeó a cientos de familias en Salamanca. “Cáritas vio venir la crisis, no nos pilló por sorpresa, pero sí a muchas familias”, matiza. Con motivo del Día de la Caridad, que se prolonga durante este mes de junio, repasa el trabajo de Cáritas en esta diócesis, e insiste en que “no es una agencia de servicios sociales, es tomar conciencia de que la persona humana está por encima”. Y de los años más duros se aprende, “y mucho”, afirma.

 

Este año, el lema del Día de la Caridad es ‘Pon en marcha tu compromiso para mejorar el mundo’, ¿Qué quieren transmitir?
Hay tres dimensiones que queremos resaltar, más que dar cuenta de la tarea que se realiza, y de los números. Por un lado, qué supone la caridad en la vida de la sociedad actual, como concepción de la persona humana, de ser hijo de Dios, eso es lo que se quiere transmitir, el compromiso por un desarrollo integral de la persona, que desde ahí parte; y la necesidad de que no sea individual sino de red de comunidad cristiana que implique al resto de la sociedad.

Y se quiere insistir en el desarrollo integral como antídoto a la cultura del descarte y la indiferencia del momento actual. Cáritas tiene interés en esta fecha en aclarar que no es una agencia de servicios sociales, es algo más, dada la fragmentación social que existe hoy en la persona, y en la sociedad. Como tercera dimensión resaltaría el tema de la comunión.

¿Cuál es el compromiso actual de la sociedad salmantina en este sentido?
Hay una mayor sensibilidad, pero en el tema del dolor, del sufrimiento, de la pobreza, no nos gusta escuchar a nadie, y se tiende a pasar de ello. No se pueden negar los hechos reales que existen y hemos mejorado en una serie de dimensiones, pero la realidad del paro es crónica.

¿Cómo describiría la caridad del siglo XXI?
El Papa, en la asamblea de Cáritas Internacional que se acaba de celebrar, insiste en esas dimensiones, lo que significa Cáritas hoy en la cultura actual, insistiendo en que no es una agencia de servicios sociales. El tema de la necesidad de crear red entre las distintas instituciones, el de la comunión y el desarrollo integral, que Cáritas lo tiene muy claro. Hoy la caridad no puede limitarse a un aspecto de ella, sino el desarrollo integral en todas las dimensiones, como requisito para alcanzar la paz social tan necesaria en este momento.

Cáritas se centra en trabajar contra la pobreza y la desigualdad, ¿cuál es la situación actual en Salamanca?
La situación actual es de personas que no encuentran trabajo, de edades comprendidas en edad laboral, y familias que han tenido que hacerse cargo de sus hijos y nietos, compartir lo que tenían, jóvenes en busca de trabajo, gente con baja cualificación laboral, y por eso, para nosotros las tres dimensiones son importantes: la acogida a toda persona humana desde la realidad que tenga, y procurar acompañarla en un proceso de desarrollo, de promoción, etc.
Por ese motivo, le damos tanta importancia a la preparación de los jóvenes y de los adultos, con cursos de formación sociolaboral, para que tengan herramientas, no solo de cualificación laboral, sino de desarrollo de la propia persona y de formación. Otra tarea importante es la de dar a conocer la problemática, para que ese compromiso sea real en todas las personas y la comunidad. En Infancia y Juventud se nos ocurrió llevarlo a la catequesis, a ese crecimiento.

El día 20 de junio presentarán la memoria de 2018, ¿nos puede adelantar algún dato significativo del número de atenciones?
De la memoria destacaría que es verdad que el paro ha disminuido en Salamanca, y en todo el país, pero los trabajos no son estables sino precarios, y estamos en más de 22.400 personas que no tienen trabajo. Y el esfuerzo que se está haciendo es en la atención en la formación de la gente menos cualificada, en ayudarles a encontrar trabajo, en acompañarles a buscarlo. La caridad de hoy es el acompañamiento, el desarrollo, la integración, y nosotros decimos que Cáritas quiere ser esas manos que acogen, promocionan e integran no ya en nombre de la Iglesia, que ya lo es.

La formación sociolaboral es un aspecto muy importante, pero también lo es la acogida de la persona desde todas las dimensiones. Destaco la acogida en las parroquias para ver cuál es la realidad, y desde ahí se deriva a empleo, o al centro d inmigrantes, etc. La puerta de entrada son los equipos parroquiales y la diocesana también, como característica de la comunidad cristiana que está en contacto permanente con la realidad de su entorno, acoge al ser humano con estas características. Hemos tenido una concepción de la pobreza material, solamente, de falta de recursos, y el problema de la pobreza no es eso simplemente, es una cuestión de dignidad.

¿Qué medidas son necesarias para terminar con esas situaciones precarias?
Hacen falta medidas de protección social para que toda persona humana tuviese un puesto en la sociedad. Porque si no hay trabajo, tiene que haber medidas de protección que permitan que todo ser humano pueda vivir con dignidad. Hay que ver qué medidas se ponen para la sociedad del siglo XXI, que no es la del XX. Una realidad del trabajo de Cáritas no solo es conocer la problemática social, sino la de acompañar a las personas en la búsqueda de soluciones, y que las personas sean protagonistas de su propia búsqueda, no suplir esa búsqueda.

En el acompañamiento a las personas Cáritas, ¿que cuestiones suele tener en cuenta?
El Papa insiste en la cultura del descarte y de la indiferencia, y una tarea de Cáritas es llegar a romper ese círculo, y eso lo hace, desde la acogida, el acompañamiento y no con recetas. Hace poco que inauguró el centro para enfermos mentales, Ranquines, para abordar una problemática sin atender, a los más pobres, por llamarles de alguna manera, se intenta poner una solución a ese problema, con una experiencia de una red eclesial, de ahí la necesidad del tema de la comunión, por el contexto sociolaboral que estamos viviendo.

En estos últimos meses se han producido cambios en la ubicación de varios de sus centros, como el de Baraka o el de formación laboral…
Todos los centros de Cáritas, salvo la sede, son cedidos por instituciones religiosas o por la Diócesis, sino sería imposible atender a personas sin hogar, a enfermos de VIH, mentales, personas sin hogar, porque Padre Damián está cedido por una congregación religiosa; mientras que Casa Samuel y Espacio Abierto son edificios de la Diócesis, o Ranquines, por los Paúles. El centro de formación por los Jesuitas y el integral de empleo, primero estuvo cedido por las Salesianas, después por los Dominicos, y ahora por una Fundación, Amelia Fernández.

* (Puedes leer la entrevista completa en la edición impresa de #Comunidad (710), la revista oficial de la Diócesis de Salamanca).

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