ACTUALIDAD DIOCESANA

19/03/2020

Es la hora de la confianza en el Señor

El 19 de marzo la Iglesia celebra la fiesta de San José, patrono de los Seminarios. En este día, José Ángel Ávila, rector del Seminario diocesano San Carlos Borromeo de Salamanca, nos ofrece esta reflexión en torno al Día del Seminario. Una jornada que este año pasa a celebrarse el 3 de mayo, Domingo del Buen Pastor.

Los obispos españoles en la carta pastoral sobre las vocaciones sacerdotales de 2012 nos decían: “Es la hora de la fe, la hora de la confianza en el Señor que nos envía mar adentro a seguir echado las redes en la tarea ineludible de la pastoral vocacional”1. Con ocasión de la campaña en torno al Día del Seminario quiero exhortar a la comunidad diocesana a tener la confianza de Simón Pedro para “echar de nuevo las redes en la pastoral vocacional”, confiando en la Palabra del Señor que nunca defrauda. Quizás, como los discípulos, estamos un poco cansados de tanto bregar, y bastante decepcionados por no haber conseguido frutos. Pero, ahora es el momento preciso y precioso en el que también el Señor prueba nuestra fidelidad y confianza y nos dice: “Rema mar adentro y echad vuestras redes” (Lc 5,5).

¿Cómo podemos de nuevo “echar las redes” para que el Señor nos regale vocaciones a los distintos estados de vida y sobre todo al sacerdocio, que tanto urge?.

  1. Nuevas vocaciones para la Nueva Europa nos alentaba a promover “una nueva cultura vocacional en los jóvenes y en las familias”. Esta tarea supone educar en una serie de valores un tanto olvidados: la gratitud, la acogida del misterio y de la fragilidad humana, la confianza en sí mismo y el prójimo, percibir la vida como don recibido, suscitar las preguntas del sentido de la vida, abrir al asombro para apreciar la belleza, descubrir la alegría de entregar la vida en servicio por amor a los demás, etc2.

Todos estos valores si se inculcan en nuestros itinerarios catequéticos y se van haciendo hábito en la vida de niños adolescentes y jóvenes serán la base para poder descubrir y sustentar una futura vocación. Por ejemplo, un joven se podrá plantear el querer seguir a Jesús en el ministerio sacerdotal si previamente él tiende en su vida a ayudar a las personas que tiene a su alrededor.

Precisamente la formación humana está muy presente en el nuevo plan de formación sacerdotal para los seminarios mayores, que da una especial relevancia a la formación de la dimensión humana desde un acompañamiento que ayude a la maduración de una personalidad equilibrada, serena, estable, capaz de establecer relaciones humanas pacíficas y de vivir los consejos evangélicos sin rigidez. Todo en vistas a formar un corazón de “pastores misioneros”, al estilo del corazón del Buen Pastor para comunicar su caridad pastoral3.

2. Una prioridad para la promoción de las vocaciones es formar “comunidades cristianas capaces de suscitar el encuentro con Cristo que entusiasme, enamore y provoque la entrega incondicional a los demás”4.

Sólo desde aquí podrán surgir vocaciones a los distintos estados de vida. Para formar estas comunidades vivas es imprescindible trazar itinerarios de iniciación cristiana de carácter catecumenal que engendren cristianos que descubran y respondan a la vocación a la que han sido llamados. En estos itinerarios es prioritario que ayudemos a niños, adolescentes, jóvenes a ser iniciados al encuentro de amistad con Jesús a través de la oración5.

3. En el camino del descubrimiento vocacional son necesarias las mediaciones. Lo normal es el Señor se sirva de la mediación de la Iglesia a través de personas que suscitan, acompañan en el proceso y ayudan al candidato en el discernimiento. Tenemos el ejemplo claro de Andrés que después de encontrarse con el Maestro explica a su hermano Simón lo que le había sucedido y más tarde lo lleva junto a Jesús. La iniciativa es de Jesús pero Andrés ha propiciado el encuentro. En este sentido toda la comunidad eclesial es mediación para una pastoral vocacional fecunda: obispo, presbíteros, vida consagrada, catequistas, profesores, educadores, animadores de pastoral juvenil, grupos vocacionales, y la familia como “primer seminario”6.

En la vida pastoral de la Iglesia se destaca hoy mucho el acompañamiento personal que supone un buen discernimiento vocacional. Para ello lo primero que debe percibir la persona acompañada es que es escuchada incondicionalmente ayudándole a descubrir la verdad y los engaños de su corazón y buscando lo que agrada al Señor para cumplir su voluntad. Una pregunta que tiene que hacerse el acompañado es: ¿Para quién soy yo?7.

4. Si queremos promover vocaciones sacerdotales en nuestra diócesis es fundamental que “los sacerdotes vivan con radicalidad su ministerio, ofreciendo un testimonio que exprese las actitudes profundas de quien vive configurado con Cristo y que se haga visible a través de aquellos signos que manifiestan su identidad”. Algunos rasgos de esta radicalidad son: enamorados de Jesucristo, fieles a su misión, hacer de su vida un don total de sí mismos a Dios y a los hermanos, ser hombres de comunión, llenos de celo por la evangelización del mundo, sirviendo con amor a las personas en el tiempo y lugar en que han sido enviados, y hombres que transmitan alegría y esperanza8 .

Estas cuatro propuestas de promoción vocacional, sobre todo sacerdotal, nos puede animar a todos, y en especial a los sacerdotes, a confiar de nuevo en echar las redes, obedeciendo a lo que el Señor nos pida. ¡Confiemos en su Palabra! ¡Feliz y fecunda campaña vocacional!.

 

1 CEE, Vocaciones sacerdotales para el siglo XXI (26.IV.2012), Edice, Madrid 2012, p.30.

2 CEE, Nuevas Vocaciones para la Nueva Europa (5-10 mayo 1997), Edice, Madrid 2008, p.34.

3 CEE, Plan de formación sacerdotal. Normas y orientaciones para la Iglesia en España, Formar pastores misioneros (28 noviembre de 2019), p 141. 4 Cf. Reflexión teológica-pastoral. Carpeta Día del Seminario 2020, p 5.

5 Experiencia muy interesante son los Oratorios de niños pequeños del P. Carbó..

6 Cf. Vocaciones sacerdotales para el siglo XXI, pp 39.

7 Cf. Papa Francisco, Exhortación Apostólica postsinodal Christus Vivit (25 marzo 2019), bac, Madrid 2019, nº286-292.

8 Cf. Vocaciones sacerdotales para el siglo XXI, pp 69-72

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