ACTUALIDAD DIOCESANA

10/06/2019

«Este centro me da la oportunidad de iniciar mi vida junto a mis hijas»

Aren. Testimonio del centro materno infantil Ave María

La historia de Aren, de 24 años, es la de muchas jóvenes inmigrantes que llegaron a España en busca de oportunidades de empleo. En su país natal, Nicaragua, la hablaron de sueldos inimaginables en su tierra, pero nada de eso ocurrió. Todo lo contrario. Sin papeles se complica y la precariedad llegó a su vida. Cuenta su historia en la sala de visitas del Centro Materno Infantil Ave María, ha donde llegó el pasado mes de noviembre. Pero la decisión no fue fácil, ella confiesa sus miedos a lo desconocido, pero el amor hacia sus hijas le empujó a dar ese paso y a dejar Alcobendas, en Madrid, donde compartía casa con otras personas y contaba con una habitación para sobrevivir con sus pequeñas.

Al quedarse embarazada de su segunda hija ya no podía trabajar y su situación económica empeoró. Fue entonces cuando pidió ayuda a los servicios sociales y la hablaron de un centro para madres en Salamanca. Ella no lo tenía claro en un principio y decidió no dar el paso. El padre apenas daba apoyo, y como ella misma relata, tan solo la traía pañales y leche.
Uno de los momentos más duros fue cuando llegó el parto y lo tuvo que afrontar sola. Aren lo relata entre lágrimas, pero con una mirada de una mujer fuerte: “Una sobrina del padre se quedó con mi hija mayor, cogí el autobús y me fui para el hospital, donde llegué dilatada de más de cuatro centímetros, y cuando me preguntaron si venía sola me puse a llorar”, recuerda. Antes de dar a luz ya había dejado por escrito la solicitud de dar en adopción a su nueva hija, aunque finalmente decidió quedarse con ella, “después de todo lo que había pasado la quería conmigo”.

Cuando la pequeña tenía dos meses y la mayor estaba a punto de cumplir dos años dio el paso y decidió iniciar su vida en el centro Ave María. Una de las razones fue recibir semanas antes la llamada de su directora, Rosario Álvarez. “En la habitación donde vivía en Madrid siempre estaba con el pijama y apenas salía de casa con las niñas, tampoco sabía cómo hacerlo”, detalla. Empezó a notar que sus pequeñas vivían entre cuatro paredes. “Cuando vi este centro me pareció muy bonito, en especial para mis niñas”, admite. 

* (Puedes leer el testimonio completo en la edición impresa de #Comunidad (709), la revista oficial de la Diócesis de Salamanca).

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