ACTUALIDAD DIOCESANA

09/04/2021

EvangelizARTE: “Resurrección de Cristo”

Tomás Gil, director del Servicio diocesano de Patrimonio Artístico, sugiere esta semana contemplar una de las tablas del retablo mayor de la Catedral Vieja de Salamanca, del pintor italiano Nicolás Florentino, dedicada a la Resurrección del Señor

 

RESURRECCIÓN DE CRISTO

 

Casi todas las tablas del cuerpo superior del retablo de la Catedral Vieja de Salamanca están dedicadas al ciclo glorioso de la Pascua de Resurrección. También la mayoría están realizadas por el pintor Nicolás Florentino, ya que fue el último de los hermanos Delli en incorporarse al taller, cumpliendo el encargo de acabar el retablo. En la Resurrección podemos apreciar la mano de este maestro en muchos detalles, aprendidos de sus contactos con los artistas florentinos del Renacimiento, por ejemplo: el tratamiento anatómico del cuerpo de Cristo es bastante más avanzado y proporcionado que el del Descenso a los infiernos; la sensación de que Cristo asciende gracias a una postura curvilínea; el efecto de la perspectiva, disponiendo el sepulcro de manera diagonal; la distribución en círculo de los cinco soldados que custodian el sepulcro, logrando profundidad; o la delicadeza de los rostros y la personalización de sus rasgos físicos.

Resurrección ascensional

La Resurrección muestra a Cristo suspendido en el aire y elevándose triunfalmente sobre el sepulcro abierto y vacío. Esta forma de representación corresponde al tipo de “Resurrección Ascensional” en la que se mezcla el instante en el que Cristo sale del sepulcro y su ascensión a los cielos, tema que aparece independientemente en otra tabla de Nicolás Florentino para este retablo. Este tipo de representación procede del arte italiano del siglo XIV en algunos seguidores de Giotto, como Andrea Bonaiuti, que la pinta en la bóveda de la Capilla de los Españoles de Santa María Novella de Florencia, fresco que seguramente vieron los hermanos Delli.

Relieve de la Puerta Norte del baptisterio de Florencia, obra de Lorenzo Ghiberti (1424).

La “Resurrección Ascensional” no pasará al resto del arte europeo hasta el siglo XVI, por eso la del retablo de Salamanca aporta una novedad en el arte castellano de mediados del siglo XV. No obstante, dos obras influyeron en esta tabla: un relieve de Lorenzo Ghiberti para la Puerta Norte del baptisterio de Florencia (1424) y una tabla de Antonio Vivarini (1430) para el retablo del Convento de Corpus Domini de Venecia, ciudad donde vivió Daniel Delli entre 1427 y 1430. De Ghiberti toma la postura curva del Resucitado, la manera solemne de colocarse el manto y los grandes árboles posteriores; y de Vivarini la disposición oblicua del sepulcro y la guardia alrededor.

De la muerte a la vida

Nicolás Florentino ha separado la escena de la Resurrección de la visita de las mujeres al sepulcro, episodio que aparece en la tabla siguiente. Quiere decir, que lo que pretende es representar el instante mismo en el que Jesús pasa de la muerte a la vida. Al ser un hecho que no está en los evangelios, los artistas acuden al texto del evangelista Mateo, donde se nos cuenta indirectamente, por sus efectos, que en ese momento se abrió el sepulcro y los guardias quedaron como muertos (cf. Mt 28, 2-4).

La escena se divide horizontalmente en dos espacios contrapuestos. En la parte inferior, el lugar de la muerte: el sepulcro, la sábana o sudario con el que fue envuelto el cuerpo de Jesús para el enterramiento, los guardias amenazantes con sus armas, y la tierra infecunda y pedregosa. Y en la parte superior, el lugar de la vida: el Resucitado, el bosque lleno de gran variedad de árboles frutales, las ciudades seguras en lo alto de los montes, y el fondo dorado.

El Resucitado viste con un manto azul, que se coloca elegantemente como una toga romana, dejando al descubierto su pecho, para mostrar así las cinco heridas ocasionadas por la cruz en las manos, pies y costado.

Los guardianes alrededor del sepulcro visten armaduras castellanas del siglo XV. Dos escudos cuelgan de los árboles, el de la izquierda tiene las siglas del Imperio Romano y el de la derecha tiene el dibujo de un escorpión negro, animal asociado a los judíos en la Edad Media.

El día más luminoso

Esta tabla nos transmite el sentido de la Resurrección de Cristo. Estamos en el amanecer del Domingo, el farol de los guardias, tirado y apagado en la esquina inferior derecha, nos indica que ha comenzado el día más luminoso, porque ha resucitado el Señor. Al contrario, el farol de Malco, en la escena del prendimiento, indicaba que había comenzado la noche más oscura, porque iba a ser condenado y morir.

Ahora, después de su pasión y muerte en la cruz, vemos a Jesús elevado por Dios Padre a la vida eterna y, vestido solemnemente como el Señor, se muestra victorioso frente a la muerte (sepulcro) y su causa: el pecado de la humanidad (los guardias).

El gesto de victoria del Resucitado sobre sus enemigos derrotados no es la venganza y la esclavitud, sino la bendición con su mano derecha. Los árboles cargados de frutos, los que aparecen por detrás, evocan el Paraíso, lugar donde la humanidad pecó y vino la maldición de la muerte, pero en el día de la resurrección ha sucedido lo contrario, por Jesús nos ha venido la gracia y la bendición de una vida nueva e inmortal (cf. Rom 5, 12-20).

 

 

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