ACTUALIDAD DIOCESANA

08/01/2023

¡Gracias, papa Benedicto, por predicar con ejemplo!

Generosidad, libertad y humildad, son las tres palabras que para el sacerdote Adsis, Mariano Montero, resumen las luces que nos aporta la vida del papa emérito Benedicto XVI, fallecido el pasado 31 de diciembre

 

Esta primera semana del Año Nuevo 2023 ha estado marcada, inesperadamente, por la Pascua del papa Benedicto XVI. Han sido días de recuerdos y emociones compartidas, de rezar y, sobre todo, de agradecer su vida y su ministerio.     

Del contexto de la Alemania de la Segunda Guerra mundial, con su trágica carga de barbarie y sinsentido, surgió un buscador de la Verdad, maestro en tender puentes entre la razón y la fe; un gigante desafiado a combinar el pensamiento teológico con el pastoreo de la Iglesia. Su honradez existencial le llevó a afirmar el fundamento cristológico de la Teología de la liberación y a iniciar la política de Tolerancia cero para los casos de abuso de menores en la Iglesia, por poner dos ejemplos de temas controvertidos. Las encíclicas que nos ha dejado apuntan a lo esencial de la vida cristiana: la fe en Dios que es amor, la esperanza que nos salva en Jesucristo y la caridad en la verdad del Espíritu, Señor y dador de vida.    

Si, contemplando las etapas de su vida, tuviéramos que resumir en tres palabras las luces que nos aporta el papa Benedicto, personalmente señalaría estas:

1. La generosidad

Puso siempre todos sus talentos al servicio de Jesús en la Iglesia, sobre todo su gran inteligencia; y fue acogiendo- dejando a un lado su pasión personal por la docencia teológica- las sucesivas propuestas en las que se iba traduciendo para él la llamada de Dios: arzobispo de Munich, prefecto en Roma y, finalmente Papa.

2. La libertad

A todos nos sorprendió cuando, hace ahora diez años, en medio de crecientes hostilidades fuera y dentro de la Iglesia, presentó su renuncia; lo hizo rompiendo con una tradición de 700 años y afirmando como el mayor bien para todos el hecho de apartarse para dar paso a otro que, con mayor vitalidad, tomara el timón de la barca de Pedro.

3. La humildad

Los últimos diez años el Papa emérito ha llevado una vida sin brillo, en un monasterio vaticano, marcada por el silencio y la oración… ¡Qué contraste, verdad? Pero… ¿cuándo ha sido más grande este hombre? ¿Cuándo fue un gran teólogo, un gran arzobispo, un gran Papa… o en ese tramo final de su vida, cuando se despojó de su rango y se abajó, asumiendo una rutina diaria marcada por la sencillez y la oración por todos nosotros? Desde el Evangelio del Reino, está claro: ha sido más grande cuando se ha hecho más pequeño.

En este Nuevo Año ojalá la vida de todos nosotros estuviera marcada por una mayor generosidad, libertad y humildad… ¡Gracias, papa Benedicto, por predicar con el ejemplo!

Mariano Montero, sacerdote Adsis, párroco de Santa Marta de Tormes

 

 

 

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