ACTUALIDAD DIOCESANA

05/02/2021

“Hay que honrar a la vida, defenderla, dignificarla y honrarla”

El vicario de Pastoral de la Diócesis de Salamanca, Policarpo Díaz, continúa las reflexiones en torno a la defensa de la vida ante la próxima aprobación de la ley de la eutanasia

 

A Policarpo Díaz le preocupa el avance legislativo de la ley de la eutanasia, pero mucho más, como admite en un vídeo que comparte con la comunidad diocesana, “que un porcentaje importante de la población avale la eutanasia como una posibilidad, como un avance y como un logro o conquista de los derechos humanos”.

Su reflexión en torno a la defensa de la vida lo hace como pastor de la Iglesia, “como un servidor del pueblo de Dios desde el ministerio apostólico, seguidor de Jesucristo”. Su conocimiento del final de la vida llega del acompañamiento a cientos de personas enfermas, de ancianos, de personas con problemas de salud de todo tipo.

“Yo tengo claro que la vida es ese tramo de existencia que va desde la concepción hasta que un médico firma el certificado de defunción”, determina. El vicario de Pastoral insiste en que los creyentes saben que justo en ese momento, “comienza otra vida, una vida en mayúsculas, en el reposo y el descanso a la espera de estar en las manos de Dios y ante sus ojos para toda la eternidad”.

Honrar a la vida

El vicario de Pastoral lamenta cuando dicen que la Iglesia es retrógrada por el posicionamiento pro-vida, “y yo dudo mucho que eso de defender la vida sea algo retrógrado, al contrario, permitir el fin de la vida naciente y el fin de la vida en la enfermedad, eso sí que es dar pasos atrás y volver a estadios de la conciencia colectiva primitivos”. Díaz piensa que lo verdaderamente “progre”, es “honrar a la vida, toda vida, cualquier tipo de vida y defenderla, dignificarla y honrarla“.

Además, plantea una serie de reflexiones en torno al “bien morir”, como hacerlo “sin dolor físico y sobre todo, sin tortura y sin tormentos”. Y hacerlo, añade, estando informado de todo, “sin trampas y sin engaños”. Y un “bien morir”, interpela Policarpo Díaz, “con los tratamientos adecuados y consentidos, sin obstinación, ni escarnecimientos terapéuticos…”.

Porque para el vicario de Pastoral, “bien morir en intimidad, junto con la familia y los seres queridos, dormido, sedado o despierto, según se desee y se pacte con los médicos”. Todo ello, para este responsable diocesano, “es honrar la vida”. Para este sacerdote diocesano, honrar la vida “es aplicar unos cuidados paliativos modernos, intensificados, universales…”.

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