08/09/2020
La pandemia del covid-19 ha marcado la festividad de la Virgen de la Vega, la patrona de Salamanca, con una reducción del aforo en la Catedral de Salamanca, de 25 personas, pero que se ha tratado de paliar con la ampliación de eucaristías en el templo y la veneración pública de la réplica de la imagen durante todo el día en la Puerta del Nacimiento.
En la eucaristía de las doce del mediodía, transmitida por el canal diocesano de YouTube, estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López Hernández, quien recordó en su saludo inicial que, en estas circunstancias tan especiales, “con un reducidísimo número de fieles”, la Iglesia celebra la fiesta de su patrona. “Ofrecemos al Señor este sacrificio, lo aceptamos por la salud de todos, y la espiritual, de todos nuestros hermanos, especialmente, de los que sufren de forma más directa las consecuencias de la pandemia en su cuerpo”, concluyó.
En su homilía, el pastor de la diócesis salmantina ensalzó el papel de María a lo largo de cuatro puntos. El primero de ellos, “María nos lleva a Jesús, el Salvador”, evocó el nacimiento de María, “que anuncia que Dios va a llevar a cabo su plan de salvar a los hijos de Israel, junto con sus hermanos de todos los pueblos”. Además, Carlos López Hernández destacó a María como acompañante en tiempos de dificultad: “Llevamos meses afectados de formas diferentes por la crisis del coronavirus”.
“Y tenemos variadas experiencias individuales, pero confluyen en una experiencia común”, relata. Porque como confirma, “para todos ha significado una abrupta interrupción del estilo de vida anterior, de las costumbres y de las certezas cotidianas, no solo en nuestra vida individual, sino en el conjunto de la vida social y pública”.
El prelado insiste en que se trata de un virus nuevo y desconocido, “frente al que nuestra medicina, tan desarrollada, no ha dispuesto hasta el momento de ningún remedio”. Pero el obispo de la diócesis cree que es de justicia reconocer que la pandemia, “ha dado lugar a experiencias positivas y gratas”, porque como determina, “la gran mayoría de la gente ha reaccionado con sentido común, a veces con una creatividad y muy a menudo con admirable solidaridad”. Al respecto, indicó que han salido a la luz en el conjunto de la sociedad, “fortalezas internas y grandezas humanas, capacidades de superación propia, que dan un mentís a los juicios negativos generalizadores sobre el mundo de hoy y sobre la juventud de hoy”.
En su homilía también habla de María como la que enseña a ver con ojos de fe. Según reflexiona, la crisis del coronavirus ha reflejado carencias de salud humana que no se curan con una vacuna y otros medicamentos. Asimismo, considera que con la generalizada negación de Dios, “el ser humano se encuentra más solo y perdido en el ancho mundo, no siempre amigable para con él”. El obispo determina que la crisis del coronavirus ha conducido a una paralización económica y social generalizada, “que al final golpea al núcleo del orden político”, y el virus ha puesto en cuestión “el objetivo y la experiencia de seguridad; y todos nos sentimos arrasados por los sucesos contingentes.
En el último punto de la homilía, dedicado a María, como aliento a seguir siendo testigos de su Hijo, Carlos López reitera que las iglesias vacías o casi vaciadas en razón de la oportuna seguridad sanitaria, “no deben convertirse en un símbolo externo del creciente vacío interior de la fe viva en la sociedad salmantina y en nuestra comunidad diocesana”. El pastor de la Iglesia de Salamanca cree que tienen que seguir proclamando con la Palabra y con la vida “que Cristo ha resucitado y está vivo entre nosotros para darnos vida. ¡Christus vivit!“.
Por otra parte, mencionó las prioridades pastorales, “paralizadas o limitadas por la pandemia, con las adecuaciones necesarias dictadas por nuestra prudencia pastoral”. En ese sentido, invita a seguir renovando y haciendo visible en la sociedad salmantina, “la identidad pascual que nos regaló el espíritu en la Asamblea diocesana“.
Antes de concluir resaltó que la crisis del coronavirus “nos llama a volver de nuevo a las huellas de Jesús, a nacer y vivir cada día de su Pascua: de su Palabra, de su Eucaristía, de la comunión de amor con él y con la comunidad de los hermanos, en el servicio mutuo y el compartir los bienes en las necesidades, también con los que no gozan del don de nuestra fe”.
Texto íntegro de la homilía de D. Carlos López en la fiesta de la Virgen de la Vega