ACTUALIDAD DIOCESANA

10/12/2019

La indumentaria litúrgica de la Catedral

La más antigua data del siglo XVI, aunque la mayoría es de estilo barroco, del XVIII, procedentes de talleres salmantinos, con elementos naturales

La Catedral de Salamanca guarda en sus cajones indumentaria litúrgica de los siglos XVI y XVIII. De la primera época tan solo se guarda una casulla, de terciopelo negro, aunque puede que ese no fuese su color original. Así lo detalla Raúl Benito, historiador del arte y responsable de catalogar toda esta vestimenta durante el último año.

“Llama la atención que, siendo la Catedral del siglo XVI, no exista casi nada de esa época, y lo que tenemos sea del XVIII”, subraya. En la actualidad, tienen contabilizadas unas 1.000 piezas, de diferentes vestimentas, tanto de los sacerdotes: casullas (de los colores litúrgicos); manípulos (que colocaban en su mano izquierda, como símbolo de dignidad); la capa pluvial (bordadas a juego con los demás elementos) o las estolas (las antiguas eran más estrechas que las actuales, con remate en forma de campana), entre otros elementos.

En estas colecciones se pueden apreciar también las carpetas de los corporales, que ya no se utilizan, o los paños para cubrir el cáliz. “Los bordados son riquísimos, en hilo de oro, y muy similares a la indumentaria típica de Salamanca, el traje charro, de algunos talleres salmantinos”, afirma.
Otras de las indumentarias son las dalmáticas, destinadas a los diáconos, o las de los maestros de capilla, que consistían en una sotana negra y sobre ella una especie de alba, un roquete blanco con puntilla y una capa. Otra estaba destinada al pertiguero, quien dirigía la procesión, con ropones largos, con cola y mangas alargadas.

Entre las mil piezas que se conservan en la Catedral, de cada juego (por tiempo litúrgico) puede haber unas 10-12 casullas, como describe Benito, “donde destaca en mayor número las de color rojo, aunque antes se utilizaba también el negro. Por el contrario, en la colección de indumentaria litúrgica más antigua hay menos piezas azules o rosas, que estas últimas se utiliza en el Gaudete (tercer domingo de Adviento).

“Lo que conservamos es del siglo XVIII, de estilo barroco, de escuelas de Salamanca, con bordados llamativos”, concreta este especialista. Lo que más se repite son los elementos florales, y en la trasera de las casullas, algún cordero o custodias. Otro símbolo que se repite es la azucena, “que se identifica con la Virgen”.

Una casulla del s.XVI, la indumentaria más antigua

En cuanto a la casulla del XVI, se identifica de su época por su diseño, como aclara Raúl Benito: “En el centro tiene una banda con tapices de diferentes escenas de la vida de la Virgen, y en los laterales, terciopelo”, añade. Como en otros juegos de indumentaria, es de tipo guitarra, denominada así por su forma. Con la llegada de Benito al equipo de profesionales de la Catedral se comenzó a realizar su catalogación, “hasta ese momento existía un inventario, pero ahora cada pieza está detallada, con su fecha aproximada, las medidas que tiene, la decoración o su estado de conservación, entre otros parámetros”.

Las piezas de mayor valor se conservan en las cajoneras de la sacristía mayor, por conjuntos. En cuanto a su estado, algunas sí necesitarán restauración que aún tienen pendiente para un futuro. A parte, tienen guardadas las vestimentas que utilizan en la actualidad en el templo.

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