ACTUALIDAD DIOCESANA

13/03/2022

La Transfiguración, el spoiler que necesitábamos

El sacerdote Adsis y párroco de Santa Marta de Tormes, Mariano Montero, nos invita a adentrarnos en el evangelio de este segundo domingo de Cuaresma (Lc 9, 28b-36), que nos anuncia a Jesús Resucitado como el horizonte de la historia humana

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

Este año la Cuaresma ha empezado con una fuerza tremenda para quienes creemos que Dios nos habla a través de la Palabra y la historia.

El evangelio del Miércoles de ceniza fue la primera sacudida. Jesús nos echó en cara la hipocresía de vivir la Cuaresma como un tiempo estéril: de cumplimiento de unos ritos tradicionales -el ayuno, la oración y la limosna- que, mal vividos, lo que hacen es reforzar nuestro ego de personas meritorias, pendientes de la autoimagen más que buscadores de Dios… Pero entonces llegó el Primer Domingo y la fuerza dramática del evangelio subió. Porque Jesús nos mostró sus propias tentaciones, que son como un espejo donde todos podemos reconocernos: la tentación del tener, del poder y de la vanidad.

Y la historia humana, de la que formamos parte y en la que Dios también nos habla, nos ha entregado estos días un rostro actual de las tres tentaciones y sus consecuencias: Mientras que en Europa seguimos confundiendo la calidad de vida con la cantidad de cosas que podemos consumir, en la cercana Rusia el dictador avanzaba en su desigual guerra de invasión a Ucrania. Y, por primera vez en décadas, nos hemos sentido inseguros e impotentes, profundamente vulnerables -como todo el mundo- al miedo, la barbarie y la muerte. Todos hemos visto las noticias e imágenes de esta semana: ciudades que resisten sin luz, gas, calefacción ni comida… bombardeos a una central nuclear y un hospital infantil… familias asesinadas a sangre fría en los supuestos corredores humanitarios… millones de refugiados en los países vecinos… ¿Qué está pasando?¿El Mal está triunfando en el mundo? 

Y así hemos llegado al Segundo Domingo, donde la liturgia da un giro inesperado y nos muestra a Jesús Transfigurado. En medio del camino de la Cuaresma, Jesús se revela a Pedro, Santiago y Juan -y en ellos a los cristianos de todos los tiempos- en su ser más profundo: como el Hijo amado, el que vivirá la Pasión sabiendo que la última palabra será la del Padre, ¡y será de Resurrección y Vida!… En el camino de la Cuaresma, el evangelio de la Transfiguración nos anuncia a Jesús Resucitado como el horizonte de la historia humana. Y es por eso que este Domingo y nuestra coyuntura histórica nos urgen a creer de corazón que Jesús es “el que quita el pecado del mundo” y el que, sabiendo de heridas, nos trae la Paz. De la mano de nuestros hermanos ucranianos, con los pies en la tierra, vivamos esta Cuaresma como un tiempo de fe y esperanza, de conversión y solidaridad. Aquí y ahora, la Transfiguración de Jesús es el spoiler que necesitábamos.

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