ACTUALIDAD DIOCESANA

09/04/2024

¿Lista de la compra? ¿Lista pastoral?

“El segundo martes de mes” es el título de la nueva sección de opinión que inicia en esta web el párroco de Doñinos, Tomás Durán, donde compartirá mensualmente sus perspectivas y reflexiones sobre temas actuales, siempre en conexión con la pastoral

 

 

En el contexto occidental en el que vivimos, cuando nos ponemos a valorar pastoralmente nuestra tarea comienza a aparecer una larga “lista” de “cosas por hacer” que no solamente no parecen terminar nunca, sino que, sobre todo, requieren atenciones eclesiales y pastorales que presentan todas el mismo grado de urgencia. Esto abarca desde la incorporación de los laicos a la misión eclesial, la evangelización de los jóvenes, la pastoral vocacional y la escasez de respuestas, un mayor protagonismo y responsabilidad de la mujer en la Iglesia, hasta la importancia de estar en los medios digitales, cómo llegar a los alejados y la necesidad del primer anuncio. También se destacan la problemática de los padres jóvenes en la iniciación cristiana de sus hijos, la vida concreta del clero y los casos de pederastia, las nuevas pobrezas y situaciones sociales que desafían la vida social, las unidades de pastoral y el envejecimiento poblacional, el diálogo fe y cultura, las cofradías y su inserción eclesial, los ministerios laicales, la reformas estructurales de parroquias, unidades pastorales y arciprestazgos, el futuro del patrimonio artístico y cultural de la diócesis… Y podemos añadir el ámbito familiar, el campo escolar y educativo, el social, el deportivo, el de tiempo libre, la extraordinaria capacidad para viajar y hacer turismo,…

¿Y quién podría negar que se necesitaría todavía otra palabra eclesial más convincente sobre el compromiso de los cristianos en la vida política y el trabajo por la justicia, sobre lo fundamental que es la difusión de la doctrina social de la Iglesia para una ciudadanía honesta y colaborativa de todos, sobre la decisiva implicación de los creyentes en la causa ecológica y… sobre tantos, tantos y tantos temas más? Seguramente nadie lo negará.

Con todo esto en la mente, en el corazón… y en el “cartel” de las programaciones, será muy difícil generar una pastoral nueva, e imaginar un cristianismo nuevo. A este respecto, necesitamos salir lo más pronto posible de este modo de acumular urgencias y de pensarlas todas en el mismo plano, como si de la lista de la compra se tratara. ¡Salgamos de esta “espiral programática”! Acerquémonos a este número de Evangelii Gaudium 35:

“Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia. Cuando se asume un objetivo pastoral y un estilo misionero, que realmente llegue a todos sin excepciones ni exclusiones, el anuncio se concentra en lo esencial, que es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario. La propuesta se simplifica, sin perder por ello profundidad y verdad, y así se vuelve más contundente y radiante”.

Y así es exactamente: cuando todo es importante, nada resulta importante. Por tanto, es preciso concentrarse en lo esencial, que es también lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y también lo más necesario. Es decir, para nosotros, los creyentes, todo eso es el Evangelio de Jesús y el Jesús del Evangelio.

¿El ciudadano medio de nuestra diócesis nos ve centrados en lo esencial, bello, atractivo y necesario? ¿O se encuentra con una lista de propuestas y transmisión desarticulada de multitud de doctrinas que se intentan imponer a fuerza de insistencia y múltiples actividades? ¿No es verdad que nuestras programaciones comunitarias, parroquiales, diocesanas,… son muchas, repetidas y que enamoran muy poco?

A este propósito recogemos las preguntas de este teólogo, que animamos a leer:

 “Pensemos concretamente en los cantos que entonamos, en el estilo “monotonoteísta” con el cual celebramos –la expresión se remonta a Nietzsche-; en las homilías que caen a plomo de lo alto, como pájaros moribundos; en la obsesión de nuestros fieles por las misas de difuntos; en el planteamiento sustancialmente escolar de la catequesis de niños y adolescentes; en la inexistente atención al mundo adulto; en la repetición de pequeñas y grandes devociones a los santos, que se remontan a la noche de los tiempos. ¿Dónde podría encontrarse a Jesús en un contexto semejante? ¿De qué modo, en qué condiciones puede surgir un deseo de Jesús? ¿Cómo puede llegar una persona cualquiera a comprender que es justamente Jesús lo más esencial, lo más bello, grande, atractivos y necesario que se da en el cristianismo?” [1].

Un cristianismo de futuro pasa por presentar no una “lista de acciones pastorales”, todas igualmente urgentes, que nos deprimen porque no damos la talla y somos incapaces de abordarlas, sino por comunicar a todos lo más esencial, bello, grande, atrayente y necesario que podemos ofrecer a nuestros contemporáneos: Jesús y su Evangelio. La propuesta, cuando se simplifica, no perdiendo profundidad y verdad, se vuelve más contundente y radiante.

Tomás Durán Sánchez, párroco in solidum de Doñinos de Salamanca

[1] Cf. Armando Matteo. Opción Francisco. Por una imaginación del cristianismo fututo. PPC 2023, pág. 57-68.

 

 

 

 

 

 

 

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