ACTUALIDAD DIOCESANA

Este domingo, 13 de octubre de 2022, la Iglesia celebra la “Jornada Mundial de los Pobres”…  ¿Qué piensa la gente cuando escucha este título? “Otra más”, “paso”, “qué bien”, “ya era hora”… ¿Y a ti, te deja frío o te mueve a algo? “Un poco de cada…”

Hay quien se fija en lo de “Jornada Mundial” y enseguida piensa que es una más de los cientos que llenan el calendario y que ya nos tienen aburridos. La mayoría de las Jornadas Mundiales no nos interesan, porque son tantas que ya es que ni las conocemos. Haz la prueba. Si pones en el buscador de internet “Jornada mundial de”, resulta que aparecen 101 millones de referencias… Y si vas directamente a la página “Diainternacionalde”, verás que cada día tiene varias causas que pasan sin pena ni gloria. Por ejemplo, solo el jueves pasado era: el Día mundial para la ciencia y el desarrollo, el Día mundial de la usabilidad, el Día mundial de la calidad, el Día mundial contra el cáncer neuroendocrino y el Día mundial de la contabilidad. ¡Y yo sin enterarme! 

Otros pensarán en esas Jornadas Mundiales que siempre salen por la tele. A estas otras sí las conocemos, pero eso no quiere decir que pongamos interés y atención. Y claro, dónde ponemos el interés dice mucho de nosotros. Por ejemplo, en esta semana tenemos dos: Una es la actual “Cumbre del Clima” en Egipto, a la que en general se le hace poco caso… Otro es el “Mundial de fútbol” de Qatar, que empieza dentro de unos días y que –vaya contraste- atrae la atención de millones (de personas y de euros). ¿Será que creemos que nos jugamos la vida en el buen resultado de nuestro equipo futbolero, más que en poner juntos cauce al cambio climático?… ¡Qué ceguera, si fuera así!

Por último, un “pequeño resto” pensamos que ¡qué bien que la Iglesia celebre la “Jornada Mundial de los Pobres”! Es una iniciativa anual del Papa Francisco para que, de manera más consciente y ojalá consecuente, los cristianos recordemos que “Jesús vino a traer la Buena Noticia a los pobres y a liberar a los cautivos”. A Jesús le importan los pobres y todo lo que perjudique sus condiciones de vida. Por tanto, a los cristianos tendría que importarnos mucho más la subida de la electricidad, el combustible y los alimentos, y cómo eso les afecta a las familias más pobres de nuestro pueblo o barrio. Tendría que conmovernos más hecho de que las cosechas cada vez son más pequeñas y adelantadas, por efecto del cambio climático, y que eso nos complica la vida a todos, pero sobre todo a los más pobres. Pensar todo esto y tomárnoslo en serio en este día, ya sería un logro.

Pero la psicología nos advierte de que mantener la atención y el interés depende en buena medida de lo lejos o cerca que sintamos el tema. Por eso, quizá tendríamos que dar un paso más: Podríamos proponer al Papa Francisco que le cambie el nombre y que se llame “Jornada Local de los Pobres”. Puede que así nos cuestionemos porqué conocemos más nombres de equipos de fútbol que van a Qatar, que de familias pobres que viven cerca de nosotros.       

Mariano Montero, párroco de Santa Marta de Tormes.