23/12/2021
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
“En el misterio de la encarnación y del nacimiento del hijo de Dios encontramos distintos viajes que podíamos llamar sínodos”, apunta el responsable sinodal de la Diócesis de Salamanca, Policarpo Díaz, en relación a lo que nos relata la escritura en estos días de Navidad.
El primero de ellos, “el gran Sínodo”, que denomina este responsable, “es el de Dios mismo que junto al espíritu deciden enviar al hijo Jesucristo a que se encarne en la historia y haga camino con nosotros, un camino verdaderamente sinodal”. Porque sin duda, como subraya Díaz, “es un camino de vida, de plenitud, de reino, el camino de la fraternidad humana, reunir a toda la gente dispersa, a todas las ovejas perdidas para llevarlas y conducirlas a los verdes pastos, con su vida, con su entrega”. Para él, es el gran primer sínodo, “el de Dios mismo, el del misterio de la trinidad”.
Después, hay pequeños sínodos que aparecen en los textos de estos días. Por ejemplo, el viaje de María para ver a su prima Isabel, “es un sínodo precioso, María tiene en el corazón algo grande, inenarrable, algo que la desborda”. Policarpo Díaz añade que en el encuentro con Isabel, “va descubriendo y desvelando ese misterio de amor”, y lo que le pesa en el corazón, termina en una proclamación de la alabanza de Dios, “proclama mi alma la grandeza del Señor.” Díaz cree que todo el relato va jalonado con unos verbos “preciosos, llenos de bendición, de bienaventuranza, de dicha, esta es la vida que Dios nos trae y que quiere compartir con la humanidad”.
El responsable sinodal apunta otro gran sínodo en este relato de Navidad, el de los pastores, “que reciben una noticia impresionante, que les desborda, que no se la esperan, y que emprenden el camino al portal para descubrir que es verdad lo que les ha anunciado el ángel”. En concreto, “el anuncio de la encarnación, de la vida plena que Dios viene a traer a la humanidad”.
Y por ultimo, el viaje que tiene que emprender la Sagrada Familia a Egipto, la huida. “El sínodo de los desheredados, de los inmigrantes, de los pobres, que necesitan salir, hacer camino hacia otras culturas, otras gentes, para salvar la propia vida”, determina Policarpo Díaz. En este sentido, resalta la importancia de acoger a todas las personas que vienen a hacer camino con nosotros desde otras culturas, desde otros lugares.
En este tiempo de motivación para la fase diocesana de este Sínodo universal, sentencia Díaz, “la palabra de Dios de este tiempo, orada, meditada y celebrada en la comunidad y en liturgia, nos puede ayudar a poner el corazón a tono, para también nosotros hacer distintos caminos de encuentro hacia personas, distintas salidas de nosotros mismos hacia situaciones, acontecimientos, que puedan de alguna manera hacer plena nuestra espiritualidad en este tiempo de Navidad”.
Por último, el responsable sinodal de la diócesis, y en nombre de la comisión de la preparación del Sínodo, felicita la Navidad a la comunidad diocesana, “para vivir un tiempo precioso por dentro y por fuera, y que lleguemos al mes de enero con el nuevo obispo y con el nuevo año para vivir esta preciosa aventura”.
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