18/05/2020
Los templos de la ciudad de Salamanca ya pueden reanudar sus celebraciones litúrgicas, según se fija en la orden del Ministerio de Sanidad (Orden SND/414/2020), de 16 de mayo, donde se flexibiliza las restricciones en la fase 0, y se permite la recuperación del culto público.
De este modo, algunas parroquias recuperan sus eucaristías desde este lunes, y de forma progresiva en las diferentes iglesias de la capital, que deberán de cumplir las medidas de distanciamiento social y de higiene marcadas por las autoridades sanitarias y en especial, seguir las orientaciones pastorales redactadas por el obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López Hernández, para las diferentes fases de desescalada.
En relación a la flexibilización de las restricciones de la fase 0, en el artículo 9 de la orden del Ministerio de Sanidad , sobre “Lugares de culto”, indica que se permitirá la asistencia a lugares de culto siempre que no se supere el cincuenta por cuento de su aforo. Además, “el aforo deberá publicarse en lugar visible del espacio destinado al culto, y se deberán cumplir las medidas generales de seguridad e higiene establecidas por las autoridades sanitarias”.
Cabe recordar que en las orientaciones del prelado, publicadas el 6 de mayo de 2020, y que se han ido implantado en las zonas básicas de salud salmantinas que han pasado ya a la fase 1, se recuerda que se sigue dispensando a los fieles de la obligación de participar en la celebración de la eucaristía en los domingos, “y recomendamos la participación a través de la televisión y la radio, de forma especial a las personas mayores y enfermas, con mayor riesgo de infección”.
En cuanto a la ocupación de los bancos, se hará de una manera que en cada banco solo se sienten dos personas, en los extremos, y dejando en medio la distancia de seguridad. Y entre cada dos bancos ocupados se dejará uno libre.
Asimismo, se realizará el rito del lavabo, no de forma simbólica sino real: lavado de las manos con agua y jabón, y secado con toalla de papel de uso único. Es aconsejable además que el sacerdote se lave las manos de forma privada antes de iniciar la celebración y al final de la misma.
Otras medidas de higiene será la supresión del rito de la paz; que el cáliz, la patena y los copones estarán cubiertos con la “palia”, y el diálogo individual de la comunión, “El Cuerpo de Cristo”. “Amén”, se pronunciará de forma colectiva después de la respuesta “Señor no soy digno…”, distribuyéndose la eucaristía en silencio.
El acercamiento para recibir la sagrada comunión se hará dejando en la fila los espacios de seguridad y entrando y saliendo por naves distintas para evitar el acercamiento entre quienes van y vuelven. Otras indicaciones es evitar los coros, y se recomienda mantener un solo cantor, pero sin hojas de cantos, ni tampoco pliegos con lecturas o cualquier otro objeto o papel.
El cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino que el servicio de orden lo ofrecerá a la salida de la misa, siguiendo los criterios de seguridad señalados. Además, las pilas del agua bendita estarán vacías y las puertas de los templos se mantendrán abiertas a la entrada y a la salida de las celebraciones, para no tener que tocar manillas o pomos.
Otra de las indicaciones del obispo de la diócesis es que se organice un grupo de personas responsables de la apertura y cierre de las puertas, así como de la distribución de los fieles en el templo, de su acceso a recibir la comunión y de su salida ordenada del templo al finalizar la celebración, para respetar siempre la distancia de seguridad.
Además, hay que ofrecer gel hidroalcohólico o algún desinfectante similar a la entrada y salida del templo. Y se recomienda el uso de mascarilla por parte de los fieles.